Capítulo 11

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Lunes por la mañana, bueno, por la madrugada. Miré mi celular salía 5:30 am, con un fondo de pantalla de una foto de Ric y yo. Podría seguir durmiendo, pero ¿en realidad dormiría algo? Me di una ducha para luego cambiarme. Nuevamente miré la hora 6:00 am. Salí de casa sin hacer ruido y fui a la cafetería de Carlos, era realmente lo único abierto a esta hora.

-Buenos días Alex- me saludó Carlos

-Hola, me puedes dar lo de siempre por favor-

-Claro que si-

Le envié un mensaje a Ric contándole que estaba desayunando aquí, y unos minutos después llego.

-Buenos días- me saludó dándome un beso en la mejilla

-Buenos días-

Ric es perfecto, lo que cualquier chica desearía tener, alto, atlético, independiente, guapo, unos ojos gris azulados, pero después de pensar y pensar, me di cuenta que no soy cualquier chica, sonará cliché, pero yo soy Alex, la que esta enamorada del tipo que le dobla la edad, ese idiota de 32 años que nunca será de ella.

¿Pero que puedo hacer? a ver no me tomen a mal, Ric me gusta, me gusta bastante, pero yo estoy enamorada de "él", pero que mas da, sé que Ric puede hacerme feliz, feliz como yo lo debería hacer, por eso debo dejar esos ojos miel en el pasado, aunque para ser sincera se que nunca estarán ahí. Ok ya para con los sentimientos Alex.

Ric me llevó a la escuela, justo cuando estaba entrando una voz conocida me paró.

-Alejandra-

Giré y estaba Sofía justo en la entrada de la escuela. ¿Se dio cuenta de lo que pasó? ¿Mateo le dijo algo?

-Hola- me acerqué a ella

-¿Me puedes hacer un favor? le puedes entregar esto a Teo, es su almuerzo, lo dejo esta mañana- comentó dándome una bolsa

Ok, no es nada malo, pero igual eso significa hablarle, cosa que no quiero.

-Creo que lo mejor es que tu se lo des-

-Es que estoy en apuros, porfa-

Enserio esta chica es muy guapa y amable.

-Vale-

-Muchas gracias- me sonrió para ir corriendo a su coche

Entre a la escuela y me dirigí a la oficina de Mateo, toqué la puerta un par de veces y después de escuchar un "pasa" entré.

-Hola-

Al escuchar mi voz Mateo subió su mirada de inmediato, como si no creyera que enserio estuviera ahí.

-¿Esta todo bien?- se levantó inmediato de la silla y camino hasta dónde yo estaba 

-Si, tu prometida me pidió el favor que te trajera tu almuerzo- respondí para después darle la bolsa

-Lo siento por eso-

-No hay problema, ella es amable y bastante guapa-

-Si lo es- respondió mirando al suelo

-Ten un buen día-

Salí de ahí sin dejar que él me respondiera, no podía mirarlo sin pensar en el beso.

El día se pasó extremadamente rápido, no tenía clase con Mateo, cosa que agradecía. Aunque era lunes, a Mario y a mí nos invitaron a una fiesta (bueno, a Gabriela también pero ella esta de viaje con sus padres en roma) así que decidimos ir, sinceramente necesitaba alcohol en mi cuerpo. Mario pasó por mí a las 8 pm, para luego dirigirnos a una casa de alguien que sinceramente yo no conocía pero era amigo de Mario. Al llegar tuvimos problemas al aparcar por la cantidad de carros que habían afuera de la casa, era bastante bonita en realidad, toda blanca de dos pisos. Al entrar unas chicas se acercaron a Mario y él me dejó sola, cosa que aproveche para buscar la mesa de bebidas.

MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora