Capítulo 24.

1.4K 94 13
                                    

El hombre atrapa mis brazos con una mano, y con la otra, tira de mi camiseta hasta romperla. Estoy aterrorizada. Ni siquiera cuando me colé en la fábrica ayer tuve más miedo que ahora.

-Por favor... -empiezo a suplicar. No tengo filtro, murmuro lo que se me viene a la cabeza.

-¿Qué dices? ¿En serio crees que voy a irme sin más? Eres una puta, y voy a darte lo que te mereces. Y me da igual cómo, pero Malik va a acabar muerto más pronto que tarde -arranca la tela que cubre la parte superior de mi cuerpo y empieza a desabrocharme los pantalones. No, por favor. Esto es lo peor que me ha pasado nunca. Y no puedo hacer nada para evitarlo.

-No me hagas nada, por favor -digo llorando-. Mis padres te darán... dinero, lo que quieras... -él se ríe, quitándome los pantalones con dificultad, porque sigue sentado en mis piernas-. No. ¡No! Por favor, te lo suplico...

-Cállate, estúpida -me grita, y me da un puñetazo en la cara, pero no siento dolor, porque solo puedo pensar en lo que me va a hacer este repugnante hombre-. Tranquila, cielo. Ahora vamos a hacer una cosa, te va a encantar. Te voy a violar. Y antes de matar a Malik, le diré lo que he hecho contigo-empieza a bajarse los pantalones. Dios mío, que alguien me ayude. Grito con todas mis fuerzas. Preferiría estar muerta-. Esto va por todos mis compañeros, sí, los que detuvieron en el hospital por tu puta culpa. Te va a encantar.

Estoy desesperada. Estoy en ropa interior, sin dejar de gritar ni un solo segundo. La adrenalina corre por todas las terminaciones nerviosas de mi cuerpo. Doy un fuerte tirón con mi brazo derecho y consigo soltarlo del agarre del hombre. Le propino un puñetazo en la mandíbula con todas mis fuerzas y noto fuego en mi mano por el golpe, pero no pierdo el tiempo. Él suelta mi otro brazo para llevarse la mano a la zona golpeada. Araño la cara de mi agresor y doy un tirón fuerte de su asquerosa barba hacia la derecha, lo que le hace girar el cuello con violencia.

-¡Hija de puta! -grita mientras intenta volver a sujetar mis brazos, pero me retuerzo con rapidez. Esta es mi oportunidad. Intento alzar una de mis rodillas para desequilibrar al hombre, cosa que consigo a medias, y aprovecho para sacar mis piernas de debajo del cuerpo de mi enemigo. Éste me agarra un pie y tira de mí hacia él. Le doy patadas con el otro pie y vuelvo a gritar. Puede que no hayan pasado ni siquiera dos minutos desde que este personaje irrumpió en mi casa, pero están siendo los dos peores minutos de mi vida. Vuelvo a gritar y oigo que la música se para por un momento en el ático.

-¡ZAYN! -no sé ni cuántas veces he gritado su nombre ya.

Escucho golpes acelerados en la escalera. Zayn está viniendo. Gracias a Dios. No podría aguantar treinta segundos más.

-¡Claudia! -lo oigo gritar mi nombre, y entonces lo veo correr hacia nosotros. Distingo la furia en su mirada, el odio en sus ojos. Parece como si todo fuera a cámara lenta, supongo que he entrado en shock. Veo a Zayn abalanzarse sobre el hombre. Lo agarra del cuello por la espalda, haciendo presión con sus antebrazos en la yugular de mi agresor. Éste se queda aturdido, aunque pronto intenta quitarse al chico de encima. Zayn suelta su cuello y lanza puñetazos a la cabeza de su contrincante, quien se lleva las manos a la cara e intenta despejarse para poder devolver algún golpe.

Yo estoy sentada en mi cama, todo lo lejos de ellos que puedo. Estoy temblando e hiperventilando, con una mano tapando mi boca y los ojos fuera de mis órbitas. No puedo moverme. Quiero levantarme y hacer algo, pero simplemente no puedo. Mis músculos no responden, y ni siquiera soy capaz de pensar nada coherente.

El hombre parece haberse recuperado a medias de los golpes que el joven le ha dado y comienza a contraatacar, pero Zayn ve en el suelo la barra metálica que su oponente ha traído y la levanta con el brazo derecho. Entonces el hombre se aleja de Zayn para acercarse a mí. Yo grito, e intento arrastrarme lejos de él. Zayn viene hacia nosotros e intenta golpear al hombre con el metal el la cabeza, pero él se cubre con un brazo, y ahí impacta el golpe. Zayn levanta su arma y la deja caer de nuevo, pero con mucha más fuerza, sobre la cabeza del otro tío, que se desploma en el suelo, dejando un pequeño charco de sangre alrededor de su nariz. Vuelve a pegarle en el cráneo, aunque ya no se mueve. Repite la acción con furia, está fuera de sí, tiene los ojos desorbitados al igual que yo, y cierta expresión de miedo en el rostro.

Sé que debería decirle que pare de darle golpes, pero no quiero hacerlo. Ese hombre casi abusa de mí. Ahora tiene lo que se merece.
De pronto, Zayn tira la barra al suelo y me mira. Yo sigo en el mismo sitio, demasiado impactada como para moverme. No lo miro a los ojos, no puedo. Él intenta acercarse a mí despacio, y entonces recuerdo que sigo en ropa interior. Mi cuerpo por fin responde a las órdenes de mi cerebro e intento encogerme y taparme para que el chico no me vea. Él se queda quieto y aparta la mirada a un lado para que no me sienta incómoda.

-Claudia... -dice, y se me escapa un sollozo, y las lágrimas vuelven a salir-. Claudia, yo... -dice, intentando acercarse a mí de nuevo. Lo miro avergonzada y leo en sus ojos que se siente culpable por todo-. Lo siento. No sé qué decir -muevo un poco mis brazos para cubrirme todo lo posible-. Dime que no te ha tocado, por favor. No podría perdonármelo nunca -niego con la cabeza y hago un esfuerzo para susurrar algo.

-No. No le ha dado tiempo. Pero si tú no hubieras bajado en el momento justo, él... -empiezo a llorar y no soy capaz de terminar la frase. Zayn se sienta a mi lado muy rápido y me abraza. Está triste. Ya no hay odio en su rostro, solo pena.
Necesito ponerme algo de ropa encima, pero aunque no quiero soltar a Zayn nunca, mis palabras salen sin que yo pueda evitarlo-. Tengo que vestirme -digo, y Zayn se aparta de mí, mirándome como si se acabara de dar cuenta de que estoy casi desnuda, lo cual hace que yo vuelva a cubrirme con los brazos y aparte la mirada. Él parece darse cuenta de mi incomodidad y me mira a la cara, poniéndose rojo. Se da la vuelta y da un par de pasos hasta mi armario. Saca una camiseta y un pantalón y avanza hacia mí para dejarlo a mi lado. Se acerca un poco más y se queda con sus labios pegados a mi frente durante unos segundos. Cierro los ojos.

Amnesia. [Zayn Malik]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora