NARRADOR OMNISCIENTE
Al llegar la noche, después de haber permanecido largos minutos en su lugar de trabajo debido a tareas adicionales, Janick regresó a su residencia. Sin embargo, al llegar, notó una situación inusual en el edificio, ya que este se encontraba iluminado únicamente por reflectores de emergencia. Al consultar al encargado del edificio, este le informó que se había producido una interrupción en el suministro eléctrico, lo que resultó en la falta de iluminación en todo el edificio. Como medida de seguridad, se activaron los reflectores de emergencia para iluminar pasillos, entradas y escaleras de concreto, dado que el ascensor no estaba en funcionamiento en ese momento.
Ante esta situación, Janick se sintió desamparada, ya que tenía trabajo pendiente por concluir y la falta de acceso a internet le impedía llevar a cabo sus tareas. Utilizando la linterna de su teléfono móvil, buscó un par de velas para iluminar los espacios más importantes de su hogar.
Unos minutos después, llegó Razeck.
— Se fue la luz en todo el edificio ¿no?
— Si, y lo peor es que yo tengo trabajo pendiente, me vine a la casa pensando hacerlo aquí mucho más tranquila, pero resulta que no hay luz.
— Pero puedes hacerlo mañana en la mañana.
— Es que es para mañana.
— ¿En serio? —ella asintió—. ¿Y ahora? ¿Cuánto de batería tienes en la portátil?
— Menos de la mitad, no creo que sea suficiente —bajó la cabeza—. ¡Ay, no sé qué hacer!
— ¿Y si vamos a un café internet?
— Es lentísimo a comparación del wifi de Dayron. No me cargarán los programas —fue a sentarse sobre el sofá.
El castaño la siguió y ocupó espacio al lado suyo.
— No sé que hacer para ayudarte...
— No te preocupes, amigo —habló Janick rodeando al castaño en un abrazo—. Con que estés a mi lado, me basta.
El resonar del timbre de la puerta atrajo la atención de ambos individuos, lo que llevó al hombre de cabello castaño a ponerse de pie para verificar la identidad del visitante. Al observar a través de la mirilla, identificó a la rubia, lo que lo llevó a abrir la puerta de manera inmediata.
— Hello!... Aquí viniendo a molestar —articuló mientras se daban una beso en la mejilla—. ¿Por qué están a oscuras? ¿Es el cumple de alguien?
El castaño se ubicó a un lado, dejando ingresar a la rubia que traía consigo unos rollos de canela.
— Bueno fuera —cerró la puerta—. Sucedió algo con el sistema de luz, y no sabemos hasta que hora estaremos a oscuras.
— Ahora entiendo lo del ascensor —alegó caminando detrás del ojimiel que la guió a la sala donde se encontraba Janick a quien saludó—. ¿Por qué estas triste, girl?
— No es nada, solo estoy preocupada porque tenia trabajo pendiente, pero como no tenemos luz no sé como lo haré porque debo presentar eso mañana —llevó una mano a su frente.
— Pensábamos ir a un café que esta por aquí cerca pero lo malo es que la velocidad del internet es lenta.
— Debe ser por la cantidad de usuarios —comentó la ojiceleste—. Como lo utilizan varias personas al mismo tiempo, seguro la red termina por saturarse.
— ... —la ojiverde movió la cabeza afirmativamente como indicando estar de acuerdo con el comentario de la rubia— Creo que regresaré a la corporación a terminarlo —agregó poniéndose de pie—. Estaré aquí casi a la medianoche, no podré acompañarlos —botó los brazos hacia abajo.
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El Juego De Las Rosas | En Emisión
Novela JuvenilJanick es una muchacha que labora como diseñadora gráfica de una de las corporaciones más grandes del mundo, en el que tras hacerse acreedora de un premio, su vida da un giro inesperado, envolviendola en aventuras que jamás imaginó, adentrándose en...