Capítulo treinta y tres:

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A los nueve años, Danny Rand encontró la legendaria ciudad de K'un-Lun que su padre había visitado años antes.

Tras estudiar durante diez años artes marciales, obtuvo el poder de Iron Fist al derrotar al dragón Shou-Lao el Inmortal. Para lograrlo, tuvo que introducir las manos en las llamas que custodiaban el corazón fundido del dragón.

Durante su pelea, fue marcado en el pecho por Shou-Lao, obteniendo así para siempre la marca del dragón.

Una de sus muchas habilidades es controlar su sistema nervioso para anular la respuesta al dolor durante el combate. Esto suena muy bien a primera vista, pero la verdad es que el dolor siempre ha sido una herramienta evolutiva que permite a los animales seguir viviendo

Es por esto que una mejor técnica es adormecer el dolor, más no anularlo por completo, esto significaba que, sí un golpe de su oponente le resultaba tan doloroso, era porque el ataque no había sido cualquier cosa.

Sus poderes iban más allá que simplemente inhibir sus respuestas naturales al dolor, también era capaz de controlar su Chi (energía natural) en sus manos para que sus puños fueran demoledores, sin embargo, esto le causaba un dolor mayor al que podría anular. Esto mismo se aplicaba a su habilidad para curarse a sí mismo y a otros.

—ES MOMENTO DE PONERSE SERIOS.

El Puño de Hierro se preparó para un nuevo asalto.

Shiva hizo una mueca.

—¿Eh?

El humano colocó la palma de su mano derecha, envuelta en llamas doradas, en su pecho y se concentró en su ser. Absorbió toda la energía que pudo y la canalizó en sí mismo para aumentar su poder.

Sus ya descomunales habilidades, fuerza, velocidad y reflejos aumentaron aún más.

El uso del Chi era doloroso, pero tenía una gran ayuda consigo, Eir, la valquiria de la paz. La piadosa sanadora se encargó de aliviar el dolor del humano, al tiempo que llenaba su mente de paz y le dejaba concentrarse.

El cuerpo entero de Danny estaba envuelto en una llama dorada.

Los espectadores se inclinaban para ver mejor.

—¡¿Qué demonios es eso?!

—Es fascinante.

Shiva lo miró detenidamente, evaluándolo.

La cegadora luz que envolvía a Danny se desvaneció, dejando al humano nuevamente en guardia en medio de la arena. Con sus ojos fijos en su oponente y lleno de poder para luchar.

—Y a pesar de todo, hay paz—dijo el humano tranquilamente—. Así que... tengamos una lucha satisfactoria.

...

De regreso en uno de los jardines del Valhalla.

Loki encaraba a Buda frente a frente.

—Entonces—dijo el iluminado—. ¿Quieres pelear?

Loki y el se miraron fijamente y en silencio por un momento.

Finalmente, Loki alzó las manos y negó enérgicamente.

—¡NO, NO!—aseguró, mientras se llevaba la mano izquierda a la boca—. ¿Cómo decirlo...? Seré simple, quiero preguntarte algo.

Buda lo miró fijamente desde arriba, con el palo de su paleta sobresaliendo de entre sus puntiagudos colmillos.

—Verás—decía Loki—, está es la primera vez que veo a las valquirias haciendo el Volundr... Sí, sí. Y sabes, me fascinó por completo.

Buda lo miraba esperando a que llegara al punto.

Record of Ragnarok: una nueva fronteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora