Capítulo 12.

2K 118 11
                                    

Zayn

Me despierto sobresaltado cuando siento un golpe en la cara. Intento apartarme, sin saber qué está pasando, pero no puedo moverme. Estoy atado a una especie de camilla un poco inclinada, de forma que no estoy totalmente horizontal, sino que veo una puerta enfrente de mi, a pesar de la oscuridad de la habitación. Entonces lo recuerdo todo. Iba caminando por una calle vacía cuando aparecieron tres hombres, me dieron un golpe en la cabeza que me dejó bastante aturdido, y me subieron a una furgoneta. Puede que fuera el mismo vehículo del que saqué todo el dinero, no lo sé. Después volvieron a golpearme, y ya no recuerdo nada más.

Giro bruscamente la cabeza para mirar al hombre que me ha golpeado.

—Parece que la bella durmiente se ha despertado. Bueno, ¿vas a decirme lo quiero oír? —dice el hombre, mirando sus dedos mientras mueve un cuchillo entre ellos.

—No sé quién eres, ni qué quieres —respondo con voz firme.

—En realidad, la pregunta es: ¿vas a decírmelo por las buenas o por las malas? —me mira fijamente, y que va a hacerme daño. Y no puedo hacer nada para evitarlo.

—Mira tío —digo, intentando no parecer asustado, realmente no lo estoy—, no sé quién eres; supongo que un sádico raro. No te he visto nunca, y no sé qué quieres que te diga, pero ahora mismo te agradecería que me soltaras —intento separar el brazo derecho de la camilla, pero hay una fuerte correa en mi muñeca, así que es inútil.

—Así que has decidido que por las malas, ¿eh? Bueno, será un placer —sujeta el cuchillo contra mi y me corta la camiseta en pedazos, arañando mi piel.

—La verdad es que no suelo hacer esto hasta... por lo menos la cuarta cita. Vas demasiado rápido, amigo —aprieta más el cuchillo contra la piel y aparta los jirones de tela de mi cuerpo—. Además, siento decirte que no juego en ese equipo.

—¿Te crees muy gracioso? Veamos cuanto te dura el buen humor —me pincha con el cuchillo en el costado derecho, por debajo de las costillas, pero yo no me inmuto—. Y, a propósito, ya sé en qué equipo juegas, Malik. Te hemos visto con una chica —endurezco mi gesto—. Oh, no pongas esa cara, ¿ya no te ríes? Antes te ha enviado un mensaje, estaba muy preocupada por ti, chico —suelta una carcajada.

—Escúchame, no sé qué es todo esto, pero ella no tiene nada que ver. Déjala en paz— el hombre vuelve a reírse.

—Que la dejemos en paz o no, solo depende de ti, chico. Si colaboras, no la buscaremos. Si no, puedes imaginarte lo que le pasará.

En ese momento se abre la puerta que tengo enfrente y entra otro hombre. Es alto, corpulento y rubio. Se dirige sonriente hacia nosotros.

—Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí? ¡Pero si es Zayn Malik! —se responde a sí mismo—. Para serte sincero, tenía muchas ganas de conocerte en persona, chaval. La verdad es que te imaginaba más... ¿imponente? —dice, y yo arqueo una ceja— Aunque tengo que reconocerlo, has sido un estorbo bastante considerable para mi, y eso, chaval, eso hay que pagarlo —sonríe.

—¿Quién eres tú? —pregunto; esto es muy raro.

—Como si no lo supieras —se burla el hombre rubio—. Te refrescaré la memoria: mi nombre es Karl Bloomfield. Soy... digamos el jefe de todo esto. Y también soy la persona de la que depende tu vida. Si te portas bien y haces todo lo que te diga, puede que te deje salir vivo de aquí. Incluso podrías serme útil en el futuro...

—¿Pero qué es lo que queréis? ¿Vais a decírmelo de una vez? —pregunto, intentando mover mis brazos otra vez.

—Quiero que nos digas quién conoce todo esto. Aparte de ti, claro. A cuántos se lo has contado. Cuándo van a venir a por nosotros. Cuántos y quiénes van a venir a por nosotros.

Amnesia. [Zayn Malik]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora