Capítulo 45.

1.2K 81 1
                                    

Veo a Zayn alejarse a paso decidido y oigo un sollozo. Tardo un segundo en darme cuenta de que soy yo. Frunzo el ceño: no voy a llorar, Zayn va a volver pronto, lo sé. Me seco los ojos con las palmas de las manos y me doy la vuelta, dirigiéndome hacia la zona del aeropuerto donde nos ha dejado el autobús, para subirme en otro que me lleve a casa. Suena mi móvil, respiro profundamente para que nadie note que estoy llorando, y respondo.

-¿Sí? -digo, y desgraciadamente me tiembla un poco la voz. Espero que mi hermano no lo note al otro lado de la línea.

-Claudia, me ha dicho mamá que estás en el aeropuerto.

-Sí, ya... ya voy para casa, voy a coger un bus.

-Espera, estoy ahí al lado, si quieres paso a buscarte en cinco minutos o así -se ofrece Diego.

-Vale, te espero en la puerta de la planta baja, ¿vale? -digo, en un intento fallido de sonar animada.

-Ahora te veo -Diego corta la llamada y suspiro.

En realidad no sé por qué estoy triste, solo vamos a estar separados unos días. Quizá el problema sea que, desde que nos conocimos, nunca nos hemos separado.

Tengo que dejar de llorar, por Dios, que no es para tanto. Parezco una niña pequeña.

Voy al baño a lavarme la cara rápidamente antes de que mi hermano mayor me vea así, y cuando salgo, veo a Zayn a lo lejos. Lo miro por última vez y sonrío. Meto las manos en los bolsillos de mi chaqueta y camino hacia el lugar en el que he quedado con Diego.

Distingo el coche de mi hermano en el parking cerca de la puerta y hago señas con la mano para que me vea. Enseguida el chico se baja del coche (¿por qué?) y avanza hacia mí, y yo hacia él.

-Hola -me dice cuando estamos cerca.

-Hola, ¿qué hacías por aquí? -pregunto intentando distraerle para que no mencione a Zayn, porque no quiero volver a ponerme a llorar.

-He venido a casa de un amigo esta mañana -dice-, y mamá me ha contado todo -asiento mirando al suelo-. Por eso he venido -deja de andar y me mira, pero esquivo su mirada-. Clau -lo miro-. ¿Estás bien? -aparto los ojos y vuelvo a asentir.

Diego me pone una mano debajo de la mejilla y me obliga a mirarlo. Alza una ceja. Oh, mierda. Ya está. Creo que estoy llorando. Mi hermano me abraza.

Mucha gente podría pensar que la relación que tengo con Diego no es muy buena, pero en realidad, a pesar de que estemos constantemente molestándonos el uno al otro, tenemos plena y mutua confianza. Lo de tener discusiones por tonterías es parte de esa relación. Cualquier persona con hermanos me entendería. Aunque la verdad es que creo que es la primera vez que hacemos esto. Me refiero a la situación tan incómoda, yo, la hermana pequeña llorando (y encima por un chico) y él abrazándome en medio de la calle.

-Ya está, ¿vale? -dice acariciando mi espalda-. No te preocupes. Va a volver, por Dios.

Me encojo de hombros.

-¿Y si no lo hace? -pregunto. Ya sé que soy idiota y que no debería dudar de él, pero no puedo evitar tener una pequeña duda.

Diego me suelta y se separa un poco de mí.

-¿Estamos tontos? -grita en mitad de la calle. Una señora nos mira con cara rara-. ¿Tú has visto cómo te mira ese chico? -Diego no baja la voz, y creo que me estoy poniendo roja. Como si no fuera suficiente estar llorando-. Claudia, en serio, va a volver. No puedo creer que no lo hayas notado. Si te soy sincero, al principio me daban ganas de pegarle una paliza porque no se despegaba de ti ni un momento -confiesa, y sonrío -. Pero después me di cuenta -ahora en voz baja-; te quiere. Te quiere de verdad, Claudia.

No puedo creer que esas palabras estén saliendo de la boca de mi hermano. Me lanzo a su cuello y vuelvo a abrazarlo, pero esta vez con una gran sonrisa en mi cara.

-Venga, ya vale, que nos estamos poniendo muy sentimentales -dice cuando nos apartamos, y le doy un golpecito en el brazo.

-Idiota -digo riéndome.

-Vamos, que me parece que enseguida la gente va a empezar a hacer un corro a nuestro alrededor y a aplaudirnos -dice Diego con cara de asco.

Cuando llego a casa estoy increíblemente de buen humor, y todo gracias a mi hermano. Me meto en la ducha y después ceno, y me voy a dormir, que estoy muy cansada.

El primer día sin Zayn pasa muy despacio, aunque me llama por teléfono. Hablar con él y saber que me echa tanto de menos como yo, me alegra. Aún no tiene noticias de su familia, pero cree que está muy cerca de encontrarla.

El cuarto día es exactamente igual que los tres primeros, solo que Zayn no me llama, sino que me envía un vídeo. Enciendo el portátil de mi mesilla y pongo la grabación en marcha. Empieza a sonar "If these sheets were states", de un grupo estadounidense, y al escuchar la letra pongo el reproductor en pausa, porque me doy cuenta de que estoy llorando. Como siempre. Termino de escuchar la canción y llamo a Zayn.

-Hola, preciosa -responde alegremente al otro lado de la línea.

-¿Cómo te atreves a hacerme esto? -le pregunto con la voz entrecortada. Noto cómo el chico se pone tenso.

-Claudia, ¿qué pasa? ¿Qué ha pasado?

Me río al ver que no tiene ni idea de qué le estoy hablando.

-¡La canción! -intento sonar indignada, y Zayn vuelve a relajarse, soltando una risita.

-¿No te ha gustado?

-¿Tú qué crees?

-Creo que te ha encantado.

-Pues sí.

-Está claro, tengo muy buen gusto, es una de mis muchas cualidades... -alardea, y no puedo evitar reírme.

-No vas a cambiar nunca -digo.

-¿Es una pregunta?

-Es una orden -respondo-. Más te vale que no lo hagas.

-Creo que no podría aunque quisiera -dice riéndose.

-¿Alguna novedad hoy? -pregunto.

------------

Holii, interrumpo solamente para dar las gracias a toda la gente que me lee, y especialmente a Rocío por ser tan cuqui, espero que os haya gustado este capítulo :)

Por cierto, nunca había puesto ningún vídeo en esta novela, pero esta vez lo he hecho por si queréis escuchar la canción mientras leéis (os lo recomiendo jajajaja).

Un besito :) ♥

Amnesia. [Zayn Malik]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora