𝙱𝚘𝚗𝚓𝚘𝚞𝚛 𝙼𝚘𝚗 𝙰𝚖𝚘𝚞𝚛 | 𝓒𝓪𝓷𝓶𝓮𝔁 | TERMINADA

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🇨🇦»»——⍟——««🇲🇽

  19 de agosto, 2020.

  —Canadá.

  —¿Pasa algo, Micxic?

  —No, es solo que quería escuchar tu voz.

  Ese día fue... pesado.

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  Durante la mañana México estuvo eligiendo qué ponerse pero terminó arrepintiéndose de su decisión porque a su parecer se veía demasiado "no desapercibido" entre la multitud. No dijo nada para no preocupar al canadiense y se aguantó con toda su fuerza la sensación de ahogamiento.

  La fiesta fue justo en el mismo lugar donde comieron en aquella primera cita, y cuando llegaron no importó de qué forma se escondiese, sentía que todas las miradas estaban clavadas en él y su forma de vestir.

  Esa era la realidad distorsionada con la que tenía que convivir todos los días, pues ciertamente la mayoría de ideas que se hacía eran solo su imaginación.

  Por otro lado Canadá aprovechó para conocer gente nueva y hacer más cercanía con los dueños de locales cercanos, a lo que pronto reunió a un grupito de amigos y ya estaban conversando en una mesa.

  —Perdón por la pregunta pero ¿ustedes son novios? —preguntó Brasil, encargada de la dulcería llena de colores.

  Canadá y México se miraron entre sí como si esperaran a que el otro conteste.

  —N-

  —¡Sí! —interrumpió México, que había estado en silencio durante toda la charla.

  El canadiense se puso rojo como un tomate.

  —Felicitaciones —dijo Holanda, dueña de la florería—. Uy, ¿entonces eran para él los ramos que compraste hace unos días?

  —¡¿Le compró flores?! ¡Waaa, tan tierno! —añadió Japón, dueño de la tienda de disfraces.

  —Es que los vi salir juntos hace unos días y me moría de curiosidad.

  —¿Qué no Canadá lleva como dos meses viviendo aquí? Rayos, enséñame a conseguir novio, ya me urge.

  —A ti no te servirían lecciones de cómo conseguir novio, más bien necesitas una liposucción.

  —¡Oye!

  Todos rieron excepto Canadá, que estupefacto miraba de reojo a México sin entender de qué forma debía tomarse eso de que ya eran oficialmente pareja.

  La plática siguió durante horas de comentarios divertidos y simpatía, hasta México se sintió incluido y por primera vez en mucho tiempo le sonreía y hacía chistes a una bolita de personas, cosa que llamó mucho la atención de todos los invitados que lo reconocían como el joven de mala cara y figura espectral en los departamentos.

  En la mesa estaban sentados Canadá, México, Holanda, Japón, Brasil y Botsuana.

  Ah, Botsuana, el dueño de la joyería, si nadie lo ha mencionado es porque no ha dicho ni una sola palabra y pocas veces levanta la mirada de su celular para ver al canadiense.

  —Vamos, sé que con un gran beso te encantaría sacarle el desayuno de las muelas —dijo Brasil para molestar a Japón.

  —¡Ugh, haces que los besos suenen asquerosos!

  —Los besos no son asquerosos —siguió Holanda—, no cuando agarras a tu pareja bien fuerte y haces sonidos exagerados.

  —¿Cómo? ¿Así?