Capítulo 28

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-Tengo una idea- dijo Mario 

Estábamos en casa de Mario, todos, Sheila, Mario, Cristian y yo. Se volvió casi un habito salir los cuatro, ya Cristian sabía realmente que nada pasaría entre los dos, así que dejo de ser incomodo y hasta nos consideraría amigos.

-Cuéntanos amor- respondió Sheila a su lado

Mario y ella estaban en un sofá, mientras que Cristian y yo estábamos en otro, justo al lado.

-Deberíamos hacer una fiesta, es nuestro ultimo año, puedo hablar con mis padres, y ellos me podrían prestar su cabaña-

-Me gusta esa idea- añadió Cristian 

Después de estar toda la tarde hablando de ello, Mario pregunto a sus padres y ellos aceptaron, el también hablo con todos los del curso y claramente amaron la idea de la fiesta, la haría el fin de semana, el sábado. A mí no me animaba mucho realmente, aunque sabía que mis padres dirían que si, he ido a la cabaña de los padres de Mario miles de veces ya, pero nunca he sido muy fan de las fiestas, y menos si está a una hora de casa.

 ***

-¿Y qué harás el viernes? podrías cenar conmigo antes que me vaya a Pontevedra- dijo Matt 

Estábamos en su oficina el martes por la tarde, justo se acabaron las clases y yo estaba charlando con él, me estaba contando que debía ir a una cuidad muy cerca de aquí para hacer unas cosas de Marcos.

-Ojalá pudiera, Mario se inventó una estúpida fiesta, y le prometí que iría, ademas ya le pidió permiso a mis padres- 

-¿Y donde es?-

-En la cabaña de sus padres, a mas o menos una hora de aquí, pero créeme, si fuera por mí estaría todo el fin de semana contigo-

-Bueno podrías omitir la fiesta y venir conmigo a Pontevedra- bromeó

-No es ni mala idea-

Realmente no lo era, prefería estar con él todo el fin de semana que en la fiesta.

***

Es viernes por la tarde y yo estaba terminando de guardar mis cosas en una pequeña maleta de mano, de esas que se cargan. Desde hoy iría a "casa de Mario", digo casa de Mario en comillas ya que no iré a la fiesta, acompañaré a Matt a Pontevedra y nos quedaremos allí hasta el domingo. Después de insistirle e insistirle a Mario dijo que me podría cubrir así que realmente no había ningún problema.

Después de despedirme de mis padres y que cada uno me diera un abrazo de cinco minutos, tomé un taxi a casa de Matt. Después de que me dejaran entrar subí hasta el segundo piso y toqué la puerta un par de veces.

-Hola Ale, lo siento nuevamente que no pude ir por ti, déjame ayudarte- dijo mientras me dejaba entrar y tomaba mi maleta

-No hay problema Matt- respondí dejándole un beso en su mejilla

-Saldremos en unos minutos, solo me falta terminar una cosa en el computador, siéntete como en casa-

Me senté en el sofá mientras él estaba en la mesa del comedor con el computador, mirando la pantalla mientras se pasaba una mano por el cabello. Estuve unos cinco minutos ahí, literalmente mirando a Matt, parecía una niña obsesionada, pero realmente podría estar toda mi  vida mirándolo.

-Listo Ale, guardo esto y nos vamos- dijo y yo asentí

Matt guardó el computador y luego ambos salimos de su apartamento, el tomó mi maleta y se la llevó al hombro mientras bajábamos a su coche, después metió ambas al baúl del coche y abrió mi puerta, para después rodear el coche y el entrar.

MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora