capítulo 7

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Contrariamente a lo esperado, el resto de la reunión ocurrió de manera tranquila.

¿El motivo?

Quién sabe, o quizás alguien si sabe, pero sería algo que jamás se podría decir.

***

Y así los día pasaron nuevamente y una nueva adversidad a la que enfrentar llegó a la vida de Jisung.

¿Nombre de la adversidad?

Instituto privado para el desarrollo omega, o en su nombre más corto, colegio de omegas para gente rica.

A pesar de que Jisung ya se había mentalizado para lo que podría encontrarse ahí, los nervios no le abandonaron.

Siempre estuvo rodeado de omegas, vivió 18 años de su vida en un refugio para omegas, obvio a lo que le temía no era a convivir con ellos... Pero jamás convivió con ese tipo de omegas.

Tenía que admitir que quizás era demasiado prejuicioso de su parte, pero ya tenía una imagen clara de cómo deberían ser los omegas ricos con los que conviviría 5 días a la semana, o de las conversaciones que entablarían entre ello, como lo sería: Hablar de alfas, ropa y cosas de ese estilo. O al menos eso le había advertido su pequeño hermanito antes de salir de su casa.

La institución, como se esperaba, era inmensa. Su extensión abarcaría lo que sería una calle entera, y la protección de sus alrededores era bastante considerable; habían Betas de seguridad custodiando cada una de las entradas del lugar, en donde solo personas con un permiso especial podían acceder.

En el tiempo entrando al lugar, no pudo ver ni un solo omega llegando a pie al instituto, por el contrario, los cientos de autos entrando al estacionamiento uno por uno hacían una fila de vehículos que daba hasta la calle. Por supuesto, al ser su primer día él también era uno de ellos, ya que no conocía el trayecto hasta aquí; pero luego de una discusión exhaustiva, finalmente logró convencer a su padre de que regresaría por su cuenta por medio de frases como:

"Ser un Omega no hace que mis piernas sean inútiles, ¿Sabes?" O “No Me puedes obligar a tener que vivir encerrado como el resto de omegas, conozco la ciudad lo suficientemente bien, no me perderé" y cosas así.

La secundaria donde estudiaba Jisung cuando era beta solía ser ruidosa, lleno de alfas y betas que adoraban llamar la atención, pero, si le preguntas a él personalmente, aunque no adoraba lo aturdidor que podía llegar a ser, no le molestaba la energía de la gente. Pero por el contrario, al entrar por primera vez a la institución, pudo notar como el silencio reinaba por todos lados. El piso, las paredes, e incluso los mismos asientos de los salones eran todos de un blanco intenso, tanto que se sentía que hasta la mas mínima partícula de polvo podía resaltar frente a tanta blancura.

Al recorrer los pasillos le llamó la atención como cada cierta distancia habían unos letreros colgados con pensamientos del instituto:

“Tenemos que fomentar la pureza, y alejar la inmundicia".

“El silencio es la clave de la sabiduría".

“El buen omega es leal y amoroso".

«...» Tenía que admitir que la extrema limpieza de los pasillos ahora tenían sentido, era el reflejo de sus enseñanzas: extrema pureza y un silencio mortal.

Las clases que vería Jisung en su último año no eran muchas, en realidad eran: anatomía y genética, religión e historia, cocina, clases de etiqueta, arte y música, educación física y clases personales de control de feromonas. En realidad esta última clase era una en la que los omegas entraban a medida que se desarrollaran, así que lo más probable es que esté rodeado de omegas de entre 10 y 13 años.

In God's Name - Minsung (HIATUS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora