Capítulo 6
Ana Rachel Báez, nacida el trece de Mayo con ocho libras y unos hermosos y vibrantes ojos... verdes, como los de su padre... pero, las personas no siempre se quedan con el mismo color de ojos que tenían de bebés, así que hay esperanza, ¿No? por fortuna, es idéntica a mí, y puedo jactarme de que es únicamente mía y nadie más aportó nada a su concepción... aunque eso es imposible.
Cuando salió de mi vientre lloró como toda una campeona y no quiso separarse de mí. A duras penas lograron envolverla en su sabanita y llevársela. Tía Flor como que intuyó que era una niña, pero como el dominicano es tan supersticioso, no se atrevió a decirme nada, no fuera el bebé a escucharla y que resultara ser varón.
Yo por mi parte, sentí —y aun siento— una felicidad incomparable, cuando vi el perfectísimo rostro de mi niña, que ustedes son testigos, de que la esperaba con mucho anhelo.Ahora estoy en la habitación que me asignaron, esperando que vengan a revisarme y saber cuándo podré irme a mi casa. Mientras tengo a mi hija en brazos, amamantándola, una sombra cubre mi rostro. Ahora siento las cosas más reales, más cercanas. No pueden culparme si la duda se instala en mi, teniendo tan pocas posibilidades.
No quiero ser pesimista, no cuando he recibido tanta ayuda de parte de los evangélicos. Pero es que, ¿Qué otra cosa puedo pensar más que, que ahora tengo una boquita que alimentar y estoy hasta cierto punto desamparada? Flor no está en condiciones de mantenernos a mí y a mi niña, trabaja limpiando la casa de una señora, pero aun así apenas y logra subsistir, y yo creo que es más por el dinero que le envía su hija mayor Alba. desde estados Unidos, que logra manejarse mejor. Yo debería ser la ayuda económica para tía, no al revés. Y más siendo ella una mujer enferma: tiene diabetes.
Nadie ha venido a visitarme desde el día del parto, a los pastores no les avisé porque me dio vergüenza, pero quizás ellos sí hubieran venido. Estuve relativamente sola, porque tía tuvo que ir a trabajar y ninguna de las otras tías, viviendo todas en Santiago, quisieron quedarse conmigo en el hospital. Mami mucho menos, y mis hermanas una es muy joven, la otra muy... es un caso serio.
No tengo amigas, Natacha no puedo considerarla como una aun y los pastores tienen mucha gente de la cual ocuparse para que yo exija atención como un niño pequeño. Pero ¡Ay! Dar a luz sola, en un hospital de República Dominicana, es bastante triste.
Cuando no amamanto a mi hija, paso el tiempo llorando, a veces me alimento más para la niña que para mí misma, y luego duermo.
Hasta que me dan de alta y me veo en las afueras del hospital, con una bebé en brazos y sin dinero para pagar un taxi que me lleve de vuelta a casa.
Pienso en tía Marta, una hermana de papi vive cerca del lugar donde estoy, pero no creo que me reciba en su casa.
Trago el nudo que tengo en la garganta y permito que las lágrimas vistan mi rostro.
¿Soledad? No, la mayoría de personas no saben lo que es verdaderamente sentirse solo, desamparado. Teniendo tanta gente y no pudiendo contar con casi nadie, o con nadie. Tener un niño en tus brazos y no contar ni siquiera con el padre de ese bebé. No puedo recordar ni una sola vez en mi vida, en la cual me haya sentido tan sola como me siento ahora.
Lloro, finalmente lloro.
Lloro con amargura mientras la bebé duerme plácidamente en mis brazos. Y mirando al cielo elevo una plegaria en mi mente.
Desgarrada le pidió a Dios que me ayude a salir, no tanto para llegar a casa no, que me ayude a salir del hoyo en el cual me voy hundiendo día a día, poco a poco... que envíe a alguien que me saque de aquel lugar y pueda estar cómoda y tranquila en mi propia casa.
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Si Las Rosas Se Marchitasen #PGP2022
Romansa"¿Cuál es la cura para mi dolor? Quiero darme una sobredósis". Ara fue desechada por tomar una decisión, la apartaron por seguir un camino distinto... "Estoy sola". Una noche, lo cambió todo... y trajo consecuencias. "Nadie entiende, todos asumen, t...