Capítulo 17

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Estuvimos todo el día por la cuidad, realmente no había podido comer nada, al llegar al hotel guarde un par de cosas que compré para nuevamente bajar al lobby. Todos estaban en sus habitaciones pero después que guarde mis cosas Mario me sacó de la habitación y me dijo que me avisaba cuando podía volver, así que no tenía mejor opción que ir a cenar a algún lado.

-¿A dónde va señorita?- escuché a Mateo justo atrás mío

-Iré a cenar por ahí- respondí mientras me giraba a donde estaba

-¿Te puedo acompañar?-

No valía la pena pensarlo, primero sabía que si quería, segundo la compañía me haría bien, y tercero estar sola en una cuidad distinta no es lo mío, así que ¿porque no?

-Claro-

Ambos empezamos a caminar hacia afuera del hotel, sin saber realmente a dónde íbamos, solo esperando encontrarnos un buen lugar mientras conversábamos en el camino.

-Yo tenía un conejito cuando era niño-

-Hace muchos años, varios siglos atrás-

-No estoy tan viejo-

-Bueno emmm- dije en tono de burla- ¿y que le pasó al conejito?-

-El perro de mi hermano se lo comió- dijo y yo no pude evitar reír

-Lo siento- me excusé sin dejar de reír

-No te preocupes, yo lloré por una hora para luego superarlo-

Caminamos unas calles más hasta encontrarnos un carrito de hot dogs.

-¿Que te parece?- preguntó Mateo

-Una muy buena idea-

Ambos pedimos un hot dog y nos sentamos en una banca bastante cerca del lugar. Era una noche un poco fría y las calles estaban vacías.

-Pensé que nos iba a ir mal- dije mientras comía

-Tienes que confiar en mis elecciones-

-¿Alguna vez has pensado en tener hijos?- pregunté sin pensarlo

-Realmente si, desde hace mucho tiempo, quiero un mini yo- aceptó con una sonrisa

-¿Y por qué no lo tienes? si se puede saber-

-Sofía nunca quizo hijos, siempre pensó que no eran "lo suyo", decía que quería viajar por el mundo, no gastarse su dinero en niños, igual eso no me hace dejar de desear un pequeño Matt-

-Un pequeño Matt sería muy bonito-

-¿Como su padre?-

-Podría ser una versión mejorada-

Ambos terminamos de comer pero cómo ninguno de los dos tenía realmente afán de ir al hotel seguimos caminando por la cuidad.

-¿Y qué quieres estudiar?- me preguntó Mateo

-Siempre amé la literatura-

-¿Literatura? siempre me pareciste alguien muy matemática- dijo en tono de burla

-Oye, yo lo intento- respondí dandole un pequeño golpecito en el brazo

-Yo se que si, te cuento que yo nunca fui bueno en matemáticas y ni lo intentaba, ahora me arrepiento-

-Se hace lo que se puede- dije juntando mis manos rápidamente para darme calor

-¿Tienes frío?- 

-Un poco sí, es soportable- respondí y de la nada el dejo de caminar- ¿todo esta bien?-

Yo camine unos pasos atrás y él se quito su chaqueta, se acercó a mí y me la puso en la espalda.

-No es necesario-

-Te mantendrá caliente- respondió acomodándola 

-Enserio Matt, no es necesario-

-Déjame hacerlo-

Nos quedamos unos segundos uno al frente del otro, Mateo no dejaba de mirar mis labios ni yo los de él. Todo mi ser me decía que esto no era correcto, pero mi corazón decía "hazlo por favor". Ya que. Me acerqué un poco más a él, y nuestras narices se rozaban, podía sentir su respiración agitada. Su cálida mano se posó en mi mejilla, mientas que las mías en su pecho. Lo miré una vez más para después juntar nuestros labios. Mis manos subieron hasta su cabello, enredándose en el. Besarlo era casi como un adición, sus labios la droga, de ese tipo de droga que te mata por dentro pero deseas seguir consumiendo. Finalmente, aunque no lo deseara, nuestros labios se separaron. Su respiración estaba nuevamente agitada, mis manos en su pecho y nuestras narices se rozaban.

-Lo siento, no debí hacer eso- dije alejandome de el

-No lo sientas, por favor no-

-Fue un error, tu la escogiste-

-¿Que pasa si te escojo a ti?-

-No lo harás-

-Lo haré Ale, solo necesito tiempo-

-¿Qué estas diciendo?-

-Que te voy a escoger, solo necesito tiempo-

-Matt no estás pensando con claridad-

-Si lo estoy haciendo-

-No puedes dejar tu matrimonio por mi-

-Ale, te estoy escogiendo, por favor déjame- dijo mirándome directamente a los ojos mientras tomaba mis manos- estoy enamorado de ti-

-¿Y si es algo efímero? ¿y si te arrepientes?-

-Entonces habré pasado el mejor tiempo de mi vida... Ale, déjame escogerte, se que dije que no vale luchar por algo que no vale la pena, pero Ale tu vales la pena-

-No se que decirte-

-No me digas nada, solo dame tiempo, por favor-

-Matt...-

-Quiero intentarlo contigo, solo dame tiempo por favor-

-¿Y si todo termina mal?-

-Ale, todo en la vida es de riesgos, pero por ti estoy dispuesto a tomarlos todos, si tu también estas dispuesta a tomarlos por mi-

Esperé tanto por este momento que no se sentía real, tenía a Mateo justo al frente mío diciendo que dejaría todo por mí y yo realmente no sabía como actuar.

-Solo dime si estas dispuesta Ale, porque te lo juro que lucharé por ambos-

-Yo quiero esto Matt, pero tengo miedo-

-Si te dijera todo el miedo que tengo ahora mismo no me creerías, pero después de tantas noches de no estar a tu lado, me di cuenta que tu eres la que quiero a mi lado cada noche Ale, y estoy cansado de ocultarlo, estoy cansado de fingir ser feliz si no estas a mi lado-

Realmente no sabía cómo responder eso, así que tenía que responderlo en el único idioma que hablan todos los seres humanos.

Dí un par de pasos a delante y rodee su cuello con mis brazos, mientras él ponía sus manos en mi cintura. Nuevamente me acerqué tanto que nuestras narices se rozaban, hasta que nuestros labios se juntaron. Fue un beso dulce, pero apasionado, como si sus labios fueran ese postre que no quieres dejar de comer. Alex, para con las metáforas.

-¿Eso es un sí?- preguntó Mateo en el momento que nos separamos 

-¿Quieres que te responda de nuevo?- 

-Toda la vida por favor- me respondió con una sonrisa

Y ahí estábamos ambos, en la mitad de la calle en una cuidad que no era la nuestra, sonriendo como un par de idiotas.

MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora