Capítulo 3: Novedades

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POV RAZECK

Cuando oí aquella palabra sentí mi alma quebrantarse, por lo que terminé huyendo hasta llegar a un lugar en el que pudiera sentirme a salvo.

Nunca antes los habia visto, con excepcion de Fabian, pero asumí que algun vinculo los unía por el grado de complicidad que mostraron.

Me cuestionaba del por qué su accionar y si en algun momento del día habria hecho algo con lo que pudieran ensañarse, pero a pesar de darle tantas vueltas al asunto en lo que me aseaba y ordenaba mis pertenencias, terminé frustrandome al no hallar una respuesta.

Al ingresar a la sala donde se llevaría acabo la conferencia de prensa, mis ojos se abrieron de par en par.

La sala de conferencias de prensa era un verdadero testimonio de la elegancia y el lujo. En el centro se encontraba una extensa mesa de madera en tono gris, impecablemente pulida y con una superficie mate haciendolo lucír muy refinado. En la parte frontal se destacaba el logo del Club Goya, una obra de arte intrincada y meticulosamente tallada en relieve en un metal plateado, ubicado entre dos monitores en los cuales se presentaba a la marca que tuvo mayor participación con relacion a auspicios.

Detras de los asientos y a una distancia no muy lejana, se localizaba un alto panel en el que se reflejaban los logotipos de todas las marcas involucradas desde el inicio del torneo dispuestas de manera elegante y ordenada, yendo en perfecta armonía con el ambiente general de la sala.

La iluminación estaba cuidadosamente diseñada para realzar la belleza de la sala. Las luces empotradas en el techo arrojaban una luz suave y cálida sobre la mesa y los asientos negros que ocupaban los medios de prensa y demás invitados, creando un ambiente acogedor y confortable.

Pero todo aquel deslumbramiento y brillo se habia visto oscurecido al notar la presencia del tipo de cabello rubio junto al chico que habia destrozado mi autoestima en cuestion de segundos unos minutos atrás.

Mientras caminaba hacia el frente mi corazón comenzó a latir más rápido de lo normal, pero supe que no me esperaba nada bueno cuando inminentemente tuve que cruzar al lado suyo, donde ambos se miraron como si confabularan algo en cuestión. Despues super que no se trataba mas de sonidos y comentarios ofensivos mientras transitaba de manera presurosa. 

Cada palabra que pronunciaron me golpeó como un puñetazo en el estómago, dejándome sin aliento y con un nudo en la garganta.

Me sentí impotente, atrapado en una situación que no había buscado ni provocado. No sabia como reaccionar. No era como si pudiera girar, levantar la voz y confrontarlos frente a todos... o quizas sí podia hacerlo pero la verguenza al que dirán pudo más. 

Mis pensamientos se volvieron un torbellino de confusión y tristeza. ¿Por qué estaban haciendo esto? ¿Qué había hecho yo para merecer este trato tan cruel?

El sentimiento de vergüenza y humillación se apoderó de mí. No solo me estaban insultando, sino que también estaban atacando una parte fundamental de quién soy. Me sentí vulnerable y expuesto, como si estuvieran escarbando en lo más profundo de mi ser para herirme.

A medida que me alejaba, dejando atrás su risa despectiva, tomé asiento con la vista en el telefono, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con brotar. Nunca antes me había sentido tan herido y tan impotente. Fue un hecho doloroso de que, incluso en un mundo que está avanzando hacia la aceptación y la diversidad, todavía habian personas que elegían herir a otros simplemente por ser quienes son. 

Al levantar la cabeza vi a Javier ingresando por la puerta, seguido de la coach, quien tomó asiento al lado mío mientras que Javier se ubicó en uno de los asientos que quedaban libres filas atrás, levantando pulgares con el proposito de darme animos, a lo que como respuesta sonreí.

El Juego De Las Rosas | En EmisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora