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Joaquin, Emilio y Amaris iban en el auto rumbo a casa de las madres del Alfa, a pesar de los años y que Niurka había cambiado su actitud por completo con Joaquin, aún se sentían incómodos los dos. Anne seguía siendo la misma de siempre, amorosa, amable y muy consentida con su nieta.

Emilio se estacionó frente a la casa, Joaquin fue el primero en salir, ayudando a su hija a salir de la sillita, la niña apenas estuvo afuera corrió hasta sus abuelas. Anne fue la que la recibió, llenándolo de besos y abrazos. Joaquin sonrió tomando una mochila donde estaban todas las cosas de la niña. Emilio rodeó el auto para ayudarle con mas bolsas de carne que compraron, iban a un día de parrilla. Dejó un beso en el hombro del Omega y se encaminó a la casa junto a él.

Joaquin se ayudó a entrar, Anne bajó a su nieta y sonrió con los brazos abiertos.

──¡Mi nuero favorito! ──exclamó.

──Soy tu único nuero. ──sonrió Joaquin abrazando a Anne.

──Nunca se sabe ──habló ella en broma.

──Mamá, no hagas esas bromas, ¿quieres? ──gruñó Emilio y Anne junto a Joaquin se rieron. ──¿Dónde está mami?

──a fuera en el patio, cachorro. ──Emilio tomó la mano de Joaquin y salió al patio.

──Mami. ──saludó el Alfa, dándole un abrazo y un beso a la Omega.

──Mi precioso Cachorro. ──saludó ella con una amplia sonrisa. ──Hola, Joaco.

Abrazo al Omega, el cual le correspondió el abrazo y después de ahí no hablaron más. No tenían que hablar de nada, era cierto que ahora se llevaban mejor pero nunca sería como lo que Joaquin tenía con Anne. Aunque, definitivamente construirían algo con los años.

──Emilio, ¿es cierto que remodelas el restaurante? ──El Alfa asintió mientras sacaba las cosas de las bolsas para empezar a cocinar en la parrilla.

──Sí. Hoy es mi último día libre, ya terminaron la remodelación ahora están limpiando para que mañana empiece a funcionar otra vez. ──explicó. Joaquin se encontraba con Anne y Amaris hablando sobre otras cosas.

──¿Tú y Joaquin no planean otro bebé? ──preguntó Erica ayudándole a su hijo.

──No lo creo por ahora. Además mi Leona depende mucho de nosotros. ──comentó Emilio viendo a su pequeña familia hablando con su madre. ──Joaquin cree que en unos años más.

──¿Y tú?

──Yo quiero tener bebés ahora. ──Emilio hizo una mueca. ──Pero si Joaquin no quiere entonces no.

──Emi, no lo tomes a mal. Siempre escucho que tú dejas de hacer cosas por tu Omega, ¿Joaquin también lo hace? ──El Alfa volteó su mirada a ella.

──¿A que te refieres?

──Bueno, ahora con el tema de los bebés está bien, pero antes recuerdo que cuando Joaquin quedo embarazado de Amaris, tú me dijiste que estaba bien que abortara.

──Mamá. ──advirtió el Alfa rizado.

──No, entiende. Te educamos para que fueras un Alfa respetable y hasta ahora estamos orgullosas de ti, pero quiero que entiendas algo, Emilio. Una relación debe ser de los dos, si tantos quieres un cachorro hablalo con Joaquin.

──Mamá, entiéndelo. Mi Omega no quiere un cachorro todavía. ──Niurka rodó los ojos.

──No estoy diciendo que corran a hacer uno, estoy diciendo que lo hables con él antes de que a tu lobo se le ocurra hacer algo, Emilio. No lo reprimas, solo díselo. ──apuntó a Joaquin quién ahora movía las manos explicando algo.

──Pero si se lo digo, querrá que tengamos uno solo porque yo quiero.

──Explicáselo. Dile que quieres un cachorro, que tú y tu lobo quieren un cachorro pero que eso no significa que lo estás obligando a nada. Joaquin no es tonto, amor. Están enlazados, ¿crees que él no siente el deseo que sientes tú?

Emilio suspiró.

La tarde pasó rápido y ahora Alfa y Omega se encontraban caminando por todo el lugar de Anne y Niurka, se cambiaron de casa a una finca. Era todo muy cálido y bonito, había un río al fondo y era justo a dónde se irian Joaco y Emi.

Amaris estaba tomando su siesta en la casa de sus abuelas.

──Hoy te vez muy pensativo, amor. ¿Que pasa? ──Emilio parpadeó apretando más a Joaquin contra su costado.

──No, yo.. tuve una conversación con mamá, nada fuera de lo común. ──se sentaron en el pasto frente al río.

──Debió ser importante para que te dejará pensando en eso. ──comentó Joaquin, subiendo a horcajadas encima de su Alfa, quién apoyo sus manos en el pasto quedando inclinado hacia atrás.

──No, no es nada. Podemos hablarlo en otro momento. ──sonrió el Alfa.

──Gracias a la Luna, porque quiero que me hagas el amor, aquí. ──susurró Joaquin besando el cuello de Emilio.

──Mmm, ¿sí? ──El Omega pasó la lengua por la fuente de aroma.

──Sí, por favor.

Emilio sonrió, tumbando a Joaquin en el suelo delicadamente y subiéndose encima de él. El Omega sacó el condon.

──Veamos que tan alto puedes gemir.

Zafiro [Emiliaco-omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora