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🇨🇦»»——⍟——««🇲🇽

  Ambos caminaron en silencio hasta poner pie en la entrada del departamento mexicano.

  —¿Tienes algo que hacer mañana? —preguntó Canadá, tratando de romper el hielo.

  —Se supone que saldría de compras con el dinero de hoy, pero ya da igual.

  —Si no tienes qué hacer, ¿te gustaría ir al parque conmigo?

  Después de unos segundos, México respondió.

  —Está bien.

  Fue una respuesta pequeña, pero los ojos del canadiense casi se llenan de lágrimas de emoción. Por puro impulso sujetó las manos de México.

  —¡Genial, pasaré a recogerte, gracias!

  Le dio un abrazo rápido y salió corriendo, solo para detenerse a unos metros más adelante al recordar algo.

  —¿A qué hora? —regresó y preguntó, sonriendo torpemente.

  —... Supongo que en la tarde.

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  07 de agosto, 2020.

  ¡Era una cita!

  Canadá estaba como cuando era un adolescente enamorado que a penas aprendía a vivir, aunque tampoco había mucha diferencia. Se bañó muy bien, se vistió bonito y perfumó, y salió lleno de vida a pasearse por los pasillos en busca de su México.

  "Su México", había olvidado lo bello que sentía al decirle así. Era como una calidez indescriptible.

  Tocó armónicamente la puerta y con felicidad se preparó para lo que intuyó sería una espera larga, pero el mexicano salió casi de inmediato, como si hubiera estado esperando desde antes.

  —¡Hola! —dijo Canadá, energéticamente.

  —Hola —contestó—. Sí viniste.

  —Claro que vine, casi no pude dormir por la emoción. ¿Vamos?

  Canadá le ofreció su mano para que la tome, pero el muchacho ignoró el gesto y comenzó a caminar junto a él.

  —¿A dónde vamos?

  —Estos días me puse a conocer la ciudad de nuevo, vi un nuevo parque muy bonito y creo que sería genial ir. Está cerca, sería bueno ir caminando —tampoco es que pudiera invitarlo a ir en auto, porque aún no le había puesto de nuevo la luz delantera a su vehículo.

  —Está bien, te sigo.

  Así empezó la pequeña aventura de ese día.

  Caminaron juntos por las calles, mientras Canadá lanzaba preguntas y contaba anécdotas divertidas, a lo que México escuchaba y soltaba débiles sonidos como respuesta.

  Llegaron después de unos minutos de caminata.

  —Está algo vacío —mencionó México, observando a su alrededor—. Creo que solo he venido un par de veces a leer.

  —¿Te gusta leer?

  —Lo intenté como pasatiempo, aunque me aburrió rápido.

  Casi por automatismo, el chico se sentó en uno de los columpios y se meció. «Solo algo que haría él» pensó Canadá mientras veía con ternura, se acercó y se puso tras él para impulsarlo. A México le tomó un poco por sorpresa, pero no dijo nada.

𝙱𝚘𝚗𝚓𝚘𝚞𝚛 𝙼𝚘𝚗 𝙰𝚖𝚘𝚞𝚛 | 𝓒𝓪𝓷𝓶𝓮𝔁 | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora