³𝑵𝒖𝒆𝒗𝒐𝒔 𝑶𝒋𝒐𝒔 [𝑨𝒊𝒅𝒂𝒏 𝑮𝒂𝒍𝒍𝒂𝒈𝒉𝒆𝒓&𝑻ú][✔]

C46. "Carajo..."

Narra Aidan:

Mi ceño seguía fruncido, casey aún tenía su mano en la boca.

Oh mierda... casey era una maldita bomba andante.

—Tu sabes algo...— dije rápido. El negó sin quitar su mano. —Tu definitivamemte sabes algo! Porqué mierda dijiste que tendrá mis genes?! A que te refieres, casey?!.— dije alterado.

—Ah yo... yo... mi internet está lento!.— gritó.

—No! no se te ocurra colgar, casey! no se te ocurrá col...— mis palabras fueron cortadas cuando el mensaje de "Casey S se ha desconectado de la videollamada" apareció en la pantalla de mi celular.

Rápido lo tomé y marqué de nuevo pero jamás volvió a contestar.

Gruñendo, gemí frustrado.

Sin más me quedé mirando a la ventana.

Rascando un poco mi cabeza, me levanté de la silla y sentí un gruñido en mi estómago.

—Mierda, tengo hambre...— susurré. —Maldito rubio...— susurré levantandome de la silla del escritorio.

—Hola, aidan... que tal?.— preguntó Scott cuando entró a la habitación.

Scott Lancaster, mi compañero de dormitorio en la universidad. Casi no lo veía y bueno... ya todos sabíamos porqué.

Yo ni siquiera pasaba los días, tardes o noches aqui.

Bueno, las noches si.

Algo así, bahhh.. 

—Estás estudiando o algo?.— preguntó aquel buscando unas cosas en su cajón.

—Eh no, yo... hablaba con alguien.— dije desbloqueando mi celular.

Ninguna llamada o mensaje de (T/n) había llegado...

—Con (T/n)?.— preguntó, yo lo miré.

Ojalá, scott. Ojalá.

—No, la verdad es que...— me interrumpió.

—Oye, es verdad que ella huele a vainilla?.— preguntó.

Que rayos? Por qué todo mundo me pregunta eso?

—No...— contesté.

—A fresa?.— siguió.

—No...— seguí.

—Mmmm... limón, tal vez?.— fruncí el ceño.

—No, ella no huele a lim...— negué con mis manos pero me interrumpió de nuevo.

—A crema de ajo!.— dijo señalandome. Yo suspiré.

No me la imaginaba oliendo a crema de ajo pero si a pepinillos con leche.

Un gruñido en mi estómago me hizo gruñir a mi.

Mierda, tenía que comer.

—Iré a la cafetería...— dije tomando mi chamarra verde militar y mis llaves. Pronto caminé a la puerta para salir.

—Oye, pero no me dijiste a que huele tu...— cerré la puerta de inmediato.

—Por qué todo mundo está obsesionado con su olor?.— susurré para mi mismo, confundido.

Caminé por los pasillos de aquel dormitorio hasta dar con la ya mencionada cafetería. Al estar ahí, miré el menú.

"Sopa de brocolí con albondigas"