Un mes por contrato. |Jung Jaehyun ;; NCT|

Prólogo:

Eunbi había metido la pata pero bien. Esta vez, cualquier camino que optase tomar iba a acabar de la peor de las maneras sí o sí.

Su estúpida y larga mentira había durado ya cuatro años intacta. Con dieciocho, justo al poco de haber dejado su país natal, le había contado a su mejor amigo Taeyong que tenía novio. Nunca había dado muchos detalles, porque inventar no era lo suyo y ser bastante reservada con su privacidad era la excusa perfecta para que Taeyong no insistiera mucho en el tema.

Como era normal, la relación con su amigo se había enfriado con el tiempo. La distancia hacía difícil la comunicación, y Eunbi prefería aprovechar las horas y huecos libres para hablar con su hermano mayor Doyoung o con sus madres.

Doyoung no estaba al tanto de su metedura de pata porque a él, jamás había tenido la necesidad de contarle que tenía pareja.

Siempre presumía de su relación de plena confianza con Doyoung que, a pesar de no ser su hermano biológicamente hablando, siempre había estado ahí para ella. Desde que eran unos críos.

La madre de Eunbi había trabajado durante gran parte de su vida monitorizando a mujeres embarazadas y solteras en consultas de terapia en grupo y ahí había conocido a Kim Danna, la madre de Doyoung; a la que su vil novio de instituto había dejado tirada a sabiendas de que esperaba un hijo. Danna y Miseo se hicieron buenas amigas en la consulta y justo un año después de que Doyoung naciera, la madre de Eunbi se vio en la misma situación: Abandonada por la falta de responsabilidad paternal de un hombre al saber que estaba embarazada.

Aquello unió tanto a las dos, que de alguna manera, terminaron enamorándose como dos jóvenes y decidiendo emprender la aventura de la maternidad juntas, con Doyoung y con Eunbi.

Había barajado la posibilidad de contarle a su hermano la manera en la que había fastidiado su reencuentro y las navidades. Pero era demasiado tarde y no sabía con certeza qué hacer.

Taeyong había ido con la falsa noticia del noviazgo de Eunbi a Doyoung, que también se lo hizo saber a sus madres traicionando el pacto no escrito entre hermanos de no contar jamás aspectos de la intimidad de tu hermano o hermana a tus progenitoras.

—¡Todo por culpa de Lee Taeyong! —Se quejó en voz alta.

—¿Sigues dándole vueltas a eso? —A su lado, su mejor amiga Soyoung detuvo el coche en el establecimiento de la universidad a las ocho y diez de la mañana. —Llevas toda la noche dándole vueltas. Di la verdad o búscate un novio o una novia.

—¿Por qué no puedes ser tú? —Preguntó Eunbi bajando del coche con su mochila negra en un hombro y dando un portazo enfadada. —¡A mis madres les habría encantado!

—¡Eh, mi coche no te ha hecho nada! —Protestó Soyoung antes de acariciar el maletero de su viejo y destartalado coche con cariño y seguir a su amiga hasta la facultad de economía. —Y ya te he dicho que no colaría, además vuelvo una semana antes que tú a Corea. Mi hermana está en casa, ha vuelto de Australia y vendrá a recogerme al aeropuerto de Incheon. —Explicó.

—¡Ugh! —Eunbi, mosqueada, pateó una piña que había en el suelo y había caído de uno de los pinos que llenaban el campus. —¡Es que soy gilipollas!

—¡Eh! —Las chicas se giraron al oír una protesta cerca suyo. —¡Deja de patear las mierdas del suelo, rubita!

—¡Que te jodan Jung Jaehyun! —Eunbi continuó caminando tras dedicarle con desprecio una peineta a su compañero de clase. Iban a llegar tarde como siguieran andando tan lento, pero el frío había helado todo el pavimento y resbalarse en medio de todo el campus, no era plato de buen gusto de ninguna de las dos.

Hundió su cabeza en su negra y cálida chaqueta y caminó en silencio al lado de Soyoung.

¿Decía la verdad o le pedía a uno de sus amigos o amigas que fingiera ser su pareja durante un mes en presencia de sus madres, Doyoung y el guapo de Lee Taeyong?

Si a la adolescente Eunbi no le hubiera gustado su mejor amigo, ¡tal vez no se habría ido de la lengua!