Nadie más lo hará

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Erick Colón ya había sido humillado antes en su vida. En realidad, había sido humillado innumerables veces. Una de ellas ocurrió cuando estaba en la universidad. El nombre de su primer novio era Joel Pimentel. No era tan atractivo como Erick siempre había deseado que su novio lo fuera, pero Joel era el primer novio real de Erick. Nunca había tenido uno en la escuela secundaria ya que, salvo él, nadie había salido del clóset. Él y Joel compartían, en su mayoría, las mismas pasiones. Les gustaba la música, les encantaba el teatro musical y un día ambos querían mudarse a Nueva York, vivir allí y nunca regresar. Sin embargo, a medida que maduraban, la mayoría de esos sueños eran olvidados, así como sus promesas mutuas.

Erick nunca pensó que Joel lo traicionaría. Pensaba que Joel era un buen chico, pero estaba equivocado. Pero aquella supuesta cita decente, que le había preparado su novio, se convirtió en una tragedia para Erick cuando Joel le dijo directamente a la cara que lo había engañado. Decidió decirle a Erick lo que había hecho porque no quería que Erick lo escuchara de otra persona y porque no quería lastimarlo, pero Erick no aceptó ninguna de esas excusas. Rompió con Joel inmediatamente. El problema fue que Joel no pudo soportarlo, así que a modo de venganza le dijo a todos que su ruptura se debía a que Erick todavía era virgen porque tenía algunos problemas y traumas por lo que Joel se había cansado y ya no podía soportar su incapacidad para intimar.

Esa fue la mayor humillación de Erick y de alguna manera, en este momento, sintió exactamente lo mismo debido a que Christopher lo había estado ignorando. Él fue quien resultó herido y Christopher sintió que era también una buena idea desairarlo. No tenía sentido. Erick no estaba evitando a su jefe, pero por razones desconocidas, Christopher sí que lo estaba evitando a él.

Y el rechazo le dolía como el infierno.

Christopher había estado entrando y saliendo de la oficina y solo decía una o dos palabras cuando se encontraba con Erick. Durante los primeros dos días mi siquiera llamó a Erick a su oficina, simplemente enviaba algún mensaje de texto a su secretario cada vez que necesitaba algo y le ordenaba a Erick que se lo dejara en su escritorio y que él lo recogería más tarde. Pero para el tercer día, Erick se negó a ser tratado de esa manera por más tiempo. Decidió desobedecer las órdenes de Christopher y entregarle personalmente los archivos que le había solicitado.

Erick se dirigió hacia Christopher, quien no notó su presencia en absoluto. El vampiro parecía cautivado mirando por la ventana el paisaje mañanero. "Sr. Vélez, estos son los documentos que—"

"Déjalos en mi escritorio, los revisaré más tarde. Retírate."

Erick se quedó inmóvil, sorprendido por la frialdad de la voz de Christopher. Al parecer su jefe ni siquiera quería mirarlo. Sus labios temblaron, la tristeza llenó su alma y le parecía bizarro.

¿Por qué me siento tan poca cosa cuando Christopher me trata con frialdad? 

¿Qué está mal conmigo?

"Dije que te retires, Colón."

Erick se llenó de valentía, oprimiendo todos sus tontos sentimientos de tristeza en su interior. "¿Por qué debería hacerlo? ¿Porque me lo pide usted?"

¿Como en Nochebuena hace semanas? Erick agregó para sí mismo.

Eso hizo que Christopher se volviera y parecía golpeado. Molesto pero golpeado no obstante. "No desafíes mis órdenes, Colón. Ya sabes de lo que soy capaz. Eres mi secretario, así que será mejor que actúes como tal. ¿Quieres ser despedido? Y no estoy hablando simplemente del cargo de secretario, me refiero a despedirte totalmente de VélezBros Entertainment."

Uno En Un Millón - ChrisErickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora