𝙱𝚘𝚗𝚓𝚘𝚞𝚛 𝙼𝚘𝚗 𝙰𝚖𝚘𝚞𝚛 | 𝓒𝓪𝓷𝓶𝓮𝔁 | TERMINADA

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🇨🇦»»——⍟——««🇲🇽

  16 de septiembre, 2020.

  Canadá se levantó de inmediato gracias a gritos en medio de la madrugada. Era México, que se abrazaba a sí mismo lleno de pánico, llorando a mares.

  Al intentar acercarse, el latino retrocedió.

  —M-Micxic, soy yo, soy Canadá.

  Cuando México alzó un poco su cabeza y comprobó que era cierto, tímidamente se acercó y acurrucó junto a él para ser consolado. Canadá de inmediato los envolvió a ambos en cobijas y se quedó mimándolo hasta hacerlo dormir.

  Siempre que su energía se iba, México guardaba su cordura mirándo atrás y sonriendo con los buenos momentos, con ese algo que lo llegó a hacer feliz, pero cuando ese fantasma mental regresaba no hay nada que pudiese hacer, era un recordatorio de lo que perdió, de lo que se le fue arrebatado y de todas las preguntas que lo perseguían.

  Después de todo, aquel niño dentro de México seguía llorando todo el afecto que por años le faltó.

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  —¿Una pesadilla? —preguntó cálidamente, acariciando su cabello.

  El sol había salido y calmado un poco a nuestros protagonistas, que seguían abrazados en la cama.

  —Sí —contestó con tristeza—. No pensé que regresarían, no tan pronto.

  Tomó aire profundamente, observando el techo.

  —No me lo tomes a mal, pero de verdad necesito pasar este día yo solo, Can.

  —¿E-Estás seguro de eso?

  México sonrió tristemente, afirmando.

  —Solo por hoy. Iré a algún parque o algo-

  —No —se puso de pie—. De todas maneras tengo algo que hacer fuera, así que quédate aquí.

  Canadá buscó sus cosas y rápidamente se vistió.

  —¡¿Te vas a ir?!

  —Regresaré en la tarde, no te preocupes.

  Su corazón se rompió cuando volteó la mirada y observó a su México con los ojos llorosos.

  —Pero sí vas a regresar, ¿verdad?

  —Claro que sí —sonrió un poco y se acercó a besar su frente—. Puedes marcame cuando tú quieras, prometo que solo me tardaré unas horas. Mientras descansa, ¿bien?

  Después de acariciarlo un poco, salió del departamento con las llaves de su vehículo y su celular en la mano. Con él envió un mensaje:

  "Hola, U.S.A.
  Iré a tu casa a visitar a la familia, llego en tres horas".

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  Después de haberlo retrasado durante más de un mes, ahora estaba allí, tomando fuerza. Iba a hablar con su hermano por primera vez en mucho tiempo y lamentablemente no era por una buena razón.

  El hogar de su hermano era enorme, era obvio el por qué: aquel estadounidense siempre fue la cara principal de su familia y continuamente salía en los medios gracias a donaciones y detalles de su vida privada.