Uno En Un Millón - ChrisErick

Con mucho gusto terminaré tu miseria

Erick y Christopher regresaron a San Francisco el sábado por la noche y Erick pasó esa noche en el apartamento de Christopher, estaba demasiado cansado como para viajar a su ciudad ese mismo día. Pero el domingo regresó a su ciudad natal en Los Ángeles. Erito estaba encantado y sorprendido cuando vio a Erick. Encantado porque Erick ya no estaba enfermo y sorprendido porque su hijo había traído a casa toneladas de cosas con él y la mayoría de ellas eran prendas y zapatos nuevos. Con solo mirar esas cosas, Erito sabía que no eran algo que ellos podían comprar.

Erito Colón estaba seguro de que su único hijo había conseguido un novio... un novio rico.

Erick había ido de compras y compró muchas cosas, cortesía de Christopher Vélez. Créanle... él no estaba usando a Christopher para conseguir cosas nuevas. No se enamoró del empresario por su dinero. Sus sentimientos por el vampiro eran genuinos. Erick tenía la intención de mirar las cosas que siempre había soñado tener porque nunca podría darse el lujo de comprarlas a menos que hubiera una venta o una rebaja en Internet, pero para su sorpresa, Christopher le permitió comprar todo lo que quisiera de todos los grandes almacenes que visitaron. Erick, por supuesto, se negó al principio porque, aunque Christopher era su novio, todavía no sentía correcto que Christopher gastara miles de dólares en él. Los lugares donde habían estado no eran baratos, de ninguna manera.

Pero Christopher era una persona más que persistente. Erick sabía que su novio lo convencería en el último momento y al final, sucumbió culpablemente a la persistencia de Christopher y a su propio deseo.

Finalmente, Erick se fue a su casa con un puñado de bufandas de Burberry y luego estaban los pantalones de cuero desgastados de color topo Balmain y un jean skinny de cinco bolsillos Givenchy rosa claro de Barneys y estaban para morirse, según el, y Erick sintió que debía tenerlos. Le pagaría a Christopher todo lo gastado si fuera necesario. Sin embargo, sería un pago en cuotas y muy lento porque el precio de ambos pantalones juntos probablemente sería de más de $ 2000. Sin mencionar la otra ropa, como las botas y las camisas que Christopher también había comprado en Saks Fifth Avenue.

El mismo Christopher se había comprado un esmoquin de Louis Vuitton. Eso fue lo único que compró para sí mismo. Los otros artículos eran para Erick. Pero lo que el vampiro no sabía era que la bufanda a cuadros azul marino de Burberry y la chaqueta de cuero de Saks Fifth Avenue eran para él, ya que Erick personalmente las eligió y pensó que se verían increíbles en Christopher.

Se los daría como regalo, aunque lamentablemente, esos artículos se pagaron con la tarjeta de crédito platino de Christopher, pero bueno, la intensión era lo que importaba, ¿verdad?

Erick sonrió torpemente para sí mismo como un pequeño y subió al ascensor privado hacia el departamento de Christopher. Era lunes por la mañana y Erick acababa de llegar de Los Ángeles, pero ¿Habría una mejor manera de despertar a tu amor que con un beso matutino? Con la bufanda y la chaqueta cuidadosamente envueltas en su agarre, Erick abrió rápidamente la puerta doble del apartamento de Christopher y se dirigió a la habitación.

"Buenos días dormilón." Erick se subió a la enorme cama y susurró seductoramente al oído de Christopher.

Christopher gimió ligeramente, parpadeando lentamente hasta abrir completamente sus ojos. Su rostro somnoliento se iluminó de inmediato cuando vio a Erick. "Oye..."

Erick se inclinó para besar a Christopher, pero para su sorpresa, Christopher lo empujó con ternura. Su rostro sonriente cambió de repente a uno serio y Erick se quedó estupefacto. Christopher miró hacia el baño de su cuarto por una fracción de segundo y se escuchó un sonido inconfundible de la ducha abierta. Había alguien dentro del baño. Erick no sabía cómo no lo notó antes.