Es increíble

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Decir que no era feliz era poco para lo que sentía. Erick Colón era miserable . Nueve horas había pasado trabajando como secretario de Christopher Vélez y era como tener un hermano molesto. Aunque Erick no tenía hermanos o hermanas con los que comparar a Christopher, estaba seguro de que tenerlos sería mucho mejor que trabajar con Christopher Vélez. Erick estaba empezando a extrañar su trabajo anterior como asistente de secretaria y extrañaba trabajar bajo el mando de Jonathan Vélez. Aparte de su buena apariencia, los hermanos Vélez no se parecían en nada más.

Jonathan era un profesional. Trataba a sus empleados y clientes de una manera tan cordial, y también era muy responsable. Por eso Erick lo idolatraba. Christopher, por otro lado, era tan hábil como su hermano mayor, pero la forma en que manejaba las cosas hacía que Erick quisiera estrangularlo. No conocía límites entre el trabajo y su vida personal. Justo el día anterior, Erick tuvo que enviar tres regalos a los múltiples amantes de Christopher y al mismo tiempo también tuvo que terminar su tareas de trabajo como secretario.

Erick no odiaba su trabajo actual, simplemente no era fanático del Director. Pero ser secretario aumentó su salario y Erick necesitaba el dinero extra. Podía usar el dinero extra para pagar sus préstamos estudiantiles y también implicaba que su padre ya no tenía que trabajar demasiado.

Con su corazón pesado, Erick salió del elevador. La oficina del Director era la única en el piso 19 porque aparentemente, a Christopher no le gustaba compartir . Erick se sintió aburrido mientras caminaba hacia su oficina y comenzaba su trabajo del día, mientras esperaba que Christopher llegara. Diez minutos después, Christopher llegó y no lo hizo solo, un hombre llegó junto a él, pero Erick notó que no era el mismo hombre de ayer.

"Buenos días, señor Vélez". Erick saludó, mostrando su sonrisa más cortés hacia la pareja.

El nuevo hombre asintió con la cabeza a modo de saludo hacía Erick, pero Christopher ni siquiera hizo ademán de saludarlo. Empujó al hombre hacia su oficina sin siquiera mirar a su secretario. Erick resopló molesto, mirando boquiabierto y con disgusto la puerta cerrada de Christopher. Podía adivinar lo que estaba sucediendo allí y decidió ignorarlo, continuando su trabajo en su lugar. La cara de Erick se puso roja cuando minutos más tarde escuchó los inconfundibles sonidos de gemidos provenientes de la oficina de Christopher. Su suposición era realmente correcta.

"¡Es increíble!" Erick dijo en vano, odiándose a sí mismo por estar allí y de mala gana tener que presenciarlo. Solo eran sonidos, pero estaba seguro que quedaría traumado de por vida.

Poco después, la puerta se abrió y el hombre tropezó al salir de la oficina, sin compañía. En lugar de verse sonrojado como otras personas lucían generalmente después de tener sexo, el hombre parecía pálido. Erick se movió rápidamente hacia el hombre, ayudándolo a mantenerse de pie.

"Hola." Dijo el hombre, sonriendo tontamente a Erick.

"Hola." Respondió Erick. No podía evitar la sensación de que algo estaba mal. El hombre parecía drogado e incluso sus movimientos eran descoordinados.

¿Qué pasó allí? ¿Lo hicieron hasta que él no pudiera mantenerse en pie? Se preguntaba Erick.

Así que no solo envió al hombre al ascensor, también lo ayudó a llegar al vestíbulo y luego a la entrada donde aparentemente su chófer estaba esperando. El hombre no dijo nada cuando se subió al auto, simplemente se dejó caer en el asiento trasero.

Después de ver que el auto se alejaba y darle un rápido saludo a la recepcionista, Erick regresó al piso 19. Estaba sin aliento y su respiración se aceleró cuando escuchó a Christopher gritar llamándolo.

"¡Colón!" La voz de Christopher resonó por todo el lugar. "¡Colón!"

Erick corrió a la oficina de Christopher inmediatamente. Se sintió aliviado y mal. Alivio porque al menos sabía que el hombre estaba en buenas manos y no se había desmayado y mal porque su ética como secretario era defectuosa. Se sintió responsable de hacer esperar a su jefe.

"¡¿Dónde estabas?!" Christopher preguntó acaloradamente tan pronto como Erick entró en su oficina.

"Uh... yo ayudé a su.. su amigo...a llegar a su auto".

Christopher entrecerró los ojos, evidentemente no estaba contento con la elección de Erick. "Podía haberlo hecho él solo".

"No me pareció que se encontrara bien ". Erick dijo en su defensa. No dejaría que Christopher lo regañara por preocuparse por los demás. "¿Qué fue lo que le hizo?"

"Tuvimos sexo". Christopher respondió descaradamente, sonriendo. "Y a menos que quieras ser parte de eso, considero que no es asunto tuyo".

Erick instintivamente se quedó callado, asqueado. La idea de tener relaciones sexuales con su empleador o involucrarse de algún modo en su enfermo plan le resultaba particularmente repugnante.

Christopher se abrochó el traje y se puso las gafas de sol mientras salía de la oficina y Erick lo siguió obedientemente. "Saldré a encontrarme con un potencial cliente. Prepara las cosas que necesito para mi próxima reunión esta noche. Volveré al mediodía". Entró en el ascensor.

"Entendido, señor". Erick habló cuando las puertas del ascensor comenzaron a cerrarse, dejándolo solo en el piso 19.

Erick suspiro. Con Christopher fuera de la oficina, estaba solo. El lugar se encontraba demasiado tranquilo para su gusto. Erick estaba acostumbrado a trabajar en un lugar animado donde podía conocer gente y bromear en la oficina del CEO, en el piso 20. En el mismo piso también se encontraba la sala de reuniones, por lo que la gente solía ir y venir todo el tiempo; manteniendo a Erick entretenido. Incluso cuando no tuvieran reuniones durante toda la semana, Isabela todavía tenía a Erick como su asistente, para acompañarla y ayudarla con el trabajo del CEO de VelezBros Entertainment. Definitivamente Isabela tenía la bendición de tener a Jonathan Vélez como su jefe.

Sin embargo, Christopher Vélez ni siquiera contrató a un asistente para su secretario.

Solo estaban Erick y Christopher en el piso 19, además de que a nadie se le permitía el ingreso sin una razón. No había nadie con quien Erick pudiera hablar o ayudarlo con el trabajo interminable de Christopher . Estaba solo. Incluso Leonor no quería ir a visitarlo porque todos sabían que Christopher Vélez era una persona reservada. Por eso, aunque la mayoría del personal estaba locamente enamorado de él, la vida personal y laboral de Christopher seguía siendo privadal.

Isabela le dijo a Erick que debería sentirse honrado de ser la persona más cercana en la vida de Christopher, pero no se sentía así.

A decir verdad, Erick estaba molesto por eso.

A pesar de todo, Erick hizo su trabajo de la mejor manera que pudo. No solo trabajaba para Christopher, sino también para VelezBros Entertainment y tenía en cuenta que necesitaba mantener el estado de la compañía.

Fiel a sus palabras, Christopher había regresado al mediodía y desafortunadamente para Erick, su jefe no regresó solo. Un nuevo hombre estaba pegado al costado de Christopher como un imán. El chico nuevo era muy alto y tenía el pelo rubio y puntiagudo. Se rieron y se besaron y Erick se encontró gruñendo interiormente cuando la pareja una vez más se encerró en la oficina de Christopher.

Erick trató de no prestarle atención a Christopher y su "amigo" cuando salieron veinte minutos después, pero no puedo evitar mirar cuando el rubio casi se derrumbó frente a su espacio de trabajo. Erick se alarmó cuando vio la palidez de la piel del chico. Le ofreció una mano a Christopher, pero el Director desestimó su ayuda,, tomando con gracia todo el peso del hombre más alto en sus brazos.

"Lo enviaré a su auto y luego iré directamente a la reunión. No tienes que esperarme. Puedes ir a casa a las cinco".

Erick asintió, sin confiar en sí mismo para hablar mientras los veía irse. Dos veces había sido testigo de hombres casi perdiendo el conocimiento después de estar con Christopher. Algo estaba muy mal aquí y Erick estaba decidido a averiguarlo.

Uno En Un Millón - ChrisErickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora