Epílogo

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Epílogo

¡Las bodas son tan estresantes! No sé cómo la gente tiene paciencia y eso que solo me tocó en esta ocasión entregar los dulces de la Candy bar y ser la dama de honor. 

Después de dos años y tres meses de noviazgo, Natacha y Fernando decidieron casarse. Así que aquí estamos. Mi esposo, Harry Styles…

No, mentira, Jared me oye y me arranca el cocote*. Mi esposo es el padrino, así que nos pasamos desde ayer enterito con los novios y ahora estamos aquí en plena ceremonia. 

¡Acaban de leerse sus votos!, son tan hermosos. 

Mi esposo me mira y besa mi coronilla mientras disfrutamos de la demostración de amor pública de nuestros hermanos en cristo y mejores amigos.

—Mami, ¿Tú estás segura de que no quieres una ceremonia? 

—Yo te he dicho cuchumil* setenta y cinco veces que no, muchacho. 

Jared y yo nos casamos hace dos años por lo civil, no hicimos absolutamente nada, no teníamos presupuesto, Jared tenía que salir de nuevo del país, así que así simplemente lo hicimos. Nos fuimos a un resort para nuestra luna de miel, y todo marchó perfecto así. 

—A las mujeres les gusta este tipo de cosas.

—Sí, pero a mí no. verlas, sí, pero es que es tan estresante y tú sabes que yo soy alérgica al estrés. ¿Tú quieres hacer una celebración, mi amor? 

—No, es que, la mayoría de mujeres que conozco siempre sueñan con este día, que no lo hiciéramos a veces me hace pensar que por mi culpa…

—No, yo ni te voy a dejar terminar de hablar. Yo no quise una ceremonia y eso no tuvo nada que ver con tu viaje para Estados Unidos. Así que sácate eso de la mente. Ahora, podríamos planear un desayuno con todos nuestros seres queridos para nuestro tercer aniversario en vista de que no hicimos celebración.

—Me parece perfecto. 

—¡Van a lanzar el ramo! 

—Pero tú ya estás casada.

—Igual, siempre quise atrapar el ramo. 

—¿Tú, enserio? 

—¿Por qué no? 

—Eres muy tímida. 

—Ah sí, verdad.

—¿Cómo que “Ah sí verdad”?

Le saco la lengua y luego le doy un beso corto, voy a ponerme en la muchedumbre de mujeres solteras, deseosas de agarrar su ramo. No me importa agarrarlo, como bien dice Jared, ya estoy casada. Pero siempre quise, en la boda de una amiga o de quien fuera, atrapar el ramo. Como me conocen y saben lo tímida que soy, nunca me atreví a hacerlo. Este es mi momento de brillar. 

Mientras más me voy acercando más me voy convenciendo de que es mi momento, este es mi momento de…

De darme la vuelta y no hacer nada, hay mucha gente y me da vergüenza. Así hago, pero choco con mi esposo quien sonríe y me voltea en dirección al ramo.

—No señorita se equivocó, prometí que te ayudaría a alcanzar todas tus metas, esta es una de ellas vaya a recoger su ramo. 

Me sostiene de la cadera y suavemente me pone detrás de todas las mujeres. 

Su esfuerzo no es en vano, casi por poco agarro el ramo, la prima de Natacha me ganó, ¡Y gusto que hubieran visto! El novio de esa muchacha se puso blanquito y es moreno ya ustedes se podrán imaginar.

Jared y yo bailamos un vals, el que nunca hicimos en nuestra boda. Y por un segundo, solo por uno, me imagino como hubiera sido. 

Él parece leer mis pensamientos, porque besa mi frente y susurra.

Si Las Rosas Se Marchitasen #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora