—¿Dónde está ese tonto del culo? —Eunbi habló sola, sosteniendo con fuerza su maleta, encogida por el frío a la tenue luz de las farolas anaranjadas que iluminaban la plaza mayor del campus. Eran las cinco y cuarto de la mañana y llevaba quince minutos esperando a Jaehyun sintiendo que en cualquier momento, iba a quedarse sin dedos de los pies aunque llevara dos pares de calcetines gruesos.
Soyoung se había ido antes que ella y estaba sola. Caminó hasta uno de los bancos de piedra que rodeaban la plaza y se sentó ahí con sus cascos puestos, escuchando canciones mientras esperaba. Había sido previsora y había mentido sobre la hora de salida del avión. El vuelo salía a las nueve, pero no quería perder ni un solo momento entre la facturación y el viaje en autobús hasta la terminal. Tenían casi cuatro horas contando que una se la pasarían en un autocar. Eunbi no tenía el número de teléfono de Jaehyun y se maldijo por no habérselo pedido para evitar esta situación. Si no estaba ahí antes de las cinco y media, iría a buscarlo a la residencia y lo sacaría arrastras de la cama.
—¡Eunbi-ssi! —Movió sus cascos para que colgasen de su cuello y detuvo la reproducción de su teléfono. Jaehyun venía corriendo con una maleta de rudas y podía ver el vaho de su aliento ante el reflejo de la luz de las farolas. —¡Perdón, perdón! —La rubia le miró implacable cuando estuvo a su lado.
—Ya, bueno. Vamos. El autobús al aeropuerto sale en diez minutos y la parada queda por ahí. —Comenzó a caminar sin prestarle atención al chico y a los segundos, lo notó caminar a su lado. Volvió a ponerse los cascos y se centró en su música hasta llegar a la parada. Poco antes de llegar, sintió un tirón del brazo y miró a su acompañante con desdén. Musitó algo, pero con la música solo le vio mover los labios.
Jaehyun tomó la delantera y, llegando a la parada, puso una mano a cada lado del rostro de Eunbi y le quitó los cascos dejando la diadema reposar en su cuello. No apartó las manos de sus clavículas.
—Que me cuentes sobre tu familia. ¡No me escuchas! Y quiero saber cosas o quedará raro cuando llegué y no sepa cómo se llaman tus madres o si tienes una hermana gemela. —Eunbi no supo qué responder, le llegaba el olor del perfume del castaño por su proximidad y le gustaba.
En ese preciso instante pasó el autocar en dirección al aeropuerto que la salvó de tal situación, se dio media vuelta y se puso frente la puerta preparada para pagar los billetes.
—Ya está el bus, pon las maletas en el maletero yo pago los billetes. —Jaehyun no dijo nada y le hizo caso. Eunbi ya había subido y había pagado dos billetes. Caminó entre los asientos y las personas que dormían y se sentó junto a la ventana, segundos después, Jaehyun se sentó a su lado. —El autobús va medio vacío, ¿por qué tienes que sentarte aquí? —Preguntó.
—Vamos Eunbi, se va a llenar en las próximas paradas. —Protestó. —Además, quiero sentarme cerca de mi novia. —Lanzó un sonoro beso al aire y Eunbi puso una mueca de asco. —Cuéntame sobre tu familia.
—Mi madre se llama Miseo, la que más se parece a mí. Mi otra madre Danna, las dos de apellido Kim. Y mi hermano mayor, que se parece a mi madre Danna, se llama Doyoung. Listo.
—¿En serio? ¡Cuéntame un poco más!
—Quiero dormir Jaehyun. —La rubia se dio media vuelta. —Y la gente del autobús también.
—¡Yah! ¡Eunbi! —Protestó el chico. —¿Qué edad tiene tu hermano? ¿Trabaja, estudia? ¿Quién más irá a la cena de navidad? ¿Y quién es Taeyong? —Eunbi se giró ante la mención de ese nombre.
—¿Cómo sabes lo de Taeyong?
—Lo comentó Soyoung en la biblioteca. —Dijo desinteresado. —¿Por qué? ¿Es tu ex o algo de eso y me vas a utilizar también para darle celos? —Eunbi se revolvió incómoda en el asiento. —¡Así que sí! ¡Ja!
—¡No es mi ex! ¡Es solo mi amigo, mi vecino! —Exclamó.
—Pero estará ahí y tú quieres darle celos. ¿Te gusta Taeyong? —Jaehyun le miró alzando las cejas. —Es guapo, ¿eh? Seguro que tiene que serlo para que mintieras sobre tener pareja. —Eunbi abrió los ojos de golpe. —Vamos, vamos Eunbi, no hay que ser un detective para darse cuenta. Querías ponerlo celoso.
—Cállate Jaehyun.
—Pero ¿por qué? —Preguntó ignorando la llamada de atención de la rubia. —¿Qué estuviera celoso iba a demostrarte que estaba interesado en ti? ¿Por qué causar esa sensación en alguien com mentiras? —Eunbi se mantuvo callada, sintiéndose personalmente atacada con las preguntas de Jaehyun y el viaje acababa de comenzar. —Los celos no son muestra del amor de una persona, pero dejan bastante que desear de quien los siente... ¿Se puso celoso? —Volvió a preguntar. —Porque si es así, no será un inseguro de mierda. —Comentó.
—He dicho que te calles. ¡Quiero dormir, no hablar de Taeyong!
—Es que no tengo sueño. Y juzgar tus acciones siempre es más divertido. —Le regaló una sonrisa y le guiño el ojo. —En serio, no sé qué cojones pretendías conseguir con eso pero...
—¡Lo dije sin pensar! ¡Era una cría de diecisiete años! ¿Qué más te da de todos modos? —Dijo a la defensiva.
—¿Diecisiete años? ¿Llevas con esta mentira cuatro años? —Jaehyun comenzó a reírse. —Entonces hemos sido novios por un largo tiempo ¿no es así? —Eunbi gruñó molesta. —Podría decirse que, cuando conozca a Taeyong, si aun sigues con la idea de querer darle celos porque te gusta, podría currarme una actuación de novio del año. Se me da bien aparentar ser el novio de la gente, ¿sabes?
—¿A ti? Pero si no te ha durado un ligue más de una semana. —Escupió. —Siempre estás con alguien diferente cada poco tiempo. Y por cierto no, no me interesa darle celos a nadie. Esas tonterías se quedaron muertas con la Eunbi inmadura.
—Espera, espera un momento. —Jaehyun giró el torso para ver el rostro de Eunbi con claridad. —¿Esta es la Eunbi madura? Vaya, pensaba que la Eunbi madura le diría la verdad a su familia y a su amigo.
—¡¿Y qué si no lo hago?! ¡Tengo mis motivos!
—¿Cuáles son? —Preguntó Jaehyun. —Y además, ¿qué es eso de que no valgo para las relaciones? ¡es diferente que no quiera tener nada ahora mismo! ¿Y por qué estás tan al tanto de mis ligues? ¿Es que tú también quieres?
—¡Qué asco! En primer lugar, mis madres han montado todo un teatro cuando se han enterado de que tenía novio, no quiero decepcionarlas y tampoco a mis abuelos que vienen desde el sur. ¡Todo el mundo estará expectante de mi grandísimo novio! —Jaehyun se tomó el cuello de la sudadera vanidoso y se sacudió las mangas. —Y en su lugar me voy a presentar con el único idiota que no tiene planes de todo el campus.
—¡Eh! —Jaehyun se quejó. —¡Que sí que tenía planes!
—Ya, follar.
—¿Te parecen acaso malos planes? —Eunbi suspiró y volvió a darse la vuelta contra el cristal.
—Y en segundo lugar, no me interesa tu vida sentimental o con quien te acuestas. —Sentencio. —Pero compartir clase contigo significa escuchar los cotilleos de la gente sobre el ligador de primera liga de Jung Jaehyun, aunque no quiera enterarme, es inevitable.
—Guau ¿de primera liga? —El chico se volvió a sentar bien en el asiento y cruzó los brazos. —¿Tú también crees eso, Eunbi-yah?
—Lo que creo con firmeza es que eres un capullo integral.
—No dirías lo mismo si echaras algún partidito de primera liga conmigo. —Volvió a giñar el ojo con seducción y la rubia comenzó a pensar que realmente tenía un tic en el parpado.
—Estás demente.
—Vamos Eunbi, te molan mis comentarios tanto como te molo yo. No lo escondas. —Le dio un par de codazos y Eunbi cerró los ojos apoyando la cabeza contra el cristal y subiendo el volumen de la música. Iba a dar por zanjada toda conversación con Jaehyun hasta llegar al aeropuerto, no iba a perder más saliva y ganas hablando con él.
Jaehyun, captando la indirecta de que su conversación había llegado a su fin, se sentó y se distrajo con su móvil un rato. Le lanzó una mirada de soslayo a Eunbi, que seguía en la misma posición, probablemente dormida y se preguntó con miedo si aquella actitud que adoptaba cuando estaba cerca de ella era la mejor manera que había para que la chica se fijara un poco en él o si convendría cambiar su papel. Pero llevaba tanto tiempo fingiendo ser así, que comenzaba a olvidarse de cómo era él mismo.
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Un mes por contrato. |Jung Jaehyun ;; NCT|
FanficEunbi tiene que regresar tras estudiar cuatro años en el extranjero a casa. Se muere de ganas de volver a ver a su familia y sobre todo, a su hermano mayor. Pero hay un factor que aun no sabe cómo sobrellevar: Les ha dicho a todos que tiene pareja. ...