Capítulo 17

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Capítulo 17

Señores, acaba de pasar algo increíble. El hermano Casimiro hizo una excelente movida.
Se hizo un examen de esterilización y lo compartió con Natacha. Es un gesto muy extraño, pero ellos habían hablado de el anhelo de Naty por tener bebés, así que al parecer el varón está realmente interesado en ella, tanto como para resolver una duda de toda la vida, por así decirlo. 

No sé en qué van a quedar esos dos, pero el hermano, aunque tenga nombre extraño, ama a Dios con intensidad y es bastante buen mozo, ¡Además, está loquito por Naty! Así que me gustaría verlos juntos, incluso los pastores han hablado con ella, ahora sólo estamos esperando que ella tome la decisión. 

Jared y yo por otro lado, tenemos una comida con los pastores para presentar nuestra relación más tarde hoy mismo en la iglesia, es lo que se estila al menos en la nuestra, presentarnos como pareja y pidiendo públicamente cobertura del espíritu Santo para nosotros... Y considerando la escena de hace algunos días, creo que la necesitamos. Luego de esto, tendremos una cena con mi familia, así que sí, hoy es un día movido. 

Y todo surge normal hasta que recibimos una visita inesperada...

Juana... mi tía.

Jared aun no ha llegado, estoy preparando a mi hija para dejarla con tía y Lissandro, cuando, la puerta de mi habitación es abierta de par en par... Ella, ingresa y toma asiento antes de darme tiempo siquiera a reaccionar.

—Ara, tengo que decirte algo. 

—Pasa, Juana. 

—No, ven tú afuera y sentémonos en el frente. 

Frunzo el ceño pero la obedezco. 

Tía Flor tiene unas sillitas antiguas preciosas de color rojo en el jardín, sobre un espacio lleno de cascajo, bajo una mata de tamarindo y al lado una de limoncillo. 

Miro a mi tía a los ojos y le permito que me cuente algo que me destroza, me desgarra y remueve todo dentro de mí. 

¿Saben? Empiezo a creer eso que dicen de que el enemigo siempre se mete contigo, cuando estás en el mejor momento con Dios, él aprovecha cualquier brecha y trae desastre a tu vida, lo que continúa esa oración es «Pero el que está en mi es más grande»... no obstante, lo que acabo de escuchar, siembra en mí una duda tan potente que tengo que agarrarme de la silla para no caerme. 

Por un momento culpo a Juana, es decir, pude haber vivido una vida tranquila sin esa información, pero ahora la tengo gracias a ella y un retorcido rincón de mi alma, piensa que mi tía encuentra gran placer en hacerme este daño. Justo después empiezo a sentir de nuevo el asco por mí misma y todo se desmantela a mí al rededor...No, ¿Por qué justo hoy? 

—No te digo esto para que "tengamos una relación". Si no me quieres en tu vida o entendería. sé que estoy siendo muy egoísta con todo lo que te estoy diciendo. Pero mereces saber.

No puedo responder a su lamento, estoy en shock.

—Esto que me acabas de decir tía, por favor, no sé lo digas a nadie. 

—Es tu decisión niña, lamento ocultártelo por tanto tiempo y... perdóname, por todo. 

No puedo decir más, yo... no puedo vivir con esto. 

Falta menos de media hora para la comida con los pastores, pero no me siento lista, sé lo que pasará una vez esté allá, me romperé por completo y es justo lo que tengo que evitar, porque de todas las cosas que podrían pasar en el mundo, la menos probable y demoledora para mí, acaba de hacerse un hecho.

Mi mundo se derrumba poco a poco y aun cuando mi novio llega y lo saludo, y subo a su auto y lo beso, aun así estoy distante, en otro mundo, sopesando la gravedad de lo que acabo de descubrir.

Si Las Rosas Se Marchitasen #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora