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No te guardes lo que te sucede con el pensamiento de que son ideas tuyas.
La castaña sonríe con emoción mientras comienza a acomodar la mesa para la cena sorpresa que prepararon ella y su hermano por el cumpleaños de su madre, revisa la hora en su celular y se siente calmada al darse cuenta que todavía falta para que su madre regrese.
—Oh mierda —murmura al recordar algo.
—¿Qué? —inquiere el rubio cenizo desde la cocina.
—Olvidé comprar las flores favoritas de mamá —explica colocando ambas manos en su cabeza.
—¿Y eso qué? —cuestiona cruzándose de brazos.
—¡¿Cómo que eso qué?! —chilla la de ojos castaños.
—Argh, cada día te pareces más a la bruja —farfulla el de ojos rubí.
—Termina de arreglar la mesa, iré a comprarlas —ordena dejando los cubiertos de lado.
—Yo hice la cena ¿Y también tengo que acomodar la mesa? —espeta volteando a verla.
—Yo fui la de la idea, yo limpie la casa, yo hable con las amigas de mamá para que la entretuvieran, yo compre los regalos ¿Y te molestas por tener que acomodar la cena? —cuestiona enarcando una ceja.
—Bien, pero apresúrate —bufa y ella sonríe.
—Gracias.
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Se dirige hacia la puerta, toma las llaves de la casa luego de ponerse los zapatos y sale a paso apresurado rogando que la floristería que está relativamente cerca de su casa siga abierta a esta hora.
