Capítulo 37

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Hoy fue mi segundo día de trabajo, sinceramente esperaba lo peor, pero todos han sido extremadamente amable conmigo, cosa que agradezco de todo corazón. Ahora mismo estaba en casa con Sebas mientras el se vestía para ir a cenar, iríamos a casa de Marcos, ya que nos invitó a mis padres y a nosotros, sinceramente si me lo hubieran dicho ayer estaría bastante preocupada, por Mateo etc etc, pero ayer me demostró que todo está realmente bien.

Unos quince minutos después ya ambos estábamos listos para salir, y justo eso hicimos. Un tiempo después llegamos a casa de Marcos, todo estaba absolutamente como lo dejé, bueno por afuera, además noté el auto de mis padres y de Mateo estacionados.

-Vamos- dijo Sebas mientras tomaba mi mano para caminar hasta la puerta

Tocamos un par de veces para luego ver a Marcos abriéndonos la puerta.

-¡Alex!- me saludo para después darme un abrazo- te ves gigante-

-Hola Marcos, te presento a Sebastian, mi novio-

-Mucho gusto- saludó Sebas a Marcos

-Vengan entren-

Ambos entramos con Marcos justo atrás de nosotros, caminamos hasta la sala de estar y encontramos a mis padres en el sofá.

-Sebas- saludó mi madre a Sebas

-Bueno madre yo estoy aquí, como se nota que ya no quieren a su hija- bromeé

-Hola hija- me saludo mi padre

Hablamos unos segundos con mis padres cuando Mateo nos interrumpió.

-Hola Ale- dijo justo atrás mío y yo me di media vuelta

-Hola- le sonreí- te presento a Sebastian, mi novio-

Sebas le dio amablemente su mano a Mateo y el la tomó, mientras lo miraba de arriba a abajo, casi analizándolo.

-Sebas, el es Mateo, mi...- me detuve un segundo-

¿Mi ex? ¿mi ex profesor? ¿el tipo que deje hace cuatro años en un aeropuerto?

-Mi compañero de trabajo- dije finalmente

-Mucho gusto- le dijo Sebas y Mateo le respondió con una sonrisa falsa

Todos nos sentamos en la sala, menos Mateo que se dirigió a la cocina. Estuvimos todos charlando más o menos media hora, sin Mateo claramente porque este seguía sin aparecer, hasta que sonó el timbre. Todos estaban cómodamente sentados así que yo me ofrecí a abrir la puerta, me levante de donde estaba sentada al lado de Sebas y caminé hacia la puerta, al abrirla me encontré con una chica, la analicé rápidamente, era guapa, bastante guapa, tenía el cabello castaño claro, ojos verdes, un poco de maquillaje que le quedaba perfectamente, además de un cuerpo muy "femenino" y cuando digo femenino me refiero a que ella era literalmente el estándar de belleza, es hermosa.

-Hola- la saludé pero ella me ignoró para luego mirar algo atrás mío

-Hola Teo- dijo la chica caminando justo al lado mío

Yo me di media vuelta y noté a Mateo atrás mío con sus manos en los bolsillos del pantalón mientras la chica se acercaba a él. Ella le dio un beso en el cachete que no es por exagerar pero duro media hora, le dejo todo el cachete babeado, mientras que él me miraba.

-Gracias por invitarme, te ves súper guapo- le dijo con una risa tonta mientras pasaba sus manos por el pecho de Mateo

No es por nada pero, wtf.

-Tu sabes que yo amo pasar tiempo contigo- le respondió Mateo con una sonrisa mientras me miraba y ella se juntaba aún más a él

¿Y a este que le pasa?

Yo hice como si no les estuviera prestando atención y empecé a caminar hasta la sala, para sentarme nuevamente justo al lado de Sebas.

-¿Quien era?- preguntó Marcos

-No se, una chica, ni si quiera se presento, solo corrió a los brazos de Mateo-

-¿Es castaña?- me preguntó Carmen y yo asentí- esa es Julia- añadió con un poco de desagrado en su rostro

-Joder- añadió Marcos con el mismo desagrado

-No quiero ser metida pero ¿quien es Julia?- pregunté

-Bueno después de Sofía, Mateo estuvo con una chica, la llamamos "chica misteriosa" porque nunca no las presento, el punto es que más o menos un año después el cambio demasiado, suponemos que termino con la chica misteriosa, de unos meses a acá está con Julia, decimos "está" porque realmente no es su novia, el solo la llama para... bueno eso- explicó Marcos

-¿Como cambio?- pregunté- lo siento igual-

-Bueno no se porque contigo es amable, pero Mateo cambio demasiado, ya no se relaciona con nadie, diría que nada mas con Daniel, el del trabajo, y pues Julia-

-¿Pero no les cae bien Julia?-

-Para nada, ella es...-

-Maleducada, engreída- añadió Marcos

-Marcos por favor-

-Es verdad- se encogió de hombros

-Bueno si lo es, pero silencio que ahí vienen-

-Hola- saludó "Julia" con una sonrisa falsa mientras se sentaba en el sofá justo al frente mío, con Mateo a su lado, bueno ella casi encima de él

-Hola Julia- la saludo Carmen con una sonrisa en el rostro

Mi padre, Sebas y Marcos se pusieron a hablar sobre algo del trabajo y Mateo no dejaba de mirarme, él tenía su mano puesta en el muslo de Julia, apretándolo ligeramente, mientras que ella estaba lo más junta a él posible mientras le susurraba algo a él y Mateo sonreía.

Mentiría si les digo que eso no me molesto, bueno no, diría más que me incomodo, bueno no se, solo el momento no se sintió simplemente bien. La noche de sintió eterna, Julia no paraba de estar encima de Mateo y él no hacía nada por eso, bueno no es como que esperaba que hiciera algo pero igual. Carmen me pidió el favor de ir a la cocina por una botella de vino, yo amablemente me levanté del sofá y camine hasta la cocina, estaba Mateo y Julia, ella besándolo mientras pasaba sus manos por él cabello de Mateo, para luego bajarlas lentamente hacia su pecho, y él tenía sus dos manos en la perfecta y pequeña cintura de Julia.

-Permiso- les dije mientras buscaba la botella de vino, haciéndolos separarse

-Ay hola- me saludo Julia con una pequeña risa- no había notado que estabas ahí-

-No hay problema- le respondí con una sonrisa falsa- puedes besar a tu novio donde desees- añadí

-¿Es guapo verdad?- preguntó Julia mientras Mateo me miraba, bueno yo no le devolvía la mirada, pero pude sentirla

-No se que responderte realmente, solo tengo ojos para el mío-

-Bueno el tuyo también se ve muy guapo-

-Tengo buenos gustos-

-Siempre los tuviste- entró Mateo a la conversación

Finalmente la noche terminó, Sebas y yo salimos de la casa después de despedirnos de todos, menos Julia y Mateo, que no estaban ahí, cosa que agradecía ya que realmente no volví a hablar con Mateo después de lo de la cocina y no quería hacerlo, me pareció lo más estúpido del mundo, pero también me llenaba de preguntas.

MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora