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《☾✩꧁꧂✩☽》
Todo lo que necesito es encontrarte.
—¿Por qué tan urgente de verme? —pregunta calmado el pelinegro.
—No pienso ayudarte más —espeta la rubia apretando sus manos en puños.
—¿Qué? —cuestiona enarcando una ceja.
—Lo que oíste —se cruza de brazos— No voy ayudarte más, tampoco a cubrirte, no voy a ser cómplice de un secuestro, no tienes derecho a privar a alguien de su libertad, ella no merece esto.
—Te diré dos cosa pequeña Rika —murmura inclinándose hacia adelante— Primero, en este punto no necesito nada de ti y segundo, yo nunca te obligué a que me ayudaras, tú aceptaste por tu propia cuenta.
—¡Yo no acepté esto! —exclama alzando la voz— Yo no acepté secuestrar a nadie, solo quería separarlos, se suponía que no ibas a lastimar a nadie ¡Lo prometiste!
—Me bajas el tono Rika —se levanta y a se acerca a ella, la de ojos azules da grandes zancadas hacia atrás hasta que choca con la pared y el ojiazul la acorrala— Tú aceptaste ayudarme, estabas dispuesta a todo por separarlos y eso fue lo que hice, quieras o no ya eres cómplice de secuestro y me importa una mierda que ahora tu sucia conciencia no te deje dormir, yo cumplí con mi parte del trato, deja de joder.
—Hay algo llamado karma, Dabi —murmura acercando su rostro al de él— Y no importa donde te escondas siempre te va alcanzar.
—Si eso era todo puedes irte —se aleja y hace una seña con su mano, el líquido negro de siempre la envuelve y la deja frente a su casa.
Rika entra a su casa y se dirige a su habitación, se sienta en la cama y saca de su bolsillo un receptor y lo enciende, este comienza hacer un sonido constante y un punto rojo aparece en la pantalla, lo primero que nota es que está en la ciudad pero bastante lejos de donde se encuentra ella.
—Con esto lograré remediar mis errores —murmura sin dejar de mirar el aparato en su mano.
Kazumi regresa al colchón y se sienta dejando su espalda recostada en la pared, suelta un suspiro pasando sus manos por su rostro asimilando la información que acaba de adquirir, al parecer los golpes de información no piensan acabar.
Cuando la rubia alzó la voz la castaña logró escucharla, la voz le pareció conocida por lo que decidió acercarse a la puerta para tratar de escuchar y logró hacerlo a partir de ese momento de la conversación, definitivamente no le había caído del todo bien enterarse que la ojiazul tuvo que ver con el que ella terminará metida en esta situación y ahora le encuentra sentido a su invitación y su reacción al enterarse que ya tenían planes.
