27

712 74 134
                                    


— Puto Clint  — se quejó Yelena al ser electrocutada debido a que puso mal la contraseña de la puerta.

Kate la consoló y puso bien la contraseña, Yelena hizo un puchero de rabia, por qué a los demás le salían las cosas bien y a ella no.
Luego miró a Kate y sonrió, puede que le salgan las cosas mal, pero tiene a Kate, y eso para ella es lo mejor que pudo sucederle.

— ¿Vas a empezar a babear? — Preguntó Natasha dándole una palmada en la espalda a la rubia.

— Imbécil — entrecerró los ojos. — Te he visto durmiendo todo el viaje  sobre el hombro de Wanda y la única vez que te despertaste te pusiste a jugar con su pelo. — La espía se sonrojo.

— Imbécil — dijo ahora Natasha entrando a la casa.

Wanda y Kate habían subido todo a las respectivas habitaciones, Yelena y Kate dormirían juntas sin embargo Natasha y Wanda tenían habitaciones separadas, aunque las cosas empezaban a salir bien, tecnicamente, quería quería Wanda tenga su espacio y no se sienta presionada a dormir con Natasha, además de que la bruja todavía necesitaba asimilar muchas cosas provenientes de su hermano.

Las cuatro compranos teléfonos nuevos por si acaso Pietro rastreaba a alguna de las chicas, las únicas personas que sabían sus números era Clint, el de Tony lo tenían apuntado en un post-it por si acaso. También cambiarían de identidad, no debían jugársela. Natasha y Wanda siguieron con su antigua identidad de Scarlet y Elizabeth, Yelena y Kate tuvieron que obtener una nueva, Yelena sería Florence y Kate sería Hailee.

Tenían un hospital cerca porque se calculaba que Natasha daría a luz en dos semanas aproximadamente, pero aún así se podía adelantar.

— ¿Quién cocina? — Preguntó Kate.

— Yo – levantó Yelena rápido la mano.

— No. — dijeron las tres a la vez.

— ¿¡Por qué no!?

— Porque tu solo vas a hacer macarrones y hay que variar.

— Cocino yo. — Wanda sacó ingredientes de la nevera haber que podía cocinar.

— Mis macarrones molan — murmuró Yelena con los brazos cruzados en el sofá. — Сука.

Wanda empezó a preparar la comida mientras Kate consolaba a Yelena diciendo que sus macarrones estaban muy ricos pero queríamos comer algo más. En la cabeza de Wanda pasó la idea de cocinar macarrones para fastidiar a su mejor amiga, pero no le gustaría tener a Yelena jodiendola por el resto de la semana, así que esa idea se borró rápidamente.

— ¿Necesitas ayuda? – preguntó la espía.

— No tranquila, tu descansa. — Wanda metió los spaguettis en el agua.

— Me gusta ver a Yel feliz — dijo Nat mirando a su hermana y su cuñada en el sofá jugando con legos.

Wanda sonrió al verlas también. — A mi también me gusta verla feliz.

— Me alegra que encontrara alguien para ella.

— Si, la verdad es difícil encontrar a alguien que te haga sentir como fuegos artificiales. — Wanda miró a Natasha sonriendo.

— ¿Tú la has encontrado?

Wanda se rió y negó con la cabeza.

— Si, lo hice, lo que pasa es que esa persona es una espía muy arrogante. ¿y tu?

— Vaya, tiene pinta de que esa persona es increíble, y sí, yo también encontré a esa persona. — Miró a Wanda — lo que pasa es que es una brujita sabelotodo. — Wanda arrugó su nariz sonriendo.

Segunda Oportunidad [ScarletWidow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora