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《☾✩꧁꧂✩☽》
La bienvenida a un infierno.
Han pasado varios minutos desde que despertó, los mismos que tardo en poder recordar lo que había pasado la última vez que estuvo consciente, el intento de rescate, la revelación de Toya y el momento donde salvó a su hermano dejándose caer en las fauces del lobo de nuevo, repitiendo las palabras que él le dijo cuando fue al revés.
"—No vengas Kazumi."
"—No vengas Katsuki."
Observa su alrededor.
Esta vez la habitación en la que se encuentra es mucho peor que la anterior, el olor a húmeda le provoca nauseas, está sentada en el suelo cubierto por unas sábanas delgadas y no entra absolutamente nada de luz.
Acerca sus rodillas a su pecho abrazándolas escondiendo su rostro entre estas, siente sus ojos cristalizarse así que los cierra con fuerza intentando no llorar, la situación la está sobrepasando y ella es solo una chica de 16 años.
La puerta se abre con un estresante chirrido dejando entrar un poco de luz de afuera, la castaña levanta levemente su mirada preparada para ver al pelinegro entrar pero en su lugar observa a la rubia de coletas con una sonrisa psicópata.
—Hola Kazumi-chan —saluda entrando a la habitación sin perder la sonrisa, la de ojos castaños se pone alerta pues sabe lo impredecible que puede llegar a ser la de ojos amarillos— Me alegra mucho que estés aquí Kazumi-chan, seamos amigas.
A medida que Himiko se acerca Kazumi puede vislumbrar el brillo del chuchillo que lleva en una de sus manos, comienza a analizar sus opciones hasta que cae en cuenta que ya no tiene las pulseras que mantenían inactivo su quirk y lo único que la detenía era la puerta cerrada.
—Quiero probar tu sangre Kazumi-chan ¿Me dejas? —murmura ladeando la cabeza para abalanzarse sobre ella, la castaña reacciona con rapidez y de sus dedos salen varios hilos invisibles que al entrar en contacto con el cuerpo de la rubia la paralizan tomando el control de su cuerpo.
La de ojos castaños se levanta moviendo su manos para mover el cuerpo de la de ojos amarillos a su conveniencia como si de una marioneta se tratara, la hace soltar el cuchillo y retroceder unos cuantos pasos.
—Gracias por regalarme mi pase de libertad Toga Himiko —sonríe Kazumi alzando el cuchillo, la susodicha se retuerce intentando liberarse pero con giro de muñeca los hilos ajustan su agarre sacándole un quejido a la chica.
Sin esperar más y sin querer tentar su suerte se acerca a la puerta preparándose mentalmente para una batalla pues está consciente de que si Himiko fue a buscarla ahora están en la guarida de la Liga de Villanos, lo que la pone en un clara desventaja porque le ganan en número, sin embargo, no está dispuesta a dejar de luchar, nunca lo hará, no es lo que le han enseñado en la Academia U.A, ahí le enseñaron a nunca rendirse, a siempre ir más allá.
