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🇨🇦»»——⍟——««🇲🇽

  11 de agosto, 2020.

  El sol siguió su curso y volvió a amanecer al día siguiente, dándole en la cara a México porque no tiene cortinas.

  Se levantó de mal humor gracias al molesto despertador natural y fue a la cocina para buscar algo de comer, pero en eso tocaron el timbre.

  ¿Quién carajo era a esa hora? Casi arrastrando fue a abrir la puerta y vio a Canadá.

  —... Hola.

  —¡Hola! —extendió las manos y le dio una caja— Te traje chocolates.

  México los recibió.

  —Gracias.

  —¿Ya desayunaste?

  —No, iba a hacerlo.

  El canadiense se erizó como un gato.

  —¡Perdón por interrumpir!

  —No interrumpiste —bajó la mirada—. ¿Estuviste bien ayer?

  —¿Eh?

  —No regresaste, estaba preocupado.

  —¿Querías que regresara?

  México no contestó, avergonzado.

  —¡Puedo quedarme contigo hoy! Pensaba en ir al parque a hacer pulseras, pero podemos hacer otra cosa. ¿Quieres ir a algún lugar o algo así? —preguntó torpemente.

  La respuesta mexicana lo tomó por sorpresa.

  —Enséñame a hacer pulseras.

  —¿Eh?

  —Dijiste que las harías, ¿puedes enseñarme?

  —...D-De acuerdo, si quieres.

  México se movió de la puerta y ambos se sentaron en la mesa de la cocina.

  —¿No ibas a desayunar?

  —Ya no tengo hambre —y se recargó en sus brazos mirándole fijo, como si fuera lo único que importara en el mundo entero.

  Canadá entendió que él debía dar el primer paso y sacó de sus bolsillos algunas pulseras hechas, junto a muchas hebras de hilo de distintos colores y dijes brillantes. Las puso en el centro de la mesa.

  —Emm, ¿empezamos? —México afirmó con la cabeza— B-Bueno... Ah, ya tengo hechas algunas, toma una, escoge colores y te diré cómo hacerla.

  La mirada latina recorrió sus opciones, y finalmente sujetó una.

  —Quiero esta.

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  México intentaba maniobrar con ocho hilos mientras seguía las instrucciones de su invitado, que también estaba haciendo la misma pulsera que él.

  —Es difícil —comentó.

  —Es solo cuestión de práctica. La primera vez que lo intenté, me terminó saliendo una bola enmarañada feísima.... ¡Pero no estoy diciendo que el tuyo se parezca a una bola enmarañada feísima!

  México rió un poco al oír eso.

  —Gracias.

  Joder, la risa de México era hermosa. Canadá, no vayas a excitarte.

𝙱𝚘𝚗𝚓𝚘𝚞𝚛 𝙼𝚘𝚗 𝙰𝚖𝚘𝚞𝚛 | 𝓒𝓪𝓷𝓶𝓮𝔁 | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora