06: Planes de ensueño.

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El avión iba a despegar y los dos se emprenderían en un vuelo de casi trece horas en el que soportarse iba a ser el mayor de los retos. Los dos esperaban con los cinturones de seguridad puestos al despegue, que no tardó en llegar.

Eunbi no se quitó los cascos hasta que una azafata pasó con el carro de desayuno y Jaehyun le preguntó si le apetecía algo. Tomó un zumo y unas galletas mientras él se decantaba por un café con leche y un par de tostadas con mantequilla.

—Al final no me has dicho nada más sobre tu hermano en el autobús. —Dijo Jaehyun mientras removía su café. —¿Es mucho más mayor que nosotros?

—Solo un año.

—Oh, ¿y trabaja? —Eunbi asintió. —¿En qué? —Eunbi explicó que Doyoung trabajaba a tiempo parcial en una tienda de música mientras por las mañanas era becario de una empresa en Gangnam que se dedicaba al mundo editorial. También habló sobre la ocupación de sus madres. Le puso al tanto sobre sus abuelos, los padres de Kim Danna, su tía (hermana mayor de su madre), su tío y sus primas pequeñas, que ahora tenían dieciocho años. También le enseñó algunas fotos de Dal, el perro de Doyoung.

—¡Ah, Jaehyun! —El chico dejó el vaso de café ya vacío y miró a Eunbi con sorpresa. —Le dije sin querer a mi madre que eras alérgico a los gatos.

—¿Alérgico a los gatos? ¡Me encantan los gatos!

—Bueno, pues si ves alguno por la calle en presencia de alguien de mi familia, no lo toques. —Jaehyun suspiró. —O te quedas sin trabajos.

—¡Entendido, entendido! Pero ahora, —Eunbi, que había vuelto a darle al play a su lista de reproducción favorita, volvió a pausar la canción cuando escucho que para Jaehyun la conversación aun no había sido zanjada. —tenemos que hablar de nuestra relación, para hacerla más creíble.

—Ya te lo dije. Compañeros de clase y empezamos a salir. Fin. —Espetó. —Ahora déjame dormir un rato puesto que no me has dejado pegar ojo en el autobús.

—No mientas, te has dormido un rato. —Señaló. —Y si no, no ha sido por mis preguntas, seguro que ha sido porque te pongo nerviosa. A mí no puedes engañarme Eunbi-yah...

—Lo que tu digas. Ahora cállate.

—¿Qué te parece si cuando pregunten sobre nosotros les contamos una mejor historia? —Eunbi fingió que escuchaba música, pero en realidad, sentía curiosidad por lo tenía que decirle el chico. —Sí, compañeros de clase pero... Podemos decorarlo un poco. Lo del grupo de estudio me gusta, ¿pero sabes qué le daría más emoción? Podemos centrarnos en los detalles, yo te presté un libro que tú no me devolviste y...

—¿Y por qué no te iba a devolver un libro?

—¡Ja! ¿Así que me escuchabas eh, Eunbi?

—Como para no hacerlo, probablemente te escuche el avión entero. —Improvisó. —Continua con tu ida de olla, a ver qué se te ha ocurrido.

—Bueno, te quedaste con mi libro, te lo fui a pedir pero lo habías perdido. Así que te dije que lo necesitaba y me quedamos para que me compraras uno, entonces...

—Madre mía Jung Jaehyun, ¿estás loco? ¿Para qué vas a darle tantas vueltas? —Interrumpió la rubia. —Como si la gente tuviera que saber eso de una relación. Estás loco.

—¡Bueno! Pues podemos decir que en una quedada del grupo de estudio nuestras manos se tocaron y...

—¡Basta, basta! —Jaehyun resopló y se cruzó de brazos. —¿Se puede saber cuántos escenarios ficticios tienes en esa cabeza? ¿Qué pasa? ¿Así has conocido a tus novias anteriores?

—¡No! Es solo que... ¿No te parece bonito? —El chico palmeó los reposabrazos de su asiento junto a la ventana y se volteó para mirar a Eunbi.

—Me parece inverosímil. ¿Qué te has fumado? Nos limitaremos a la verdad de los hechos: Coincidimos en clase y empezamos a salir, fin.

—¡Qué aburrida! ¿No hay juego? ¿No te volvías loca con mi presencia cerca de ti? ¿No deseabas que me fijara en ti y te dirigiera la palabra porque llevabas enamorada de mi desde que entre en clase de contabilidad de primero?

—No.

—Pues nadie se va a creer que seamos pareja.

—Lo harán si no nos vamos por las ramas, y tú ya estás delirando. —Con aquella ultima frase, Eunbi comenzó a reproducir la canción que tenía a medias desde el principio y se dedicó a ignorar a Jaehyun con la mayor de sus fuerza hasta que llegaron a Seúl.

El vuelo no se hizo largo para la chica, que había ido dormida casi todo el viaje. En cambio Jaehyun, que además se había quedado sin batería en el teléfono y no podía ver series que tenía a medias, había sentido el vuelo agotador. La comida estaba insípida, los asientos eran incomodos y tenía el brazo derecho dormido porque Eunbi, sin querer, se había quedado dormida encima suyo y no la apartó de su hombro.

Las pantallas que indicaban el progreso del viaje dejaban saber a los y las pasajeras que el vuelo estaba por finalizar. La mano de Jaehyun, sobre el reposabrazos, empezó a moverse hacia la derecha, acercándose peligrosamente a donde Eunbi había dejado reposar su brazo izquierdo.

No quería mover el brazo y despertarla cuando aun quedaba alrededor de media hora más de viaje.

Sus dedos se rozaron, la chica tenía las manos frías y con la palma de su mano, Jaehyun tomó la de la chica, haciéndola entrar en calor. Todavía no se despertaba, pero un ligero cabezazo asustó a Jaehyun que no quería que le viese en esa posición si despertaba. Eunbi había inclinado la cabeza hacia abajo y temiendo lo incomoda que podía resultar aquella posición y el daño que le haría a su cuello, con su otra mano en la mejilla de la chica volvió a conducir el rostro de Eunbi a su hombro, donde pudiera descansar sin sufrir demasiados daños. Le fue inevitable no apartarle los mechones de pelo rubios que caían sobre los ojos. Y en aquella pose, con sus dedos no queriendo dejar de acariciarle el cabello y su otra mano tomando la de Eunbi, la megafonía del avión anunció que tenían que ponerse los cinturones y Jaehyun se apartó un poco temiendo que la chica pudiese despertarse, pero no le pareció que lo hiciera.

Más en realidad, aquel cabezazo había despertado a Eunbi, que fingía dormir porque no sabía cómo afrontaría al despertarse el haberse quedado dormida sobre Jaehyun y que el chico le estuviera cogiendo de la mano.

Tenía que abrocharse el cinturón y Jaehyun también necesitaba su otra mano para hacerlo, pero los dos eran demasiado cobardes para tener que separarse y afrontar la realidad ante el otro.

Un mes por contrato. |Jung Jaehyun ;; NCT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora