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DOS MESES DESPUÉS.

Natasha entraba en "El consultorio del abuelo Steve". El cual consistía en ir y hablar con Steve porque más sabe el diablo por viejo que por diablo.
La espía había estado yendo desde hace dos meses para hablar con el rubio acerca del proceso de embarazo, de si quería quedarse embarazada de verdad o era por estar bajo la presión de no querer que su pareja estuviera mal.

Una de esas tantas citas Natasha le terminó contando aquella misión y vacaciones especiales con Wanda.
Claramente se llevó el sermón de su vida. Pero gracias a esa confesión Steve pudo encajar ciertos puntos a la hora de tener sus terapias con Natasha.
Quiso incluso hablar con Wanda e intentar conseguir que esta fuera a las consultas gratis que Stark había creado usando a Steve.

La bruja se negó completamente, alegaba que estaba bien, que eran cosas del pasado y que tenía que ponerse feliz porque iba a ser tía gracias a su hermano.

Natasha y Wanda no habían hablado ni una sola vez, ni un simple hola, un gesto de cabeza, nada.
Se tiraron un par de miradas al inicio, y luego, Wanda decidió volver a pegarse una escapada a la granja de la familia Barton. Pietro se enfadó con Wanda por eso, estaba indignado porque había regresado de la muerte y pareciera como que a Wanda no le importase nada.

– ¿Cómo sigues de humor Nat? – Steve estaba atento a cada respuesta de su amiga.

– Bien Steve.

Steve anotó en su cuaderno y se llevó una queja por parte de Natasha, odiaba ese estupido cuadernillo.

– ¿Apuntas todo ahí?

– Sí, tengo que llevar en órden a cada uno de mis clientes. – Natasha levantó una ceja, ni siquiera  le pagaban. – No te preocupes, tu caso en especial no lo anoto, no me gustaría que alguien leyera lo que te ocurre, sobre todo porque sé que te cuesta abrirte con las personas y que el hecho de que estés aquí ahora mismo es porque el que da estas consultas soy yo.

La espía levantó el dedo dándole un "Okay" y se tumbó en el sofá para poder pensar mejor.
O al menos esa era la excusa que usaba para tumbarse.

– El otro día nos quedamos con la parte de la granja de Barton.

– No quiero saber nada de eso.

– Tenemos que hablar de ello. ¿Que pasó?

Natasha resopló y miró al techo intentando recordar que es lo que le había afectado.

– El otro día escuché una llamada de Clint, los días que estuvo aquí para arreglar las modificaciones de sus flechas. – Steve asintió teniendo el conocimiento de esos días. – Barton estaba hablando con Wanda y... con Yelena. Escuché a la bruja feliz riéndose con mi hermana, y a Clint riéndose de alguna cosa que hicieron esas dos. Vete a saber, no me importa de todos modos. – Cerró los ojos borrando esas imágenes de su cabeza y bloqueando el hecho de imaginarse escenarios de Wanda besando a Yelena. Le provocaba escalofríos.

– Estás celosa Natasha. – La espía se empezó a reír, pero al ver que Steve la miraba seriamente paró.

– No estoy celosa, solo... – paso las manos por su cabeza, estaba quedando muy egoísta de su parte lo que Natasha pensaba decir en esos momentos, pero era lo único que le salía. – No quiero que Yelena esté tan pegada a Wanda. Cuando la conoció no paraba de hacer bromas al respecto sobre que quería tirarsela.

– Sí comprendes que le has dejado vía libre a Yelena ¿no? – Steve tembló al ver la mirada de Natasha.

– Yelena no se la merece.

– ¿Y tú si?

– Sí. – Respondió la pelirroja.

– ¿Sí? ¿Tú? La misma que le mentió, y que la enamoró a pesar de estar saliendo con su hermano, y que encima se lo ocultaste a ambos y cuando caíste ya fue demasiado tarde, ¿tú? La que aceptó ser madre de los hijos de su hermano enfrente de su puerta corriendo el riesgo. Riesgo que ocurrió por cierto. De que os escuchara. ¿Tú?.

Segunda Oportunidad [ScarletWidow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora