15: Escúchame.

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Eunbi había tomado el autobús de vuelta a su casa sola, para llegar a la hora de la cena, pero se había quedado vagando por la zona del parque donde se había reído tanto con Jaehyun aquella mañana. No tenía ganas de llegar a casa y lidiar con su familia.

¿Qué le gustaba a Jaehyun desde hacía años? ¿Tenía que creerse esas patrañas? No podía ser verdad, se negaba a aceptarlo y aun así, sus palabras habían sonado tan sinceras que la chica no pudo controlar la manera en la que aquella escena le estaba afectando.

Gustarle a Jaehyun, ¿ella? Inverosímil.

Se bajó del autobús en su barrio, los niños estaban volviendo a sus casas y las zonas de césped y paseo estaban llenas de muñecos de nieve. Cómo le gustaría patear la cabeza de alguno de esos dichosos muñecos de nieve tan perfectos. ¿Qué le diría ahora a su familia cuando llegara sin Jaehyun? ¿Qué le había soltado una especie de confesión y había ido a refugiarse con sus padres?

Al llegar a su casa empujó la verja con enfado y desdén. Los Lee estaban entrando precisamente en su casa, para unirse a la cena como estaba previsto y el único en darse cuenta de la llegada de Eunbi había sido Taeyong, que tras decirle algo a Miseo se dio media vuelta y trotó por el patio delantero hasta donde estaba Eunbi cerrando la verja. Estaba cansada de los hombres y lo que menos le apetecía ahora era tener que hablar con Taeyong. No pensaba dirigirle palabra alguna.

—¡Eunbi! ¿Podemos hablar? —Dijo al llegar con ella. —Bonita bufanda, parece muy calentita. —Dijo tímido.

—Regalo de los padres de Jaehyun. —Taeyong captó la indirecta que cargaba su tono de voz. Era seca y directa y eso significaba que no quería hablar con él, pero tenía que intentarlo.

—Eunbi...

—En serio Taeyong, no tengo nada más que decirte. Vuelve a casa, ahora entraré yo. —Le dio la espalda y se apoyó en la verja de metal pero Taeyong no se marchó de ahí, tampoco se preguntó dónde estaba Jaehyun, solo aprovechó la oportunidad de estar a solas con una vieja amiga y la aprovechó cuanto pudo.

—Es que no puedo dejar las cosas así, no puedo pensar si sigues enfadada conmigo.

—¿No te daba igual porque total, volveré a Arizona y ya no me verás más? —Dijo irónica. —Ya te he dicho que no quiero hablar.

—Pues escucha lo que tengo que decirte al menos, ¿vale? —La rubia puso los ojos en blanco y suspiró con pesadez. ¡Estaba harta! —En serio Eunbi, no soporto que estemos así. Es navidad y tenemos que aprovechar estos días, quiero estar contigo como siempre hemos estado: bien, riéndonos, felices. Quiero eso de vuelta.

—Taeyong haz el favor de no darme la chapa, eh.

—Es que... Llevo toda la noche pensando en ti y dándole vueltas a como me comporte ayer. ¡No tengo excusa, lo acepto! Te hice sentir mal y me odio por eso ¿vale? —Eunbi apartó la mirada. —Herir a una de las personas que más quiero en el mundo no me trae felicidad y... ¡dije todo eso sin pensar en el peso y el daño que podrían hacer mis palabras!

—¿Qué más da eso ahora? De todos modos, sigues pensando así. —El chico le miró apenado. —Acepto tus disculpas, pero eso no va a hacer que las cosas cambien por arte de magia.

—Si me dejas explicarme yo...

—Es que no quiero oír tus explicaciones. Lo único que quiero es que me ignores en casa, que disfrutes de la cena de noche buena con el resto pero a mí, ignórame hasta que vuelva a Phoenix. Por favor.

—Eunbi jamás podría ignorarte. No a ti, me estás pidiendo algo imposible. —La rubia hizo un sonido de desprecio con la boca y Taeyong dio un paso adelante para tomar las manos de Eunbi. —De verdad Eunbi... Me arrepiento de todo lo que dije, es que me negaba a aceptar que eres una adulta que tiene una vida sin mí y... —Eunbi se zafó de su agarre y caminó hasta el porche, Taeyong la siguió en cuanto comenzó a moverse y volvió a tomarla de la muñeca antes de que entrara en casa. —Eunbi por favor, por favor te lo pido.

Un mes por contrato. |Jung Jaehyun ;; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora