NARRADOR OMNISCIENTE
— ¿Qué tal? Soy Javier.
— Hola —aceptó el saludo que consistía en un apretón de manos—.
— Llegas justo a tiempo para tomar el desayuno —habló Valkyria— ¿Vamos de una vez? —miró a todos—.
— Ustedes vayan adelantándose, nosotros iremos a ducharnos, hicimos ejercicio así que estamos un poco sudados —indicó Javier mientras todos escucharon atentamente incluso el rubio que desvió la vista hacia otro lado pero su atención auditiva aún se mantenía en el grupo—.
— Vale, está bien, no se demoren como ayer, eh —agregó Valkyria acariciando a Mantequilla—.
— No, no, estaremos ahí en menos de lo que canta un gallo.
— Vamos entonces —invitó al resto—.
Al mediodía, después de haber disfrutado de un acompañado de conversaciones variadas y risas continuas, se dirigió hacia la piscina ubicada en la cabaña de Jarom y Valkyria. La mayoría de los presentes optaron por sumergirse para refrescarse bajo el intenso sol, a excepción de dos de los asistentes, el joven rubio y el castaño, quienes descansaban plácidamente en camastros.
— Razeck, ¿por qué no entras? El agua está perfecta —pronunció Aixa apoyando los brazos sobre la superficie externa de la piscina—.
— Estoy bien aquí, no te preocupes —contestó—.
— ¿No te gusta la alberca?
— Sí, solo que no sé nadar —confesó con una risa ligera—.
— Oh, ya veo, si quieres te enseño.
— Descuida, no es necesario —agitó las manos negativamente—.
— Vale, vale.
Muy cerca de allí Jarom y Valkyria jugueteaban con el agua, repartiéndose besos, abrazos y caricias ansiosas.
— ¿Sucede algo? —preguntó el ondulado al verla preocupada mientras digitaba sobre su móvil—.
— Mi madre dice que no irá a Suiza.
— Entonces ¿ya no podrá traer los anillos?
— ... —negó con la cabeza—.
— ¿Y si le decimos a tu padre?
— No creo que quiera —respondió—.
La pareja se encontró en una encrucijada, ya que hace varias semanas habían encargado la fabricación de un par de anillos en oro con incrustaciones de diamantes en la prestigiosa casa joyera sueca Chopard. Estos anillos, de diseño exclusivo, estaban destinados a ser un símbolo de amor con motivo de su quinto aniversario de noviazgo. Contaban con la posibilidad de que la madre de Valkyria, aprovechando un viaje que tenía programado a mediados de la próxima semana, trajera consigo estas valiosas piezas. Esto se debía a que los envíos solían demorar más de lo anticipado y existía la posibilidad de que surgieran incidentes en el trayecto.
— Talvez sí acepte recogerlos —articuló Jarom detrás de Vallkyria, quitando un mechón de cabello para poder besar su cuello— Pregúntale.
— No va a querer, yo sé como es mi padre.
— Entonces a alguna de tus tías, tienes bastante familia allá.
— Ay, no Jarom, qué vergüenza, mejor esperamos que mi madre vaya, y si no llega para nuestro aniversario, ya no importa, no es tan necesario que los tengamos justo para ese día.
— Pero podrías preguntar, no perdemos nada, o sino yo puedo hablar con tu padre, quizás se anime...
— Jarom, no, ya te dije que no va a querer.
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El Juego De Las Rosas | En Emisión
Ficção AdolescenteJanick es una muchacha que labora como diseñadora gráfica de una de las corporaciones más grandes del mundo, en el que tras hacerse acreedora de un premio, su vida da un giro inesperado, envolviendola en aventuras que jamás imaginó, adentrándose en...