Uno En Un Millón - ChrisErick

Mi respuesta sigue siendo no

David Alexander Vélez Colón yacía contento sobre los muslos de Erick mientras tomaba su fórmula. Sus ojos color avellana estaban muy abiertos y brillantes, mirando a su papá con la mirada llena de amor e interés como si Erick fuera la cosa más fascinante que había visto en el mundo. Por supuesto, el hombrecito todavía tenía mucho por descubrir y algún día, cuando se enamorara, podría tener la misma expresión en su rostro también, pero eso aún estaba muy lejos en el futuro. Por ahora, el dúo padre-hijo estaba satisfecho de estar juntos. David sonreía de vez en cuando alrededor de la tetina de su biberón cuando su papá estaba mirándole y la simple sonrisa hacía que Erick se enamorara de nuevo de su hijo.

Christopher, por otro lado, estaba sentado frente a Erick y David, ocupado escribiendo en su ordenador portátil, pero de vez en cuando levantaba la vista y miraba a su familia en el sofá. Sus labios nunca habían dejado de curvarse en una sonrisa, similar a la de David cuando simplemente miraba a sus seres amados.

Independientemente de lo que había sucedido unos días antes, Christopher estaba realmente preocupado y para aliviar la inquietud que tiraba de su corazón y su mente, había confrontado a Erick al respecto. Le había preguntado sobre el asunto, pero cada vez que lo hacía, su prometido lo ignoraba diciendo que no era nada. Odiaba cuando Erick le ocultaba cosas. No le gustaba quedarse fuera y estar en un estado de no saber, especialmente cuando se trataba de su familia. En verdad, no le gustaba pelear con Erick, pero el hombre de ojos verdes era realmente terco. Discutir con Erick era como intentar que se aprobara una nueva ley en el parlamento. Pero después de un tiempo, Erick parecía estar bien... volviendo a su ser alegre y aunque estaba curioso y aun desconfiaba, respetaba la elección de Erick. Se alegraba de que la "rareza" de Erick fuera temporal. Fue como una fase y afortunadamente se había desvanecido.

Y después de que Erick le asegurara varias veces que estaba realmente, realmente bien. Christopher había dejado el asunto.

Christopher se reclinó contra su cómoda silla de cuero para tomar un descanso y exhaló pesadamente, haciendo que tanto Erick como David lo miraran. Este último rápidamente apartó su botella casi vacía y comenzó a retorcerse en los brazos de su papá. A pesar de todos sus increíbles logros, Erick y Christopher estaban algo contentos de que David aún no se hubiera enterado de su verdadera fuerza, que era la única razón por la que Erick lograba seguirle el ritmo. Una vez que el bebé supiera lo rápido que podía ir o lo fuerte que podía ser, Erick solo podía confiar en que Christopher sería quien se encargaría de castigar a su hijo.

"Parece que alguien está listo para jugar con papá". Dijo Erick encantado, poniendo al pequeño David de nueve meses en el piso de la oficina de Christopher. Aunque era solo un día más de trabajo para ellos, nunca dejaba de vestir bien a David. El pequeño siempre estaba de acuerdo a la moda.

"Papi es todo tuyo, David." Christopher caminó hacia Erick y David antes de que su hombrecito pudiera gatear hacia él.

"Entonces, ¿tienes alguna idea de qué comer para el almuerzo?" Erick preguntó suavemente mientras Christopher se acercaba a él.

"En realidad estoy deseando algo del Subway". Christopher levantó a David y se sentó junto a Erick en el sofá. David instantáneamente metió sus pequeños dedos en la cabeza de su papá. Siempre estaba embelesado con la suavidad del cabello de su papá. "O podríamos probar el nuevo deli. Escuché que sus sándwiches también eran bastante buenos. A Magnus le encanta el lugar".

"Claro..." Erick pronunció una suave respuesta, agarrando suavemente los dedos de David cuando el chico trató de tirar del cabello de Christopher en su boca.

"Erick, si quieres comer tu favorito para el almuerzo, por mí está bien". Christopher se rió entre dientes. Comenzó a hacer rebotar a David en su regazo para que el chico se olvidara de su cabello.