Su quedada bajo las luces hermosas que decoraban toda la ciudad duró poco. Habían jugado en la nieve, conversado con profundidad sobre ellos mismos y hecho algunas fotos y memorias juntos. Pero Eunbi, como era normal, terminó el día con un terrible dolor de cabeza y al volver a casa, no se levantó de la cama hasta el día de año nuevo.
Si no le hubiera hecho caso a su familia, ahora no sería victima de los dolores de la gripe. Pero no se arrepentía, porque su carrera descalza sobre la nieve había sido suficiente para poder pasar una tarde maravillosa junto a Jaehyun.
Habían visto juntos las luces y los espectáculos que recorrían las calles. Todo estaba lleno de familias, niños y niñas y parejas. Jaehyun no había dejado de ser el en ningún momento. Atento con Eunbi, gracioso, irónico y como siempre, seductor con una chispa de humor. Habían compartido conversaciones sobre el futuro mientras de los auriculares de Jaehyun escuchaban sonar la misma canción sentados en n helado banco de madera.
Habían cenado juntos algo de los puestos callejeros y Jaehyun le había tomado de la mano mientras caminaban porque se había dejado los guantes.
Recordó aquella tarde durante los próximos siete días que estuvo postrada en su cama con la mera compañía de Doyoung y Yerin que subían a su habitación para entretenerla. No había vuelto a hablar con Jaehyun desde el veinticinco de diciembre, pero el chico le había deseado un feliz año nuevo a todos y todas y Doyoung fue el encargado de hacérselo saber a su hermana.
—Vamos, tómate el jarabe. —Indicó Doyoung. —Mamá va a traerte una infusión de... ¿Cómo ha dicho que era?
—Tomillo, regaliz y jengibre. —Dijo Yerin. —No sabe tan mal como parece, no pongas esa cara.
—¡Qué asco! —Con una mueca se incorporó un poco sobre la cama y se tomó el vasito de jarabe que le tendía Doyoung. —¡Puaj! Quita unnie, quiero salir ya de esta cama.
—¿Vas al baño? ¿Otra vez? —Preguntó la morena. Eunbi negó.
—No. Me encuentro mejor. Me vestiré y le haré una visita a Jae... ¡achís!
—Salud. —Dijo Doyoung. —Vuelve a la cama, aun no estás bien para irte por ahí o salir fuera y si te pones peor, ¿Cómo volverás a Phoenix? Ya verás a Jaehyun el lunes que viene. En el aeropuerto. Os llevaremos Yerin y yo.
—Ugh... —La rubia volvió a desplomarse en la cama y a echar mano de los pañuelos de papel. —Me muero de aburrimiento, me martillea la cabeza como si estuvieran remodelándome el cráneo y me duelen todos los huesos. ¿Qué mierda lleva ese jarabe y por qué no me recupero?
—Tiempo al tiempo, pequeña saltamontes. —Dijo Yerin. —Suficiente tenemos con que no nos lo hayas pegado a ninguno en casa.
—Bueno... —Doyoung miró a su hermana. —Mamá se está resfriando. —Dijo sincero. —Y yo creo que también voy a pillar algo, me comienza a doler la garganta.
—Ew, pues quita y no duermas conmigo o terminarás pegándome algo. —Doyoung puso los ojos en blanco hasta el comentario de Yerin.
—Como si no vinieras todos los días al cuarto de Eunbi, tienes ya tantos virus como yo. Ahora no quieras huir. —Un par de golpes sonaron en la puerta y Eunbi gritó un "adelante" esperando la infusión asquerosa de su madre.
Pero no abrió Danna. Jaehyun sonrió a la chica con la taza humeante en las manos y Yerin y Doyoung compartieron una mirada mientras se sonreían.
—¡Por fin! Un poco más y se levanta ella para ir a verte. —Habló Doyoung caminando hasta la puerta.
—¡Jaehyun! —Eunbi se sentó en el colchón y Jaehyun caminó, mientras Doyoung y Yerin se marchaban, hasta sentarse en un filo del colchón. —¿Qué haces aquí? ¿Sabían que ibas a venir? —El castaño asintió y le tendió la taza.
—Cuando te llamé en noche vieja para desearte feliz año nuevo y hablé con Doyoung me contó que no estabas pendiente del móvil porque te habías puesto mala, así que decidí pasarme a visitarte. —Explicó.
—Espero no pegarte nada, con tu padre como está...
—No te preocupes, ha vuelto hoy a la residencia de cuidados, ahí está cien por cien seguro. —Dijo sonriente. —Ahora estoy solo con mi madre.
—¿Qué tal está? —Preguntó Eunbi sonriente.
—Deseando volver a verte, pero le he dicho que tendrá que esperar. —Comentó. —Cuando te recuperes, ven a comer un día antes de que nos marchemos.
—Me temo que no se si me recuperaré del todo antes de irnos. Nos quedan cinco días en Seúl. —Recordó. —¿Tienes ganas de volver a Arizona?
—Bueno... Quiero volver a ver a mis amigos, claro, pero me da pena dejar a mis padres. Supongo que te pasará igual. —Eunbi asintió estando de acuerdo. —Y no quiero volver a empezar las clases. Menuda mierda de vuelta de exámenes y trabajos nos espera.
—Ugh, no me lo recuerdes.
—Tendría que haber seguido con el plan del contrato, ahora tengo que hacer los trabajos yo solo. —Bromeó. Eunbi puso los ojos en blanco ante su comentario y se llevó la taza a los labios.
—Puaj, esto está asqueroso. —Jaehyun se rio ante la mueca de la chica y tomó la taza para dar un sorbo y probar la infusión cuando Eunbi estiró el brazo para dejarla.
—Um, no está tan mal, de hecho creo que me gusta. —La chica le miró asqueada. —Pero tienes que bebértela, me lo ha dicho tu madre así que... —Le devolvió la taza y Eunbi la cogió con las dos manos mientras la miraba con repulsión. —Va, bébetela. Te necesito en plena forma para afrontar el enero de Arizona.
—¿Un enero a unos cómodos 20º grados? —Ironizó.
—No idiota, un enero de muerte académica. —Habló el castaño. —Además, tengo un sitio en mente donde quiero llevarte.
—Oh por favor no digas tu habitación o algo por el estilo.
—No, no, —Jaehyun se rio. —Aunque no me importaría cancelar los planes que tengo en mente para llevarte ahí tampoco. —Eunbi escondió el rostro detrás de la taza al ver la sonrisa de Jaehyun. —Pero como sé que te gustará más el plan que tengo en mente, el 20 hay un concierto y tocan bandas chulísimas. ¿Vendrás conmigo? Esto también es una cita.
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Un mes por contrato. |Jung Jaehyun ;; NCT|
FanfictionEunbi tiene que regresar tras estudiar cuatro años en el extranjero a casa. Se muere de ganas de volver a ver a su familia y sobre todo, a su hermano mayor. Pero hay un factor que aun no sabe cómo sobrellevar: Les ha dicho a todos que tiene pareja. ...