Record of Ragnarok: una nueva frontera

Capítulo seis:

"Toda mi vida me temieron, repudiaron, persiguieron y odiaron. Intenté demostrar al mundo entero que Hulk podría ser una fuerza para el bien, que podía ser un héroe, pero algo siempre salía mal. Sin importar que tan fuerte intentara, siempre acababan temiéndome.

Pero ahora...

En este universo...

Todos los humanos de la historia aclaman mi nombre, mientras los protejo de los dioses que buscan acabar con ellos.

Parece ser que nunca dejé de ser un demonio, ya sea como el destructor de mi mundo o el salvador de este, el significado de oponerse a dios, de ser su opuesto, cambia completamente cuando te das cuenta de que dios no era como pensabas"

El estadio rebosaba de emoción mientras los humanos vitoreaban el regreso de su campeón, ambos luchadores se veían frente a frente, con Thor eufórico y emocionado, mientras que Hulk estaba impaciente y furioso.

—Lord Zeus—dijo Hermes—. ¿Cómo piensa que Lord Thor podrá ganar si su oponente se reforma de esa manera?

Zeus dejó de acariciar su barba y señaló a Hulk con su dedo.

—Qué pregunta más estupida—dijo el viejo—. Solo mira, la bestia no podrá regenerarse si no queda nada de ella, y Thor cuenta con un poder más que suficiente para hacer ese trabajo, reducirá a ese monstruo a nada.

Thor miró a su rival con una sonrisa y balanceó su martillo, sosteniéndolo nuevamente como un gigantesco bate de beisbol.

Hulk gruñó, su muñequera derecha empezó a brillar con una segadora luz verde, los músculos de Hulk crecieron y sus venas se hincharon a medida que la ira se apoderaba de su ser y multiplicaba el alcance sus poderes.

El Gigante Esmeralda dio un salto tan poderoso que salió disparado de la arena, alcanzando una altura impensable, a niveles estratosféricos.

—¡¡QUÉ ACABA DE PASAR!!—gritó Heimdall—. ¡¿HULK ACABA DE DEJAR LA ARENA?!

Thor sonrió y se preparó para lo que seguía.

—Parece que Lord Thor ya se dio cuenta—dijo Brunhild.

—¿Darse cuenta de qué?—preguntó Geir.

—Hulk no está huyendo, se está preparando para dar su golpe más devastador—explicó la mayor de las valquirias—. Y lo está haciendo al alcanzar el cielo solo con su fuerza, hazaña que los dioses creen impensable para un simple humano.

Thor miró al Mjölnir fijamente.

—Estos humanos... han despertado mi interés...—el martillo vibro y palpitó en respuesta—. ¿Oh...? Así que tú también estás emocionado... en ese caso... vamos.

Thor preparó su posición de ataque.

SIN CONTENERSE

En las alturas, un segundo sol iluminó el mundo, uno con un fulgor verde esmeralda.

Este eral el mismo Hulk, la furia en su interior no tenía punto de comparación, sus niveles de radiación eran tan altos que quemaba el aire por donde pasaba, solamente el poder de cientos de dioses evitaba que la dañina aura del coloso afectara irremediablemente a los humanos en las gradas.

Hulk ya no entendía que era lo que estaba pasando, no sabía quién era o que hacía, la ira lo había consumido por completo, lo único que sabía era que quería destruir y que su siguiente golpe tenía que ser más poderoso que cualquier otro que hubiera lanzado en el pasado.