-Te voy a matar- casi gritó Gabriela entrando al salón al notar mi presciencia- como te atreves a decir que Mateo te llevó a tu casa en su coche, para luego desaparecer-
-Pero calma mujer, la paciencia es la mejor virtud del ser humano- dije de forma burlona pero Gabriela tenía una cara de querer matarme
A los pocos segundos llegó Mario, y se acercó al igual que Gabriela para escucharme.
-Ya nos vas a decir, deja de acojonarte- insistió Gabriela
Les conté toda la historia sin omitir ningún tipo de detalle, ni si quiera el del móvil.
-Era de esperarse que ese guapo tuviera novia-
-Pero calla por Dios- dije al notar que todo el salón se giró a nosotros
El día pasó bastante bien, bueno no tan bien, no vi a Matt, "Matt" suena bonito. Alex por Dios. Ahora sí, sigamos. Me devolví a casa nuevamente caminando, iba escuchando mi música mientras abría la puerta. Justo antes de entrar alguien toco suavemente mi espalda, casi llegando al hombro. Pero que tiene la gente con molestarme cuando estoy escuchando música.
-Lo siento, mi intención no es molestar-
Giré mi cabeza y tuve que subir sutilmente mi rostro para poder mirarlo a los ojos. Eran almendrados, de un color gris azulado precioso. Lo analicé rápidamente, tenía una camisa de futbol, se notaba de que era de su "equipo", ya que jamás la había visto antes, con una bermuda del mismo motivo. Era apuesto, atlético.
-No te preocupes, ¿puedo ayudarte en algo?-
-Si mis cuentas salen bien vives aquí, ¿verdad?- preguntó y yo asentí- justo me mude al lado, soy un idiota, no me he presentado, soy Ricardo-
Me ofreció su mano. La tomé y él apretó un poco, cosa que me ayudo a notar lo cálido que estaba.
-Yo soy Alex-
-Un gusto nueva vecina, es mi primer día en esta ciudad, así que amaría si me dijeras si hay un supermercado cerca, necesito comer o moriré de hambre- dijo con una sonrisa amistosa
-Oh si, si hay uno bastante cerca, también necesito ir por algo, si deseas puedo acompañarte-
-Lo amaría- respondió juntando sus manos
Dejé mi bolso en la mesa. Guarde mi celular en un bolsillo, al lado de la cartera y mis llaves, para ir a su lado.
-¿Y estudias en la escuela del pueblo?- preguntó mientras caminábamos al supermercado
-Si, estoy en ultimo año, ¿y tú?-
-Yo terminé la universidad hace unas semanas, me gradué de arquitectura-
-Oh, felicidades, te graduaste joven, bueno te ves joven-
Alex por Dios calla.
-¿Qué puedo decir? soy un cerebrito-
Lo acompañé al supermercado, cosa que aproveché para comprar algo de cenar. Al volver me despedí y entré a casa. Por lo que sabía hasta ahora era que Ricardo era bastante joven, bueno si 23 se puede llamar joven para estar graduado de arquitectura. Vino al pueblo para trabajar en una firma, y esta viviendo solo en el apartamento de al lado. Ademas de tener unos hermosos ojos grises azulados.
Cené con mis padres para inmediatamente después caer rendida del sueño.
Me levanté bastante temprano la verdad, bueno básicamente como siempre, ya se había vuelto un habito. Después de tomar un vaso Nesquik, cepillé mis dientes y tomando mi gorro salí de casa. Justo al salir vi a Ricardo salir a mi lado.
ESTÁS LEYENDO
Mateo
RomanceMi ultimo año, tenía todo planeado, hasta los mas mínimos detalles, si Mateo, tu también estabas planeado, pero dos palabras saliendo de tu boca me pusieron el mundo de cabeza. Eras imposible, eras prohibido, y muchas veces desee que te quedaras así.