Capítulo 31 | La inseguridad

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Los días siguientes noto que Kyle hace un esfuerzo por parecer que está bien ante mis ojos.

Fuerza sonrisas y bromea como lo hacía antes, pero no paso por desapercibido los instantes en que se queda callado con aire ausente o las veces que le pregunto algo sobre él y no profundiza en  la respuesta, me dice algo vago o superficial. Yo trato de no agobiarlo y aunque le pregunto todos los días cómo está, no ahondo en preguntas sobre Austin ni Jess.

Por otro lado, Kyle no parece poder quitar las manos de mí y no solo cuando estamos en el sofá o en la cama abrazados, sino también cuando almorzamos y él pega su rodilla contra la mía, o cuando él está manejando y su mano descansa en mi muslo, o como ahora, que estamos acostados sobre el pasto de un parque mirando el cielo y él está pegado a mi hombro jugando con mi cabello.

Es como si quisiera asegurarse que sigo allí junto a él.

—Y ahora parece que mi prima quiere hacerse un tatuaje —le cuento observando como las nubes empiezan a tapar el sol—. Toda la familia entró en pánico y no porque no queramos que se tatúe, sino porque sabemos que Jean va a hacer una elección pésima. Temo que elija tatuarse una hamburguesa o no sé, un papel higiénico.

—¿Papel higiénico? —repite Kye con una pequeña sonrisa.

—Sí y seguro le querrá buscar un significado profundo como que te salva cuando estás en la mierda —Kyle ríe y yo niego con la cabeza—. Hasta le hizo una broma a Lily con que se iba a tatuar su nombre. Tendrías que haber visto la cara de Lily, casi se desmaya ahí mismo.

—Puedo imaginármelo. Hey, ¿Y cómo están ellas? —me pregunta mirándome con curiosidad—. Recuerdo que Jean tenía miedo al principio...

—Ah, sí, ya pasó esa etapa —le cuento—. Jean está más enamorada que nunca. Incluso se peleó con su exnovio por las cosas que decía sobre ellas.

Kyle frunce el ceño.

—¿Qué cosas decía sobre ellas?

Vuelvo a sentir el enojo que sentí cuando mi prima me contó lo que ese idiota le dijo.

—Cosas ignorantes, como que Jean seguramente está confundida y solo quiere probar con Lily, que por eso ahora ella dice que es bisexual. Le dijo que si llegaba a dejar de estar indecisa sabía donde encontrarlo —Kyle hace una mueca de disgusto y yo asiento— Incluso se ofreció a "sumarse una noche."

—¿Qué? —inquiere Kyle indignado— Qué imbécil.

—Ni me lo digas. Maia y yo estábamos preparadas para ir a buscarlo y decirle unas cuantas cosas, pero Jean ya lo había puesto en su lugar. Solo estoy feliz de que mi prima ya no lo tenga cerca.

—Yo también —coincide Kyle.

Nos quedamos en silencio y luego de un momento volteo la cabeza para mirarlo. El está mirando el cielo con el ceño fruncido. Yo traga saliva y trato de pensar en otro tema para hablar.

—¿Tú te tatuarías? —pregunto intrigada, pero me desanimo al ver que su ceño se frunce más ante la pregunta. 

—No —dice con seguridad—. No me gusta pensar en llevar algo permanente en la piel. Es obvio que me terminaría arrepintiendo, todo es tan volátil que seguramente terminaría odiando el tatuaje.

Me quedo en silencio procesando su respuesta.

—¿Desde siempre piensas eso o...?

Kyle suspira.

—Amber... —dice con suavidad, aunque sé que es una forma de decirme que no profundice en el tema. 

—Solo me parece injusto —musito.

La ConsejeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora