DRUGS || BORIS PAVLIKOVSKY

timidez

El largo cabello de Khai caía en mis piernas ya que estaba sentada sobre las mismas, sus brazos estaban al rededor de mi cuello y se acercaba a dejar cortos besos por mi rostro.

Nunca había sentido que me dieran besos con tanto cariño como ella me los daba, eran suaves y no eran tan rápidos, acariciaba mi cabello.

—Mira, ya te hice la pulsera—menciono sacando la misma de su bolsillo—. No es tan linda porque no sabía cómo hacer eso que tiene, así que sólo lo compre y se lo puse.

—Esta linda—digo y estiró mi mano, ella la paso por mi mano para ponerme la misma.

—Tengo calor—dijo para subir sus brazos y comenzar a sacar su sudadera, se levantó su camiseta para bajarla con rapidez. Rió divertida.

Tome su camiseta, tirándola hacia abajo, para que ella pudiera sacarse la sudadera. Era demasiado vergonzosa como para dejar que viera su brasier.

—Dios, que alivio—dijo dejando la sudadera de lado

—Deja que te dé un beso

—Ok, dámelo—sonríe levemente

Acaricie su mejilla para acercarme y besarla, ella introdujo su lengua al beso así que eso fue una especie de alivio ya que siempre era quien hacía eso primero. Me tiró contra la cama para entrelazar nuestras manos.

—Oye—reí levemente

—Te amo—me besó

Era jodidamente perfecta, no sabía cómo una chica así podía ser real.

—Yo te amo más

—Me voy a cortar el cabello

—¿Hasta donde?

—Como aquí—señalo como a la altura de sus costillas—pero con capas y quizás menos volumen

—Mmh pero tú tienes el cabello con ondas.

—Exacto, se va a ver muy cool, muy rebelde—rió con lo último así que le seguí la risa.

Su risa era delicada pero demasiado exagerada a la vez.

—¿Quieres ser rebelde?

—No, sólo quiero experimentar un poco—dice con una leve sonrisa

—¿No te lo vas a tinturar?

—Nunca, mi mamá dice que mi cabello es muy negro y que le tendrán que hacer muchas decoloraciones y que quédate calva. Yo no quiero quedar calva.—reí por lo rápido que hablo

—No vas a quedar calva

—Sí, mi mamá dijo eso

—¿Tú mamá también tiene el cabello muy negro?—asintió

—Y se lo deja crecer mucho—alarga la última "o"—, lo tiene hasta la rodilla

—La quiero conocer

—Cuando vuelva de Alemania, la conocerás—afirma feliz—. ¿Me das uno de tus anillos?

—¿Cual quieres?

—El que dice Xandra, es muy cool

—No, ese es totalmente mío

—Entonces no quiero ninguno y mis amigas dicen que me engañas con ella porque tienes su nombre en un anillo.

—¿Como te voy a engañar, tonta?—reí un poco y ella se encogió de hombros—Xandra es algo así como mi tutora legal. Es la madrastra de Potter.

—Como sea, igual

—Estas loca—agarre sus mejillas con fuerza para empezar a darle besos rápidos y cortos en los labios

—Déjame—negué para seguirla besando—. Bien pero, al menos, dame besos de verdad o que no me duelan las mejillas.

Solté sus mejillas para agarrarla por la nuca y besarla, acaricie su cabello y ella acarició mis mejillas. A los minutos dejamos de besarnos para que ella dejara de estar casi que acostada en mis piernas y volviera a estar sentada sobre estás.

Movió sus caderas sobre mí así que la mire rápidamente, algo sorprendido.

—Lo siento, ¿te golpee? Es que estaba incómoda—dijo

Acaricie un poco su cintura negando, me dio una sonrisa para asentir. Baje un poco más mis manos.

—Boris—murmuro y la mire con atención—. No nada, olvídalo.

Algo inseguro, baje mis manos hasta su trasero y apreté este para moverla sobre mis caderas, abrió sus ojos como platos y me miro algo sorprendida pero sonrojada a la vez. Le di una sonrisa de lado y ella mordió un poco su labio, no sabía si estaba incómoda o simplemente era su timidez.

—Yo—me interrumpió

—Cállate—dijo aún sonrojada y me alivio que sólo fuera su timidez.—Estas loco.

Le di una sonrisa de lado y me besó. La amaba, era demasiado perfecta para ser real.