Capítulo 21.

1.9K 97 7
                                    

Me siento junto a Zayn en mi cama y mojo una toalla con alcohol.

-Esto... a lo mejor te duele un poco -digo, y el chico se encoge de hombros.

Deslizo la toalla con mucho cuidado, primero sobre los cortes más superficiales, y Zayn no se queja, solo me obseva mientras lo hago, sin decir nada. Cuando termino con las heridas pequeñas, me toca enfrentarme a los cortes profundos.

-Pero Zayn, es que esto probablemente necesita puntos, y yo... yo, lo siento, pero no puedo coser una herida...

-Claudia, escúchame. No es tan grave como parece, ¿vale? -me aprieta la mano entre las suyas-. Sólo intenta desinfectarlo.

-Está bien -digo, resignada. No quiero ser pesimista, pero es que lo han... apuñalado, y ni siquiera quiere que lo vea un médico, así que soy yo, que no aprobé las clases de primeros auxilios en Educación Física, la persona que tiene que curarle las heridas. Esto es subrealista.

Acerco otra toalla húmeda a uno de los cortes graves (tiene tres) y presiono, rezando para no hacerle mucho daño, contra la piel de Zayn. El chico no dice nada, pero noto en su gesto que no le está resultando nada agradable.

-Lo siento, lo siento, lo siento -digo. Pobre Zayn.

-No pasa nada, no me duele -dice él, con la mandíbula apretada.

Sé que en realidad sí le duele, pero es fuerte. Muy fuerte. Ojalá yo fuera como él.
Termino de limpiar las tres heridas lo más rápido que puedo, pero intento hacerlo bien, y le digo a Zayn que se incorpore en la cama para poder envolverlo en vendas. Cuando termino, el chico tiene la mitad del torso cubierto de tela blanca, pero él no se fija en eso. Simplemente me mira. No ha dejado de mirarme en todo el tiempo. Llevo mis manos a sus hombros y lo empujo un poco hacia atrás para que se tumbe otra vez en mi cama. Me acerco a él y le doy un beso por encima de la venda en cada uno de los cortes que le he curado. Zayn me agarra de la cintura para que me tumbe encima de él; apoyo la cabeza en su pecho, hago dibujos en su piel desnuda con mis dedos, y él juega con mi pelo. Nos quedamos así, en silencio, durante un largo rato, hasta que se me ocurre preguntar algo que no parece importante, en comparación con todo lo que está pasando, pero que significa mucho para mí.

-¿Cuándo vas a dejarme ver el graffiti?

Zayn se ríe y siento como vibra su pecho debajo de mi cuerpo.

-Cuando lo termine.

-¿Y te falta mucho?

-Muchísimo. Puede que años. O décadas -los dos sonreímos. Tengo demasiadas ganas de verlo, no creo que pueda aguantar más de una semana. Doy un golpecito con mi mano derecha en su pecho.

-No me vaciles. ¿Más de dos días?

-Más de dos semanas -me separo un poco de él y lo miro entrecerrando los ojos.

-¿Qué dices? ¿Tanto? -no voy a poder esperar tanto tiempo sin subir al ático a cotillear.

-A ver, tengo que pintar todas las paredes, ¿no? -asiento, volviendo a tumbarme sobre él-. Y por las mañanas no puedo avanzar, porque tengo que ir "al instituto".

-¿Vas a madrugar todas las mañanas para nada? Al fin y al cabo, tampoco es que tengas mucho que hacer en la ciudad. Te vas a aburrir si vas todos los días.

-Ya, pero no puedo quedarme aquí si tu madre está en casa. La única solución sería irme a un hotel aquí cerca, o alquilar un piso -pongo mala cara-. Claudia, sabes que algún día tendré que irme. Sé que quieres que me quede, pero tus padres van a pensar que soy un aprovechado.

Amnesia. [Zayn Malik]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora