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chapter nine. no more cold

Después de su encuentro con el querido Santa Claus siguieron su camino hacia el río, estando en frente de el pudieron ver que este ya se estaba descongelando y como habían previsto, si, el invierno estaba por acabar.

— Necesitamos cruzar ahora mismo — dijo Peter

— ¿Los castores no hacen presas? — preguntó Lucy

— No soy tan veloz, querida.

— ¡Vamos! — sin más Peter tomó la mano de su hermana y la de Emily

— Piénsenlo un minuto — se interpuso Susan 

— No tenemos un minuto — respondió Peter

— Sólo quiero ser realista-

— No, quieres ser la lista. Como siempre — le dijo por último Peter. 

Bajaron por la montaña hacía el lago, el primero en dar un paso fue el mayor pero con solo este se escuchó un crujido en el hielo, podía resistir, pero era peligroso.

— Esperen, quizá yo deba ir primero — se ofreció el Sr. Castor y avanzó, mientras avanzaba palmeaba con la cola y se veía como el hielo se quebraba pero no tanto como para hacerlo caer.

— Te haz estado sirviendo dos veces a escondidas — dijo su esposa 

— Uno nunca sabe cuando será su última comida-

Todos fueron detrás del castor caminando con cuidado y con cierto miedo por obvias razones, cuando dé repente en la punta de la cascada aparecieron los lobos. 

— ¡Ay no! — gritó Lucy

— ¡Corran!

Comenzaron a correr intentando de escapar, pero fue imposible, la manada los detuvo rodeándolos y dejándolos sin escape, Peter al ver esto su primer impulso fue sacar su espada amenazado al alfa.

— Deja eso, niño, alguien se puede lastimar — dijo acercándose sigilosamente

— ¡No te preocupes por mi, atraviésalo! — decía el Sr. Castor a quien los lobos habían tomado de 'rehén'

— Váyanse ahora mientras puedan y su hermano se irá con ustedes.

— ¡Detente Peter, quizá deberíamos escucharlo! — dijo Susan

— Que chica tan lista.

Ellos no se daban cuenta que este avanzaba cada vez más y ellos retrocedían con si, unos pasos más y caerían.

— ¡No le hagas caso, mátalo ya!

— Por favor, ésta no es tu guerra. Lo único que quiere mi reina es que te vayas con tu familia.

— ¡El que un hombre de rojo te dé una espada no te convierte en un héroe! ¡Nada más suéltala!— insistía su hermana

— ¡No, Peter! ¡Narnia te necesita! ¡Destrípalo ahora que puedes! — gritaba el castor

— ¿Qué vas hacer, Hijo de Adán? No voy a esperar para siempre y el río tampoco.

Las menores voltearon a ver la cascada y esta estaba apunto de estallar.

— ¡Peter! — gritó Emily

— ¡Agárrense de mí! — indicó

Seguido de eso el chico clavo la espada en el hielo para que se partiera, los lobos también fueron separados y quien sabe por donde se fueron, pero ellos no los volvieron a ver, los chicos salieron disparados por la fuerza del agua, fueron arrastrados hasta llegar a la superficie y subir a una orilla sacudiéndose e intentando recuperar el aire.

 𝐏𝐑𝐄𝐓𝐓𝐘 𝐖𝐇𝐄𝐍 𝐘𝐎𝐔 𝐂𝐑𝐘: edmund pevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora