NAT
Le había dicho a Alec del manto por dos razones:
1. Ya no quería ocultarle cosas que podrían ser útiles.
2. Necesitaba saber si su deseo valía su precio.
Cuando recién llegué al Internado y Max me llevó a ver a la directora, recuerdo haberlo visto y reconocido como uno de los mantos de mamá. En un principio cuando lo leí mi deseo había sido volver a ver a mamá. Mas mi precio era no volver a ver a Max.
Conforme los días iban pasando, ambos empezaron a cambiar. Cambiaban casi cada día. Entender de qué era capaz. Eliminar el documento. Muerte de mis padres. Perder el control. Perder a Alec.
Hoy no había sido diferente. Mi deseo, recuperar la vida de todos los fallecidos por el documento. Mi precio, la muerte de todos mis familiares y amigos. Un deseo que por más bueno que fuera, no estaba dispuesta a pagar.
La fiesta a la que iríamos hoy supondría nos dejaría una nueva alternativa. Una manera de ocultarnos o de acabar con el documento. Fuera cual fuera la respuesta que nos dejara, nos iba a servir. No tardé mucho en arreglarme pues me decidí por un bañador blanco, una falda de vuelo del mismo color y un kimono floreado azul palo. No me maquille mas que con un poco de rímel y estuve lista pronto para partir.
—¿Listo preciosa? —me preguntó Alec.
—Lista —contesté acercándome y depositando un beso en su mejilla.
Mi relación con Alec parecía mejorar día a día. Nos seguíamos peleando con regularidad, mas cada vez nos duraban menos los enojos. Y por más que lo odiase, cada día nos volvíamos más empalagosos. No tengo otra cosa que decir mas que pobres de mis amigos y hermanos.
Alec se había puesto un bañador coral con una camisa blanca con los primeros botones desabrochados. Su cabello despeinado. A veces me es impactante lo bien que se puede llegar a ver sin esfuerzo alguno.
Me toma por la cintura y presiona contra la pared.
—¿Acaso me quieres matar? —pregunta acercando peligrosamente sus labios a los míos sin tocarlos.
—No se lo que quieres decir—le contesto inocentemente. Sabía a lo que se refería, pero ¿qué culpa tenía yo de verme bien en mi bañador?
—De una vez de advierto que como un tío se te acerque le corto la mano.
—Mira que posesivo se nos puso— juego tomándolo por el cuello de la camisa y acercando nuestros cuerpos.
—No empieces algo que luego no quieras terminar, nos tenemos que ir pronto a la fiesta—dice separándose de mi.
Me abre la puerta y bajamos a la sala donde Isa y Max nos esperan.
Acostarme con Alec significaría pactar nuestra relación. Una vez creado ese vínculo, no podía enlazarme con ningún otro Lux Aurea. Y no es que no quiera a Alec o que quiera ver mis opciones. Quiero a Alec, de eso no tengo dudas, pero hay cosas que tengo que entender primero. Mas aparte, una vez realizado, mis talentos dejarán de afectarle y hasta completar el ritual no podrá acceder a ellos tampoco. No podrá hacer lo que hizo en Suiza en el pub, ni el encantamiento de visión que le hice en el baile tendría efecto en él.
Es la primera parte del ritual, pero que sin la segunda parte, no hace más que complicar las cosas y cerrar puertas.
—¿Todos listos? —pregunta Will apareciendo en la sala—Mau ya me pasó la dirección, me dijo que la fiesta ya está en su tope, al parecer atrajo a muchas personas del Internado. El campo de energía que rodea su casa evitará que cualquier cazador entre.
ESTÁS LEYENDO
Coral de Fuego
Mystery / ThrillerTrece familias - Un documento - Miles de presas Nat es una chica cuya familia tiene uno de los poderes más peligrosos jamás vistos. Alec es un chico que sin saberlo, conecto su vida a la de ella. Un documento ha salido a la luz y sus cabezas ahor...