12: Escuchar el silencio.

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¿Cómo iba a pasar el día veinticuatro con Taeyong en casa? ¿Qué iba a hacer? No había dormido nada y la tórrida conversación de la noche anterior le daba vueltas y vueltas por la cabeza. No podía decirle nada a Doyoung y preocuparlo, él se llevaba bien con Taeyong. Y tampoco iba a fastidiar las navidades de nadie más. Jaehyun tampoco tenía por qué saber nada más de su vida personal, no le concernía y desde luego, no podía hablarlo con sus madres y dejar ver que tenía sentimientos por Lee Taeyong cuando se suponía que había traído a su novio a casa. ¿Qué iba a hacer?

Miro la hora en su teléfono. Eran las ocho de la mañana de un sábado 24 de diciembre y en el pasillo ya había ruido. Supuso que seguro serían sus madres o sus abuelos, que siempre madrugaban y estarían planeando todo lo necesario para el día cuando llegaran sus primas y volvieran los Lee.

No quería salir de la cama y a la vez, sentía que tenía que marcharse de ese lugar un rato. Se dio media vuelta sobre el colchón y se encontró a Jaehyun, con las manos en el pecho mirando al techo. Sus miradas se encontraron por unos breves segundos.

—Buenos días. —Dijo Eunbi.

—Hola. —Respondió el con voz ronca.

—¿Qué haces despierto? Son las ocho. —Eunbi se inclinó y le miró con el ceño fruncido. Jaehyun se sentó sobre el futón y se estiró con la espalda adolorida.

—¿Y tú? Además, todavía tienes los ojos hinchados de haber llorado. —Eunbi se volvió a dar media vuelta y, fuera del campo de visión de Jaehyun, se frotó los ojos. —Eunbi... —Notó un peso en el colchón y supo que Jaehyun se había subido. —¿Estás bien? Puedo dejarte dormir más si quieres, sé que no has dormido nada.

—¿Y cómo lo sabes? ¿Tú tampoco has dormido? —Jaehyun negó. —¿Por qué?

—El suelo estaba frio y duro y te estaba escuchando. —Dijo directo.

—Pues perdón. —Se dio media vuelta y le dio la espalda a Jaehyun. —La próxima vez ya llorare en silencio para que al señorito no le moleste. —El castaño suspiro.

—Que no idiota, la próxima vez déjame dormir en la cama. Con una barrera de peluches. ¡Me da igual que llores! —Mintió. El futón había sido el menor de sus problemas, pero le sabía mal ver a Eunbi triste en navidad. —¿Y... qué pasó con Taeyong?

—¿Otra vez con eso? —Resopló. —No te incumbe. ¡Y fuera de mi cama! —Le pateó. —Ni sueñes que vas a dormir aquí esta noche.

—Me voy. Realmente tienes un problema con tratar mal a los que no son la razón de tu enfado, ¿eh?

Jaehyun se levantó entre bostezos y salió de la habitación sin decirle nada más a Eunbi. Que se quedara a descansar y se replanteara cómo se dirigía a él. No podía ser tan agotador estar a solas con ella cuando solo llevaban tres días juntos. La chica siempre era fría, directa y hasta maleducada con él. No pedía que fueran amigos, pero mínimo que le dirigiera bien la palabra.

Se lavó los dientes con agresividad pensando en que su único momento digno de recordar con Eunbi había sido la noche anterior mientras hablaban de asuntos relacionados con sus estudios. Y cuando se quedó dormida en el avión y el pelo le olía a frutas. ¡Pero ese último no contaba!

Salió del baño aun con el pijama puesto y bajó a saludar a la familia de la rubia. Al menos todos y todas ahí eran agradables con él y se sentía sorprendentemente cómodo entre los Kim.

—Buenos días familia. —Saludó Jaehyun. —¿Necesitas ayuda, Danna?

—¡Oh, Jaehyun cariño? ¿Me echas una mano con el desayuno? —El chico asintió y la siguió a la cocina. —¿Sabes cocinar? —Volvió a asentir. —¡Genial!

Un mes por contrato. |Jung Jaehyun ;; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora