Eso es nuevo viniendo de ti

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Se sintió tan bien volver a San Francisco. A decir verdad, San Francisco era el hogar de Erick ahora. El departamento de Christopher prácticamente se había convertido en su segunda casa considerando que había pasado más veces allí que en su propia casa en Los Ángeles. No vivían juntos, para nada, ya que Erick apenas tenía cosas en casa de Christopher, pero la vida les trataba bien en este momento.

El vuelo de Los Ángeles a San Francisco fue más agotador que antes. Erick lo notó ya que había estado viajando al mismo destino innumerables veces. Estaba seguro de que era porque tanto él como Christopher estaban agotados emocionalmente después del incidente de anoche. Christopher no parecía diferente después de que salieron de la mansión de Vélez en Bel Air y ahora que volvieron a sus atmósferas familiares, Christopher se mantuvo tan relajado como antes.

Erick quería que el vampiro explotara, literalmente, pero no sucedió.

"No creo que tu madre sea homofóbica después de todo." Comentó Erick, mirando a Christopher por el rabillo del ojo. Realmente esperaba escuchar algún comentario por parte de Christopher. Solo así, sabría si el vampiro estaba realmente bien o no.

Christopher se encogió de hombros, quitándose su formal y elegante atuendo. "Ella es una vampiro- fóbica, Erick. ¿No la escuchaste? Aparentemente soy un error porque no nací humano como su precioso Jonathan."

"Christopher..."

"No es que me importe de todos modos. Me viene bien porque ahora este error suyo está cerca para hacerla sufrir". Christopher declaró con indiferencia, yendo a su enorme vestidor en su habitación para buscar ropa adecuada para dormir.

Erick intentó otra táctica para distraer a Christopher de sus pensamientos sobre Jenny. "Y también, pienso que tu padre se siente intimidado por ti."

Christopher salió del armario, ya vestido con una camiseta negra con cuello en v y un par de pantalones cortos marrones. "Por supuesto que lo está. Puedo ser su hijo, pero sigo siendo un vampiro. Él sabe que puedo romperlo tan fácil como a una ramita. Y como soy más poderoso que mi madre, ella no podría ayudarlo hasta es fuera demasiado tarde."

El cuerpo de Erick se estremeció involuntariamente al escuchar aquella declaración bastante aterradora. "¿Le harías eso? ¿A tu propio padre?"

Christopher puso los ojos en blanco. "Caray, Erick... ¡es mi padre! No lo llamaría un acto de amor o respeto, pero como sea, por mucho que lo odie y por mucho que él me odie, nunca lo haría. Si quisiera, lo habría hecho hace años."

Erick se rió torpemente, dándose cuenta de su error. "Ups, lo siento."

Christopher solo sonrió, envolviendo sus brazos alrededor de la delgada cintura de Erick. "Él lo ha intentado, ¿sabes?"

"¿Qué cosa?"

"Mi papá... trató de castigarme varias veces con sus propias manos para enderezarme, pero golpearme como medida disciplinaria no le ayudó en absoluto. Los vampiros no pueden ser lastimados físicamente, así que, en su lugar, decidió enviarme a una escuela pública." Christopher afirmó. "Pensó que quitarme mis privilegios le haría un favor. Parecía ridículo, pero eso fue lo mejor que se le ocurrió, supongo".

"¿Tu papá no sabía sobre la luz del sol y uh... los lugares?" Erick preguntó suavemente, sus brazos estaban a lo largo del cuello de Christopher.

"Él sabe y puede usarlos contra mí, pero tal vez no quiera matarme exactamente, ¿sabes? Tal vez solo quería darme una lección. Después de todo, soy su hijo. No querría matar a alguien con su propia sangre, ¿verdad?"

Uno En Un Millón - ChrisErickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora