DRUGS || BORIS PAVLIKOVSKY

¿¡Khai!?

Entre a la casa de Khai luego de que su padre me dejara pasar, salude a su padre y a su madrastra para acariciar su estómago que cada vez crecía más.

—Khai está arriba

—Gracias

Subí las escaleras y pase por el largo pasillo para ir a la habitación de Khai, abrí un poco pero vi la imagen de Khai y Boris besándose...Ay, esta mujer.

Boris se encontraba sobre ella, acariciando su cabello mientras la besaba o a su cuello. Khai tenía sus piernas enrolladas en la cintura de él y acariciaba su cabello.

Khai se acomodó un poco en la cama y apoyó su montón en el hombro de Boris para que este besara su cuello, miró hacia la puerta, me moví para que no me viera, y lo llamó pero él no respondió así que lo llamó nuevamente y dijo algo que no logré entender. Boris se dio vuelta.

—¿Que pasa?—negó

—Me estoy volviendo loca—dijo para acercarlo a ella y besarlo nuevamente, Boris la tomó por la cintura para seguirle el beso a los pocos segundos.

Cerré la puerta con cuidado y deje los cuadernos sobre una de las mesas. Baje las escaleras.

—¿No te quedarás?—dijo Cassey

—Khai está ocupada—dije

—¿Esta Boris?—dijo el padre de Khai dudoso

—Sí, están viendo una película...O algo así—digo—. Bien, adiós.

—Adiós—ambos se despidieron

[...]

Tocaba la puerta de la casa de Xandra, la madre de Clarke abrió y me sonrió.

—Hola, Kylie—dijo

—Hola, señora—moví mi mano de lado a lado

—¿A quien buscas? Boris no está.

—No, busco a Theo—dije

—Esta ahí en el sillón dibujando mientras escucha música.

—¿Puedo pasar?

—Adelante—se hizo a un lado y cuando entre ella cerró la puerta.

Theo estaba con un suéter color crema, con sus audífonos leyendo un libro. Me tire a su lado y se sacó los audífonos rápidamente, algo enojado, pero al verme me saludó tan amable como siempre.

—Pensé que eras Boris, perdón—rió—¿que haces acá?

—Venía a hablar contigo—le sonreí

—¿De que?

—Necesito que me ayudes...

—¿En que? ¿Que pasó?

—¿Ya superaste a Maya?—asintió—¿Como hiciste?

—Busca otras cosas que hacer.

—Es fácil decirlo, no hacerlo.

—¿Quien te gusta?—me miro

—No, nadie—susurre

—Confía en mí, no le diré a nadie. Soy bueno guardando secretos.

—Pero también esparciendo chismes—reí y me siguo la risa—. No es nadie, es que le dirás a su novio.

—¿Te gusta una chica?—dijo sorprendido y asentí

—¿No sabías?

—No, no recuerdo que hayas dicho algo sobre eso—dijo

—Según yo, si te había dicho—digo