DRUGS || BORIS PAVLIKOVSKY

yo me encargaré de esto

Sentia los suspiros y jadeos de Khai en mi oído, sus uñas rasguñaban mi espalda y se clavan en esta. De alguna forma quedo sobre mí, moviendo sus caderas mientras yo la tomaba por la cintura para ayudarla.

Vi hacía la puerta, dándome cuenta que estaba entre abierta, y ahí esta la molesta mujer, se movió tratando de que no la viera. Honestamente, eso no me desmotivo, ya tenía a mi preciosa Khai moviendose y yo ya estaba dentro de ella.

Yo quede sobre ella una vez más, no me gustaba ser demadiado brusco con Khai pero ella me motivaba demasiado, sus manos apretaban la almohada y sus ojos achinados me miraban con un brillo.

—Más fuerte—pidió en un susurro

Realmente ya no me podía detener, mi único pensamiento era la ansia de verla terminar.

A los pocos segundos terminó y salí de dentro de ella, quite el condón y ella comenzó a mastubarme... Haciendome terminar. Quedo sobre mí, acaricie su cabello.

—Joder, ya me debo ir—dije al ver la hora y como mi celular prendía en un mensaje de Xandra.

—¿Viniste sólo a aprovechar el momento?—su mentón se apoyo en mi pecho, hablo divertida.

—No...Bueno, si, estaba caliente hace días.

—Sí, ya sé—rió un poco

—¿Y tú? Lo único que hacías era pelear conmigo por idioteces de una relación que no es nuestra.—apreté sus mejillas—Me tenías con las ganas.

—¿Y que tal luego de esto?

—Sigo con ganas de más...

—Boris—se quejó y reí

—Tú preguntaste—ella negó con la cabeza divertida

—¿No se te van las ganas nunca?

—Contigo, jamás.

—¿Sabes que me haces la más feliz?—el brillo en los ojos de Khai, no era solo follando... Era siempre

—Eso intentó todos los días...—cerro sus ojos y acaricie su rostro

Mi celular sonó nuevamente—¿Debes ir a casa?

—Sí, Xandra me necesita—dije y me besó—. Te amo

—Te amo—respondió

Nos vestimos luego de unos minutos y bajamos para que pudiera ir a casa. Le di un beso a Khai y moví mi mano de lado a lado en forma de "adiós" hacia mi odiada suegra.

—Te veo mañana—Khai me sonrió

—Nos vemos mañana—dije para dejar un beso en su mejilla

—Vamos, te llevo.—fue una orden

—No vas a tener que caminar, niño perezoso—dijo Khai

¡Que horror! Lo último que quería era irme media hora en un auto con esa mujer desagradable. Camine afuera y me subí al auto junto con ella.

—¿Que quiere?—fui directo—¿Me quiere matar?

—No soy una criminal.—mencionó

—Deje de fingir amabilidad, me odia y yo a usted y no esta Khai así que hablé.

—Aleja tus sucias manos de mi hija.

—Oh, es sobre eso—dije—, quizás su hija también deba alejar sus manos de mí...No lo hago solo.

—¿¡Como te atreves!? Conozco tu reputación y conozco a mi hija.

—Usted no controla mi vida.

—Hace lo que quieras, con quien quieras, pero no en mi casa.

—El problema es que quiero hacerlo con Khai.

—Las cosas son muy diferentes entre tú y ella, toma en cuenta tan sólo los chupones...Ve los que ella te hace a ti y ve los que tú le haces a ella.

—Khai nació cuando usted tenía como quince años, deje de molestar.

—La protejo de eso.—ya estábamos cerca de la casa y eso me causaba cierta alegría.

—¿De que? Disculpe que lo diga pero Khai no siempre iba a ser una niñita inocente y angelical, en algún punto iba a querer sentir algo.

—Una cosa es querer sentir algo y la otra es que se meta contigo, en mi casa, sabiendo de tu reputación—paró el auto ya que llegamos.

Me bajé del auto tomando mis cosas—Khai le tiene confianza, no joda las cosas.

Cerré la puerta y bajo el vidrio, iba a abrir la puerta pero escuché su voz.

—No me importan tus traumas de casa, deja a mi hija tranquila.—abrí la puerta y entre ignorandola.

—¿Que te paso?—escuche la voz de Theo

—Nada, voy estar arriba, quiero estar solo...No me molestes.—dije

—¿Peleaste con Khai?

—Que no molestes.—subí las escaleras

¿Saben que es el sentimiento de traición? Eso sentía ahora mismo. Le había confiado eso a Khai creyendo que no le diría a nadie y le contó a la persona que más me odiaba y a la que yo más odiaba, era su mamá pero le había dicho muchas veces que no me gustaba que la gente supiera de eso.

Alguien toco la puerta, era Xandra y lo sabía por la forma en la que ella tocaba y porque Theo no me molestaba cuando le decía que quería estar solo.

—¿Estas bien? ¿Que pasó?

—Nada—dije

—¿Como nada? Que llegues así de la casa de Khai no es normal.—se sento en la cama y sentí como acaricio mi cabello

—No, nada—dije

—¿Pelearon?

—No, no paso nada.

—Ese nada no me convence mucho—quite su mano de mi cabello—, ¿que paso?

—No quiero nada.

—¿Ya comiste?

—No tengo hambre.

—¿Te acordaste de algo?

—No.

—¿Fue eso?

—No, de verdad no me paso nada...

—¿Que te pasa entonces?

—Khai contó mi secreto.

—¿A quien?—su voz cambió a una enojada

—A su mamá

—¿Y que paso con eso? ¿Esa perra te dijo algo?—asentí y Xandra me abrazó—Tranquilo ¿si? Yo me encargaré de esto.