Capítulo 36

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Era sábado, el vuelo estaba programado para las 12 del día. Estaba recargado sobre el marcó de la entrada a la cocina, la observaba cocinar.

-¿Qué haces ahí? -dijo sonriente.

-Observó a mí amada cocinar -le sonreí.

-Deberás dejar de hacerlo, ya está listo el desayuno -Comenzó a servirlo en platos.

-Prepara tus maletas -le dije mientras ponía el plato frente a mí.

-¿Por qué?

-Iremos a Londres por los niños, los extraño, además quiero que conozcas la ciudad -comencé a cortar en pedazos pequeños mi huevo.

-¿Por qué no me dijiste antes? -dijo emocionada.

-Era una sorpresa -le sonreí.

-Sabes que...

-Siempre has querido ir, lo sé y yo te prometí que alguna vez iríamos a conocer las ciudades de tus cuadros, ya van dos -ella sonreía.

-Gracias -dijo dulcemente.

Terminamos de comer y ella corrió a hacer sus maletas.

-Sólo serán dos días, no lleves mucho -le grité.

Yo tomé una mini-maleta y comencé a guardar un poco de ropa. Cuando termine de guardar todo, ella aún no tenía nada dentro.

-¿Por qué tanta tardanza?

-No sé que llevar -dijo mirando toda su ropa.

-Le aconsejó señorita, que lleve dos cambios cómodos y un vestido de gala -le dije sacando uno de los vestidos que más me gustaban y que más le favorecían.

-¿Por qué un vestido? -preguntó.

-Llegaremos con mi familia -ella abrió los ojos como platos.

-¿Hablas enserio? -yo asentí. -Eso no lo mencionaste.

-Ya lo hice. Ahora iré a bañarme, debemos estar a las 11 en el aeropuerto -tomé mi ropa y me metí a bañar.

Al salir del baño, _____ estaba con sua audífonos puestos, estaba bailando y cantando. Yo reí y comencé a cambiarme; unos vaqueros, una camisa de botones y unos tenis, quería ir cómodo en el avión. Me acerqué a _____ y le quité uno de sus audífonos, ella se sobresaltó.

-Ya estoy listo -dije riéndo y ella me dio un golpe en el hombro.

-Vamos entonces -me sonrío.

*

El taxi pasaba por los lugares más importantes de Londres, ibamos camino al hotel, mi madre no sabia que estaba aquí. ______ miraba por la ventanilla entusiasmada.

-Es hermoso -me dijo ella.

-Lo sé -le sonreí y besé su frente.

Diez minutos después estabamos en la habitación de hotel.

-Mi madre no sabe que estoy aquí, así que llegaremos a la hora de la cena.

-¿Por qué no le dijiste? -preguntó.

-Quería que fuera una sorpresa, además, nunca le aviso -reí -. Arreglate falta media hora para que comience la cena.

-¿Cómo lo sabes? -preguntó ella.

-Viví ahí por mas de 20 años ¿Crees que no me sé el horario? -reímos.

-De acuerdo -alzo los hombros.

En quince minutos ya estábamos listos, traía el vestido negro que tanto me gustaba, unos tacones, poco maquillaje y su pelo suelto y un poco ondulado.

Más que una fanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora