DRUGS || BORIS PAVLIKOVSKY

te estoy terminando

Discutir con ella no me gustaba para nada pero las discusiones solían ser por mi culpa. Yo era demasiado orgulloso y ella no solía enojarse pero cuando se enojaba, se enojaba bastante.

—¡No, Boris, no hay peros!—lanzó la cajetilla de cigarros al piso—¡Me estresas!—rodé mis ojos—¿Por que me haces así?

—¡Oh, lo siento, mamá!—dije sarcástico

—¡Sólo me preocupo por ti!—me dio un leve empujón—¿¡Quieres matarte, joder!?—me dio otro empujón—¡Matate solo, no me consumas contigo!—me dio otro empujón más—¡No me arrastres contigo!—uno más—¡Muerete solo!—comenzó a llorar luego de ese empujón—¡Haz la mierda que quieras, fuma hasta vomitar pero me terminas antes!

Me dolía pero no iba a llorar, ella ya estaba llorando y estaba demasiado alterada.

—¡Dime algo!—este empujón fue más fuerte así que agarre sus manos con fuerza

—A ver, Karen, cálmate—me miro y rompió el llanto, según yo no lo dije de mala manera y si lo hubiese hecho tenía las razones, me estaba empujado y gritando como si le hubiese hecho algo tan malo

—¡Sueltame!—con fuerza trato de zafarse de mi agarre

—Tranquila, respira

—¡No, sueltame! ¡Te estoy terminando!

—¡Karen!—la sacudí un poco y ella lloro aún más—¡Cálmate, joder, relájate!

Hizo que la soltara y comenzó a secar sus lágrimas, no la iba a obligar a estar conmigo dándole un discurso sobre que iba a cambiar... El que se quedaba, se quedaba y el que se iba, se iba.

—Ssh, ya, tranquila—pensaba eso pero mi corazón no podía dejar de amarla, la abracé pero ella me dio un empujón haciendo que la dejará.

Me dolía estar así con Khai, esta era nuestra pelea más fuerte hasta el momento.

—Déjame—tapo su cara llena de lágrimas y se escondió entre sus manos

—Lo siento, ¿esta bien? Lo siento.

—No lo lamentas de verdad—dijo

—Sí, lo hago—digo. No lo hacía, no me arrepentía que haberme fumado esa cajetilla.

—Mentira—destapo su cara—, ¿puedes dejar de mentir? ¡Estoy aburrida de tus mentiras!

—Vamos a hablar cuando te tranquilices pero hablemos lo de terminar ahora, en serio, ¿me terminas ahora mismo?

—No sé, hablamos luego—tomó su mochila y se fue corriendo, cerro la puerta de un tirón

—¡Ah, joder!—le di una patada a la cama.

[...]

Tocaron la puerta de mi habitación así que apague la luz de noche, que era la única prendido, y me acosté por sobre las tapas, escondí mi rostro en la almohada.

—Hey, niño, ¿quieres hablar?—era Xandra, cerré mis ojos tratando de hacerme el dormido—Boris, sé que estás despierto.

Sentí sus brazos rodearme así que me di vuelta para abrazarla mientras lloraba.

—Tranquilo.

—Soy muy poco para ella y lo sé ¿ok? Pero no quiero que ésto termine así... No quiero que termine, de hecho. Somos tan distintos y es tan difícil que me entienda.

—Boris, el que se va, se va.

—No entiendo que en que falle, la amo, Xandra, la amo demasiado... Estoy enamorado, de verdad, siento tanto por ella, tanto como el primer día o quizá más.

—Ella solo quiere que te adaptes a ella sin ella adaptarse a ti. Quería que dejaras de ir a fiestas, dejaste de ir a fiesta por un año, fuiste y comenzó a ponerte límite de horario, dejaste de beber por un año, nada de drogas y poco cigarro, tú tirabas cada que querías y ella era virgen, respetaste su decisión y eso no es algo para alabar, es básico, pero un imbécil la hubiese dejado, dejaste de ser Boris para conocer a su familia, caso mueres de una intoxicación alcohólica y sólo vino a verte unos cinco minutos, estabas como la mierda y su preocupación era que faltarás a clases y ni siquiera se ha molestado en preguntar cómo sigues de eso o porque estás fumando tanto, sólo te grita y te deja mal para irse.

—Xandra, no sólo ella comete errores

—No digo eso, sólo digo que hay veces que no nos enamoramos de las personas correctas

—La siento como la correcta, quiero que sea la correcta y si no lo es no sé qué voy a hacer.

—Mi primer amor también fue así, tranquilo—deje que mis lágrimas siguieran cayendo mientras ella acariciaba mi espalda

—Hay veces que quiero dejar todo, Xandra, mandar todo a la mierda

—Sí, lo entiendo a la perfección—acarició mi cabello

—Siento que nadie me entiende, me siento tan solo y me gustaría haber podido tener una familia normal y, a veces, envidio que la vida de Khai sea tan perfecta porque sus padres la quieren, su familia en general, tenía tantas amigas antes de mí, es inteligente, tiene buenas calificaciones, los profesores la quieren, no necesita de nadie, es feliz siendo quien es y me siento como un problema en su vida.

—Yo te entiendo y no eres un problema para nadie, cariño, Theo y yo te queremos mucho.

—Estoy tan cansado de todo y me siento ahogado todo el tiempo.

—A todos nos ha pasado o nos va a pasar eso. ¿Quieres salir a fumar?—asentí—Ok, vamos.

Dejamos de abrazamos y seque mis lágrimas, tome mi cajetilla de cigarros y bajamos.

—¿Que te paso?

—Nada

—¿Como que nada? Estás más rojo que un tomate

—Nada—negué y salí cerrando la puerta

Xandra me pasó el encendedor y lleve el cigarro a mi boca para prenderlo.