ALEC
Nat se empieza a reír haciendo que nuestro beso termine. Como me frustra que haga eso. No hemos logrado llegar a más o porque nos interrumpen o porque se empieza a reír. No me molesta que me detenga si no está lista, pero como me jode la situación en la que me deja. Me temo he estado utilizando más agua fría para bañarme que caliente y eso no es algo de lo cual estar orgulloso.
Me dejo caer a su lado con una clara incomodidad en mi pantalón.
—Tengo algo que decirte—la escucho decir—lo he estado pensando por un tiempo, pero no estoy segura si vaya a funcionar—me tenso y mantengo callado esperando continúe pero volteo a verla—creo podría ser una manera de parar el documento—ahora sí ha logrado que me siente, relaje un poco y la mire por completo—Alec, ¿estás enojado por que no te lo dijera antes? —algo, pero tranquilo de saber que no se refería a algo con respecto a nuestra relación. Sin embargo, eso no se lo hago saber.
—Por el momento no, porque ni tu estas segura de que pueda funcionar. ¿De qué trata?
—Es un escrito, uno que puede cumplir tu mayor deseo—empieza— pero tiene una trampa—agrega con cierta incertidumbre—, al mismo tiempo cumple la verdad más cruda que tu mente haya siquiera imaginado.
—¿Cómo sabes de su existencia? —pregunto.
—Ves como mi mamá obtuvo talentos Salavert una vez que quedó embarazada de Will— eso no lo sabía, pero tenía sentido, de qué otra manera podría justificar que su madre portara algunos talentos de la familia de su esposo— bueno, en su gran mayoría obtuvo los encantamientos, mas no afectan en gran cantidad a las personas, así que aprendió a encantar a través de los pergaminos.
—¿A dónde quieres llegar? —le pregunto.
—Recuerdas la manta que cubría las puertas del edificio de los dormitorios en Coral de Fuego.
—Los bordados en hebras de oro para bloquear las puertas—explico.
—No son para eso—me dice con una pequeña sonrisa—o bueno, no fueron diseñados para eso en un principio—toma mis manos— ¿puedo? —asiento, cierra sus ojos y recita— proiectura astral — el cuarto desaparece y nos encontramos sentados en las escaleras del Internado, justo enfrente de las mantas de las que estábamos hablando hace unos momentos.
—¿Nati? ¿Qué has hecho? —pregunto preocupado.
—No te preocupes—me tranquiliza— solo estamos astro proyectándonos, no estamos realmente aquí— se para y dirige al pie de las puertas con las mantas. Me mira alentándome a seguirla—Cuando mi madre las donó al Internado, nosotros todavía no asistíamos al internado, pero sabía que algún día lo haríamos—me explica— así, que cuando nos separaron, entre los encantamientos que me enseñó antes de dejarme en mi internado, me dio uno para que se lo hiciera tanto a mis hermanos como a mi. Uno que nos permitía ver la verdadera utilidad de todos los pergaminos que ella encantara. Para cualquiera que no tenga el efecto de ese encantamiento, sus pergaminos tienen un uso y solo uno. Para los que sí, tienen el que todos ven más el oculto.
—¿Y para qué ocultarlo?
—No se considera naturaleza humana ver por el bien de los demás. Se es más común buscar el bien personal sin importar el efecto que este pueda tener en los demás.
—¿Pudiera ver el original? —pregunto.
—Lo tienes desde el día del baile—me dice y me confundo—no iba a irme sin dejarte por lo menos un poco de ayuda alrededor del Internado.
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Coral de Fuego
Mistero / ThrillerTrece familias - Un documento - Miles de presas Nat es una chica cuya familia tiene uno de los poderes más peligrosos jamás vistos. Alec es un chico que sin saberlo, conecto su vida a la de ella. Un documento ha salido a la luz y sus cabezas ahor...