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Wanda caminaba con dos tazas de chocolate caliente en sus manos, una manta en su hombro y sueño en su cara. Natasha la había despertado porque no podía dormir ir ahora las dos se encontraban en el sofá del salón listas para tomar algo.
Natasha odiaba no poder dormir, para ella su hora de sueño era sagrada, además de que ponía como excusa que ahora debía dormir doble debido a que ahora eran dos personas en un solo cuerpo.

— Lamento haberte despertado tan tarde. — Natasha cogió la taza que Wanda le ofreció.

— No te preocupes, además no es tan tarde — Wanda miró la hora y se sentó al lado de la espía. — Sólo las 3 de la mañana pero no hay problema.

— Perdón. — sonrió Natasha. — ¿Te puedo hacer una pregunta?.

— Claro. – Wanda tomó un poco de chocolate.

— ¿Aún sientes algo por mí? — Y escupió lo que acababa de beber.

"Que directa" Pensaría Yelena si estuviese.

— Mmm ¿A que viene eso? — pregunta mientras intenta limpiar el desastre que hizo.

— ¿Lo haces?

— Yo, ah... esto. — Wanda se rascó la cabeza. — Es complicado.

— Explicate.

— Yo, ehm... Siempre voy a tenerte aprecio, eres el amor de mi vida, eso lo tengo claro. Y aunque en esta vida no estemos juntas, espero que en otras sí. Además de que voy a casarme.

Natasha se quedó sorprendida, incluso Wanda se quedó sorprendida, ¿por qué coño dijo eso? Todo estaba yendo tan bien y tuvo que cagarla.
Wanda se tomó muy literal cuando Yelena le dijo "DALE CELOS A NATASHA".
La rubia iba a matar a la bruja.

— ¿Casarte? — Preguntó Natasha. — ¿Con mi hermana? — Wanda asintió. — Pues me alegro... cuñada.

El ambiente quedó en un silencio incómodo bastante abrumador, pero el problema es que ninguna de las dos tiene como solucionarlo.
Natasha pensaba que a lo mejor, si notaba alguna señal en Wanda, lo mandaría todo a la mierda y se escaparía con ella y su futuro hijo o hija a algún lugar, pero ahora que se va a casar... Natasha ya le quitó la felicidad una vez, no quiere volver a hacerlo.

— ¿Te gusta hablarle a los bebés? — Preguntó Natasha.

— Nunca tuve el privilegio de hacerlo.

— Mentirosa... — murmuró Natasha. — Te escuché... como le hablabas — se señaló la tripa.

— Oh... — Gran parte de Wanda hablándole a su hijo hizo que tome la decisión de ir a por la bruja o no. — ¿Todo?

— Todo. – La espía sonrió, le agarró la mano a Wanda y se la acercó hasta el vientre. — Tu lo consigues calmar, no sé cómo, pero lo haces. — Wanda acarició por toda la superficie.

— Hola enano, soy yo de nuevo. – sonrió la bruja al recibir una patada. — Está vez soy consciente de que tu portadora está despierta. — Dale mucho por culo... Bueno no, que luego la que la tiene que aguantar soy yo.

— Idiota — se rió la espía con una risa que Wanda sólo la había escuchado en aquellas vacaciones en la playa.

— ¿Sabes que me ayuda cuando no puedo dormir? — Wanda se levantó y se acercó al reproductor de música. — Escuchar canciones.

/Se empieza a reproducir  Night Changes – One Direction/

— Adoro esta canción. — murmuró la espía.

— Lo sé. – Wanda se acercó sonriente hacia la espía. — Ven – le estiró la mano.

— Oh no, no bailo, no con este bombo dentro mio.

Segunda Oportunidad [ScarletWidow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora